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La fecha proclamada por la FAO desde el 1º de junio de 2001 es un buen momento para celebrar a nuestros productores, artesanos, cocineros, comercializadores, en fin, a todos aquellos que se dedican cada día a obtener este nutritivo alimento y a trabajarlo para elaborar los más deliciosos productos que llegan a nuestra mesa para disfrutar en la mañana, tarde y noche.
Sin embargo, también es una fecha para recordar que en el país se siguen presentando los mismos problemas que aquejan al sector desde hace 23 años, cuando se celebró por primera vez, y que anteceden por mucho tiempo a ese primer Día de la Leche, como el acopio informal y los bajos precios percibidos por el productor, entre muchos otros.
A pesar de ser un país con una arraigada tradición ganadera, el consumo per cápita de lácteos en Colombia es muy bajo, apenas 140 litros anuales (a pesar de haber alcanzado los 156 litros), debido a factores como la disminución del poder adquisitivo de los consumidores, la falta de innovación en productos económicos y la estigmatización que ha sufrido injustamente este alimento.
Durante el conversatorio «Crisis láctea, una visión desde las regiones» realizado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) y el Fondo Nacional del Ganado (FNG), moderado por Ricardo Arenas Ovalle, profesional Amigo Ganadero y coordinador de Cadenas Productivas, los representantes de distintos eslabones de la cadena láctea expusieron sus visiones sobre la difícil situación que tiene el sector desde hace décadas. (Lea en CONtexto ganadero: Esta no es la crisis lechera de siempre, ni mucho menos cíclica… ¡rompió el molde!)
«Necesitamos tener una estrategia urgente de fomento al consumo. Aparte pienso que la leche está siendo muy satanizada, lamentablemente. Entonces allí necesitamos empezar a hacer pedagogía, de trabajar con instituciones educativas porque necesitamos desligar los productos lácteos de los sellos de advertencia, pues no quiere que decir que si vemos estos sellos en un producto es porque sea malo, simplemente nos están advirtiendo sobre su contenido», afirmó Lina Marcela Torres, gerente de Lácteos La Fontana de Medellín.
Mientras la industria formal realiza grandes esfuerzos por reactivar las ventas a través de promociones y reducción de precios, no se han logrado los resultados esperados. «Si bien los derivados en las superficies y en los anaqueles han venido con unos costos más bajos, por un esfuerzo de las industrias a manera de estrategia de incentivar el consumo, pienso que el consumidor no está respondiendo como debería ser», admite Torres.
En contraste, el sector informal, que representa casi la mitad de la producción lechera nacional, no asume los mismos costos de la formalidad ni cumple los estándares de calidad, generando una competencia desleal. (Lea en CONtexto ganadero: Día Mundial de la Leche, una fecha para evaluar el presente y futuro del sector)
«En Nariño hay un grave problema y son los bloqueos que nos hacen los vecinos del Cauca. En este año llevamos 40 bloqueos y eso lógicamente nos ha afectado. A nivel general, cada bloqueo le cuesta al departamento de Nariño $13.000 millones. (…) Me imagino que esa fue una de las razones de la salida de Alquería de Nariño. Otro problema importante es la informalidad. Como dijo en su presentación, alrededor de 50 y 60 % de la producción nacional está en la informalidad», advirtió Albeiro López, ganadero nariñense, MVZ y miembro de Colácteos.
Más allá de los retos propios de la coyuntura actual, la lechería colombiana hace frente a desafíos de mayor calado desde hace más de una década como los Tratados de Libre Comercio, con importaciones récord en los últimos años (más de 72.000 toneladas en 2022 y 2023 en cada año, superando los USD 276,6 millones y 235,9 millones, respectivamente).
Las posibles soluciones a la crisis lechera
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Los participantes del conversatorio coinciden en la necesidad de una mayor articulación y trabajo conjunto entre toda la cadena productiva para superar esta coyuntura. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Qué está pasando en realidad con la producción de leche? ¿Cuál es su futuro?)
«Necesitamos mayor voluntad, no solo del Estado sino también de los gremios, las instituciones y la academia. Dos, tenemos que empezar a mirar cómo disminuir la informalidad de nuestro sector, de esta manera podemos también mejorar la calidad de los productos que ponemos en las góndolas porque necesitamos productos de muy buena calidad para competir con los TLC», puntualizó Torres.
Para Giovanni Pinilla Quiñones, MVZ, ganadero y representante de los ganaderos de Asogan en Ubaté, también debe ser una prioridad el trabajo de regenerar la imagen y el prestigio de este preciado alimento, valorando sus aportes nutricionales, especialmente con actividades que podrían desarrollarse hoy en el Día Mundial de la Leche.
«Debemos hablar muy bien de nuestro producto, de la leche, desde el que está ordeñando la vaca al que está produciendo. Invirtamos tiempo y recurso a hablar bien de la leche, porque la nuestra es muy buena calidad. Segundo, busquemos alternativas para la elaboración de nuevos productos regionales, como los hay en Antioquia o en Caquetá, o en Guatavita. Tercero, siempre debemos apoyarnos en la academia. (…) Cuarto, mejoremos la relación productor-industria, sentémonos en la mesa para generar acuerdos. Y quinto, el seguimiento a los recursos aportados por el Gobierno», afirmó.
Finalmente, Antonio Perdomo, ganadero y directivo del Comité Departamental de Ganaderos de Caquetá, hizo un llamado al «encadenamiento de todo el proceso y fomentar programas de consumo orientados a que nos comamos un queso de 125 gramos, en lugar de un litro de leche líquida».
El Día Mundial de la Leche es un recordatorio de la imperiosa necesidad de revitalizar y unir fuerzas en torno a esta cadena productiva fundamental para la seguridad alimentaria y el desarrollo rural del país.