Recordemos que la actual crisis láctea la diagnosticamos proveniente de varias causas, que elevaron los inventarios de leche en polvo y lactosueros del país a niveles que a todas luces presionan la compra de leche nacional y los precios de la misma a la baja.
Nota: Lo expresado en el siguiente texto no representa la postura de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, ni de su producto CONtexto ganadero.
Altos inventarios. En abril de 2017 los inventarios de leche en polvo ascendieron a 19 mil 074 toneladas y 24 millones 538 mil 330 litros de leche UHT. Cabe recordar que la leche en polvo y la leche UHT tienen unos periodos técnicos de cuarentena en planta de producción que son definidos por los protocolos de calidad y de esperado cumplimiento, pero que se cuentan como “inventarios” para efectos de prender las alarmas a veces innecesariamente. (Lea: ¿Qué hay detrás de la crisis permanente de los productores lácteos del país?)
Importaciones. Gracias a las condiciones poco justas pactadas en los TLC, en 2016 se importaron 41 mil toneladas de leche en polvo (214 % del inventario total actual) y 10 mil 833 toneladas de lactosueros que equivaldrían a más de 450 millones de litros de leche (casi un mes de la producción nacional). Para 2017 se han importado 16 mil 158 toneladas de leche en polvo.
Aumento de la producción nacional. Luego de unos años de condiciones climáticas difíciles, en el segundo semestre de 2016 y lo que va corrido del 2017 los mejores regímenes de lluvias han incrementado los volúmenes de producción de leche.
Esta causa no la comparto del todo como causante de sobreoferta, pues si bien es cierto la producción nacional no es estática, se incrementa normalmente en algunos meses del año máximo en 10 % a 15 %, lo que debería ser fácilmente absorbido por la industria láctea, que dicho sea de paso, si tiene un retraso en la instalación de capacidad de procesamiento de productos de mayor duración y larga vida como leches UHT y quesos madurados. (Lea: ¿Grandes empresarios captan con mayor facilidad la atención de Iragorri?)
Aumento de la oferta de leche. En zonas antes no lecheras por los interesantes flujos de caja generados en esta actividad y las dificultades de otros sectores de la ruralidad de trópico medio y bajo, se han generado nuevas explotaciones lácteas, partiendo generalmente de hatos ganaderos de carne. Unido a esto se debe contemplar el volumen de leche que producen en zonas de transición y de páramo donde antes no se presentaba producción agropecuaria más allá del autoconsumo.
Bajo consumo. El consumo de leche en el país tiene un potencial de crecimiento per cápita, principalmente en los estratos 1,2 y 3 en donde con campañas educativas, oferta de más y mejores productos lácteos y leche a precios accesibles, se podría incrementar el mercado de leche al menos un 30 % de marcado nacional.
Sería estéril un análisis de la crisis si no planteamos soluciones consecuentes con la problemática identificada. Si bien es cierto que algunas de las alternativas planteadas ya se han propuesto en otros escenarios, estas deberán ser implementadas de una manera acertada y con los controles necesarios para que logren el objetivo para el que han sido propuestas, además de ejecutarlas ciertamente y no que queden simplemente en anuncios oficiales y promesas políticas como últimamente ha ocurrido en todo el sector agropecuario; otras, como el sistema nacional de trazabilidad láctea o las plantas de acopio y procesamiento regionales son por el contrario propuestas personales. (Lea: En medio de dudas, Iragorri liderará controles a industrias lecheras) Los acuerdos de libre comercio firmados por el país, varios de los cuales están a punto de ser absolutos y otros entrarán en vigencia total de la libertad en unos cuantos años; son difícilmente por no decir imposibles de renegociar o de suspender. Colombia está en libertad de tomar las medidas que crea convenientes desde el punto de vista técnico que permitan al productor colombiano competir más equitativamente con los productores externos, por lo que todas las medidas propuestas respetan dichos acuerdos y la normatividad internacional. 