La entidad holandesa financiera Rabobank especializado en materias primas explicó en su informe que la demanda mundial de lácteos podría caer entre un 20 y 30% en el segundo trimestre de 2020. Conozca las razones.
Los analistas de Rabobank proyectaron que para el segundo trimestre de 2020 la demanda de productos lácteos será muy diferente a la del año anterior. Todo esto debido a la crisis económica que está viviendo el mundo, así como a la emergencia sanitaria ocasionada por el contagio de la COVID-19. La entidad considera que de no existir un resurgimiento de la enfermedad, las situación en la segunda parte del año no cambiará. (Lea: ¿Qué gastos se pueden reducir y cuáles no en tiempos de COVID-19 en las lecherías?).
De acuerdo a un informe sobre el sector generado por el banco Holandés, este atribuye dicha reducción al cierre de restaurantes y escuelas debido a la pandemia de COVID-19 y el impacto del tipo de cambio. Además en esto también influyen los bajos precios del petroleo y la esperada recesión mundial.
El banco señala que antes de la recesión, muchos países importadores deben enfrentar la depreciación de sus respectivas monedas y un aumento del desempleo. Los economistas de Rabobank proyectan una contracción económica global del 2,6% en 2020.
Esta entidad estima que la demanda global de leche en polvo entera y descremada en 2020 disminuya en aproximadamente un 20 % o casi 900.000 toneladas. Sobre la demanda mundial de queso, Rabobank proyecta una disminución de 13 % o 220.000 toneladas.
A medida que se acerca la recesión global, “la demanda de productos lácteos debería disminuir”, señalan puntualmente los analistas de esta entidad holandesa financiera. (Lea: Recolección de leche y precio nominal siguieron al alza en primer trimestre de 2020)
Los datos oficiales ya muestran las primeras señales que la pandemia de la COVID-19 está afectando el comercio mundial de lácteos, sostiene Rabobank.
De acuerdo a Blasina y Asociados, las importaciones mundiales de leche en polvo descremadas cayeron un 10 % en febrero, lo que refleja una demanda 19 % menor en el sudeste asiático y un 16 % menos del Medio Oriente y África, según la entidad.
Se espera que el crecimiento de las ventas minoristas, que fue bastante fuerte en marzo y abril, se desacelere. Todo esto, teniendo en cuenta que seguirá siendo positivo durante el tercer trimestre siempre que no haya un resurgimiento de la COVID-19.
En los mercados de Estados Unidos y Europa que están dominados por el sector de servicios de alimentos, se espera que la demanda caiga entre 10 y 25 % para fin de año, lo que debería contribuir a aumentar el excedente exportable, a emnos que la oferta sea limitada, concluye Rabobank en su informe trimestral. (Lea: El mayor productor lechero de EE.UU. se declara en quiebra)