CONtexto ganadero revela el caso de productores de la región Caribe, que tuvieron que vender sus propiedades para pagar su deuda con la entidad financiera. A pesar de ser damnificados por la ola invernal de 2010, el banco no refinanció ni modificó plazos para saldar las acreencias. Sebastián Latorre* es un ganadero que se vio obligado a vender su predio y trasladar su explotación a otra finca para pagar un crédito con el Banco Agrario, pues los cobros con elevados intereses lo estaban llevando al borde de la quiebra. “Cuando la ola invernal, yo tenía 2 créditos. Me refinanciaron el que menos debía y me dejaron el más alto, que era de infraestructura. Me quedaron unas cuotas anuales bárbaras, prácticamente le estaba trabajando al banco”, contó. (Lea: 5 quejas de los productores frente a los créditos para el sector) El ganadero sufrió pérdidas porque el mercado de bovinos se estancó. Como sus animales perdieron peso y las vías de acceso a su finca se deterioraron, no pudo venderlos al precio que esperaba, por lo cual no pudo pagar el primer préstamo a tiempo. En consecuencia, no refinanciaron el segundo. De acuerdo con Latorre, para el segundo crédito le daban un plazo de pago de 5 años, tiempo que él consideraba insuficiente para adelantar la construcción, producir y obtener ganancias para pagar la acreencia. El productor solicitó una ampliación de 10 años en la sucursal de Barranquilla, donde le respondieron que podían extender a 8. Enviaron esta solicitud a Bogotá, donde finalmente la negaron. (Lea: Problemas que enfrentan ganaderos al solicitar créditos del Banco Agrario) “Tuve que reestructurar la deuda pero no podía con los intereses tan altos. Entonces preferí vender y llevar mi ganadería a otro lado. Gracias a Dios ya pagué todo aunque todavía no me han levantado la hipoteca”, comentó. Lo mismo sucedió con el ganadero Daniel Medina*. A diferencia de Latorre, no pagó altos intereses porque es profesional en Derecho y, conociendo de normas, advirtió que se acogería a Ley de Insolvencia, por lo cual pudo reestructurar su deuda. “Yo solicité un crédito en el 2009, y al año siguiente se desbordó el Canal del Dique. La inundación llegó hasta mi terreno, ocasionando un grave daño ambiental, lo que impidió que uno pudiera cumplir con las condiciones del crédito. Sin embargo, cada quien hizo sus esfuerzos y alcanzamos a pagar algunas cuotas, hasta que no pudimos porque estos créditos no están acorde con el sistema de producción de nuestro negocio”, dijo Medina. En efecto, los 2 ganaderos señalaron que el Banco Agrario no tiene en cuenta ni los tiempos de producción del sector, ni las eventualidades ajenas al campesino que pueden provocar graves pérdidas. (Lea: 3 historias sobre malas experiencias con entidades financieras del sector) “Por ejemplo, se presentan contingencias de tipo ambiental como esas, pero en el banco no tienen ninguna consideración con el cliente. Piden una garantía real y tratan de presionar para que uno les pague, mientras que a otros clientes les dan prerrogativas, aunque no están dedicados al agro”, sostuvo Medina. Ambos manifestaron que, en lo posible, no volverían a solicitar ningún producto al Banco Agrario. En cambio, Latorre explicó que hay otras entidades que ofrecen más facilidades, como una tarjeta de crédito agropecuaria donde el pago es semestral o anual. “Son productos diseñados de verdad para las necesidades de los ganaderos. (En cambio), el Banco Agrario ofrece cosas que parece que no conocieran la realidad del campo”, declaró. *Nombres cambiados a petición de las fuentes.