Andrés Giovanni Zuluaga León, Inspector Oficial, Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), explicó en Carnetc esta relación desde una perspectiva económica, pero también en términos de sanidad y epidemiologia de la enfermedad.
Señala el experto que existe una interesante coincidencia en los decretos emitidos a nivel internacional, referida a las excepciones a la cuarentena para las personas que se desempeñan en la industria cárnica.
Explica que esta postura es comprensible porque se busca mantener el abastecimiento de productos de primera necesidad durante la epidemia y la cuarentena.
Agrega que, en principio, esto puede significar buenos dividendos económicos para la industria porque la carne es un producto de la canasta familiar básica, el cual no debería faltar en nuestros hogares. Lo anterior es lo que buscan los gobiernos, permitiendo que las plantas de procesamiento de carne aún produzcan y, por ende, mantengan el abastecimiento de sus productos.
Pero también advierte que eso no es tan favorable a largo plazo para la industria cárnica. Su análisis es el siguiente:
Existen empresas que no pueden producir o que deben bajar su ritmo de producción y, por lo tanto, se verán obligados a reducir temporalmente sus operaciones. A raíz de esta situación, muchas empresas se declararán en bancarrota y sus trabajadores perderán su principal fuente de ingreso y, al largo plazo, su poder adquisitivo. Por otra parte, muchas empresas de cárnicos cerrarán sus puertas por la cuarentena, por lo que perderán clientes temporalmente. Esta circunstancia resultará en una curva descendente tanto de consumo como de ventas a lo largo de la crisis y posterior a ella.
La devaluación de nuestras monedas ante el dólar es otro punto que puede llevar a la industria cárnica a una grave crisis. Esto se debe a que importamos una gran parte de materia prima para producir piensos o concentrados para la alimentación animal. Por lo tanto, las materias primas más costosas llevarán a que producir un kilo de carne, también, sea más costoso y así aumentará los precios de, principalmente, la carne de ave y de cerdo.
Esta situación resultará en una reducción del consumo de carne porque las familias ya no tendrán el poder adquisitivo para comprar estos productos. Estas circunstancias resultarán en momentos difíciles para la industria que deberemos afrontar de la mejor manera posible.
El otro aspecto relacionado con el Covid-19 y la industria cárnica es el sanitario. Nuestras empresas son establecimientos de riesgo de propagación del virus porque, en ellas, existen grandes aglomeraciones de personas en espacios muy reducidos, lo que nos pone en una situación de alerta. Dentro de las medidas mundiales para controlar el Covid-19, se recomendó bajar la aglomeración de personas dado que, en algunos países, no se permiten reuniones de más de alrededor de 10 personas.
Por lo tanto y basado en que el sistema de producción de cárnicos en nuestros países no se puede detener, debemos tomar medidas extremas en la industria cárnica para proteger a nuestros empleados y a nuestras plantas de procesamiento de la introducción del virus.
Ante la presente situación de crisis sanitaria por el Covid-19, las empresas de cárnicos deben ponerse a disposición de la sociedad para ayudar en todo lo posible; en este sentido, es fundamental que en las empresas no existan brotes del virus, aun con establecimientos de alto riesgo de contagio y propagación.
Dentro de las medidas relacionadas con la cadena de producción, recomiendo el establecimiento de nuevos protocolos de seguridad para sus empleados, como por ejemplo, la implementación de normas higiénicas en el ingreso de las plantas de procesamiento para verificar el buen estado de salud de cada empleado y la ausencia de síntomas respiratorios.
Además, aún debe existir puntos obligatorios de lavado de manos y desinfección de personal en las entradas de las plantas y la distribución de mascarillas y guantes desechables diarios.
Sumado a lo anterior, recomiendo el refuerzo de los protocolos de limpieza en las instalaciones, la utilización de productos con mayor poder antimicrobiano y comunicación interna diaria para informar las recomendaciones de los gobiernos.
Se debe de aumentar la concentración de sistemas de desinfección de vehículos a las entradas de las plantas y brindar medios propios de transporte de sus empleados a las plantas para que no lleguen en sistemas de transporte público.
Por lo tanto, es importante que las empresas protejan sus empleados de posibles contagios, ya que un brote de Covid-19 en cualquier planta de procesamiento podría llevar a que las autoridades sanitarias suspenden temporalmente las operaciones.
Además, si los brotes se salen de control, ciertos países podrán extender sus periodos de cuarentena, permitiendo solo la distribución de alimentos ya producidos o almacenados. Por esa razón, es fundamental que las empresas se autoprotejan y realicen una planeación estratégica.
Por último, debo expresar la importancia de la inspección veterinaria de la carne. Recientes estudios epidemiológicos muestran que la fuente de Covid-19 se originó en el consumo de un murciélago en China. Éstos indican que el animal fue adquirido en un mercado tradicional del gigante asiático, en donde no existen condiciones sanitarias ni inspecciones veterinarias de animales. Esto no exime la responsabilidad estatal del control sanitario de los animales que están destinados para el consumo humano.
Esta acción tal vez hubiera evitado la pandemia que todos vivimos hasta el día de hoy.
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