Desde septiembre de 2024, las importaciones de leche en polvo de Estados Unidos estuvieron sujetas a un arancel compensatorio del 4,86 %, implementado como medida provisional por cuatro meses. Este gravamen, sumado a una tasa de cambio que superó los 4.500 pesos por dólar al cierre del año pasado, desaceleró la entrada de leche en polvo.
Esto es diferente a los años anteriores, cuando pasados días o incluso horas tras el Año Nuevo, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN) reportaba el ingreso de miles de toneladas del derivado lácteo. Por ejemplo, en 2020 el contingente de 11.790 toneladas se acabó en 15 días, mientras que en 2021 el cupo de 12.969 t se agotó en 25.
Según Óscar Cubillos, jefe de la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán-FNG, estas restricciones permitieron que, hasta ahora, solo se haya importado el 3,7 % del contingente permitido libre de aranceles para 2024, equivalente a 705 toneladas de las 18.987 autorizadas. (Lea en CONtexto ganadero la columna: ¿Cómo van las importaciones de leche?)
Sin embargo, este viernes esto cambiará, pues el jueves 16 de enero expiran los 4 meses del gravamen ad valorem que impuso el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, que fue de un 4,86 % y que comenzó a regir el pasado 17 de septiembre de 2024. La cartera determinó este periodo para evaluar el impacto de la medida.
De otro lado, aunque la tasa de cambio ha oscilado, ha mostrado una tendencia a la baja, llegando hasta 4.300 pesos. Estos dos factores facilitarán una avalancha de importaciones, según manifestó Cubillos: “El viernes la industria se va a enloquecer por importar leche y van a pelearse el cupo libre de arancel”.
Precios internacionales impactan a los ganaderos colombianos
El contexto global también juega en contra de los productores nacionales. Los precios internacionales de la leche en polvo descremada —el principal producto importado— rondan los 2.900 dólares por tonelada en Estados Unidos, mientras que la Unión Europea ofrece precios ligeramente inferiores, alrededor de 2.750 dólares.
Estos precios, sumados a la disminución del costo del dólar, hacen que importar leche sea una opción económicamente viable para las empresas, que buscan mantener inventarios altos y presionar a la baja los precios pagados al productor nacional.
Las estrategias de la industria también juegan un papel crucial. Las empresas importan leche descremada y complementan su producción con leche nacional entera, aprovechando su mayor contenido de grasa. De esta manera, logran reducir costos y mantener el precio de acopio bajo, afectando directamente a los ganaderos.
De acuerdo con el experto, el aumento de importaciones continuaría ahondando la crisis en el sector ganadero colombiano, que ya enfrenta precios bajos y dificultades para competir con los productos importados. Cubillos advirtió que la entrada masiva de leche descremada presionará aún más a los productores locales, reduciendo los incentivos para el acopio de leche nacional y afectando a miles de familias ganaderas.
La situación es especialmente preocupante por los altos inventarios nacionales: mientras que el de la leche en polvo descremada se mantuvo entre 900 y 1.200 t, el de la entera subió en 2024 y en octubre estaba cercano a las 19.000 t. Estos excedentes empujan los precios del litro de leche a la baja, intensificando la competencia para los ganaderos. (Lea en CONtexto ganadero: 2025, el último año del cupo sin arancel de leche en polvo de EE. UU.)
Con el fin del arancel provisional y la actual tasa de cambio, se espera que las importaciones de leche en polvo se disparen en las próximas semanas. Esto plantea un desafío significativo para el gremio ganadero, y Fedegán, como gremio cúpula, ha venido insistiendo en medidas para mitigar el impacto de estas importaciones, que serán totalmente desgravadas en 2026 como se acordó en el TLC con EE. UU.