Jens Mesa Dishington, presidente ejecutivo de Fedepalma, llamó la atención sobre el costo país y sus implicaciones en el balance que presentó sobre el sector palmicultor colombiano en 2018 y las perspectivas para este año.
El líder gremial señaló que los resultados del desempeño del sector palmero colombiano en 2018, y del agro en su conjunto –que mostró una desaceleración en su crecimiento económico al pasar de 5,5 % en 2017 a 2% en 2018–, debe evaluarse tomando en consideración el elevado costo país que enfrentan los productores agropecuarios para sacar adelante sus emprendimientos en el campo.
¿A qué se refiere con el costo país? Es un conjunto de factores que afectan la eficiencia y productividad de las actividades agropecuarias, y, por ende, su rentabilidad.
“Colombia enfrenta una situación muy delicada, especialmente en aquellos sectores intensivos en mano de obra como lo son muchos sectores agrícolas. Las estadísticas revelan que mientras la productividad de la mano de obra en el agro es muy baja y no crece, el costo laboral, medido a través del salario real, aumenta de manera sostenida, con el agravante de una pérdida de competitividad de la producción nacional de tipo transable, dado el fenómeno de revaluación de la tasa de cambio respecto al dólar”, aseveró Mesa Dishington.
En otras palabras, para los bienes que se exportan –como los que produce el sector palmicultor, el de flores y la ganadería–, el costo real de la mano de obra es creciente, lo que resta competitividad a estas exportaciones.
Un análisis de largo plazo sobre la evolución de la tasa de cambio real y el desempeño del salario mínimo con todas las prestaciones de ley medido en dólares, indica que mientras la tasa de cambio ha experimentado una apreciación promedio anual de 2 % durante los últimos 15 años, el costo laboral se ha incrementado 8 % anual en el mismo periodo, destaca Mesa Dishington (Ver gráfica. Nota*: Salario mínimo que incluye todas las prestaciones de ley).
“Esto revela un claro deterioro de la competitividad del agro y la industria colombiana que son sectores transables e intensivos en mano de obra”, aseguró.
El impacto tributario
El presidente ejecutivo de Fedepalma indicó que a lo anterior se suma el retraso en infraestructura y el difícil panorama tributario que viene castigando onerosamente a las iniciativas que se han aventurado a generar valor en la Colombia rural.
En tal sentido, recordó que el informe final de la Comisión de Expertos para la Equidad y la Eficiencia Tributaria, el cual es anterior a la última Ley de Financiamiento, en su página 69 (Cuadro 11), revela que la tasa efectiva de tributación de las empresas del sector agropecuario que declaran, alcanza 104,6 %.
“Este hallazgo reviste gran preocupación para los agricultores de Colombia, pues resulta evidente que el esquema tributario es confiscatorio para las apuestas agrícolas formales del país y, como tal, constituye uno de los principales obstáculos para que las apuestas productivas del campo se desarrollen en el ámbito de la formalidad”, enfatizó Mesa Dishington.
“Todos estos aspectos configuran un elevado costo país, especialmente para los emprendimientos del sector agropecuario y se hacen más evidentes en momentos difíciles de coyuntura sectorial. Es necesario que el Gobierno Nacional aborde con profundidad y contundencia esta problemática estructural, para lo cual se requiere un paquete de medidas que equilibren las condiciones de mercado y permitan superar las dificultades que se están presentando”, remató el líder de los palmicultores.