1. Sistema Nacional de trazabilidad láctea. Es claro que los tratados de libre comercio exigen en su cumplimiento la posibilidad de importación de productos lácteos. Sin embargo, el país puede y debe instaurar un sistema de seguimiento del uso de estos productos, de los importadores primarios hasta llegar al consumo final. (Lea: Iragorri responde WhatsApp sobre situación de los lecheros) Lo anterior permitirá al consumidor conocer de buena fuente, la procedencia y calidad de las materias primas de lo que consume y evitaría fundamentalmente la importación de lactosueros que no tengan el uso que la legislación permite. Este sistema deberá incluir, en aras a la igualdad acordada en el libre comercio, la leche en polvo, líquida y sueros de producción nacional. Este sistema podría ser adaptado a muchos de los productos agropecuarios que sufren problemas de mercado y de cadena. 2. Fondo Tripartita: Para la estabilización de precios, y el fomento al consumo nacional hoy existe el Fondo de Estabilización de Precios, FEP, que ha intentado subsanar las crisis siempre con recursos exclusivamente provenientes de los ganaderos. No obstante, es hora de que la industria devuelva un pequeño porcentaje de sus altísimas utilidades para el desarrollo de la cadena y la solución de las crisis de precios. Este fondo permanente se deberá alimentar de 3 fuentes: * Productor: Un porcentaje igual al actual que provenga de los ganaderos, incrementando su cuota parafiscal en esta proporción, * Industrial: $2 por cada uno que el sector primario aporte deberán ser provistos por la industria láctea. Este aporte tendría que incluir al sector cooperativo procesador que actualmente no aporta ni al FNG ni al FEP pero que si se beneficia de sus programas. * Estado: $3 por cada uno que el sector primario aporte deberán ser provistos por el presupuesto nacional.
Con estos recursos de origen y destinación exclusiva para el sector lácteo y que en las condiciones actuales de formalidad ascenderían a cerca de $180 mil millones anuales con los que se podrán solventar las situaciones de crisis en tiempos de exceso de oferta de leche y caída del precio al productor; compensando en el valor por litro a las industrias que cumplan con algunas condiciones generales y que deben incluir entre otras: * Sostenimiento del precio de compra al productor por los 6 meses siguientes a recibir el beneficio. * Sostenimiento de las condiciones de compra en calidad y esquemas de pago. * No haber importado leche ni lactosueros en los últimos 12 meses ni en los siguientes 6 meses a recibir el beneficio. * No haber comprado leche en polvo nacional o nacionalizada (según el sistema nacional de trazabilidad) en los últimos 12 meses ni en los siguientes 6 meses tras haber recibido el beneficio. * Sostenimiento de la planta de proveedores tanto en número como en volúmenes de compra.
3. Sistema de pago por calidad: El esquema oficial de definición del precio de la leche que incluya una relación directa e importante con el precio interno de venta de la leche y los productos lácteos al consumidor nacional. (Lea: WhatsApp de un productor de leche al Minagricultura)
Si bien es cierto le precio de la leche no debe regresar a esquemas tan rígidos como los de hace años cuando el precio del lácteo pagado al productor era simplemente el 70 % del precio de venta del litro de leche pasteurizada en bolsa; tampoco es entendible que en un país en donde se insiste siempre en que el precio de compra es elevado –lo que ya en términos de dólar no es tan cierto–, se tengan ahí precios muy altos de la leche y sus derivados al consumidor final generando hoy una relación contraria a la de hace años (30/70).
Si parte del problema del sector es el bajo consumo, es necesario que los precios al consumidor sean moderados y guarden proporción lógica con los costos de la materia prima.
Dentro de este esquema de pago, se podrá incluir el concepto de precio diferencial de excedentes, siempre que esté acordado claramente dentro de contratos de proveeduría de leche debidamente aprobados por el MADR. Estos excedentes deberán ser pactados anualmente entre el productor y el comprador en virtud a los volúmenes de producción del año inmediatamente anterior, y a las expectativas de mercado de unos y otros. (Lea: “Nos van a quebrar a todos los productores”, Alejandro Galvis) 4. Plantas de acopio y procesamiento de leche regionales: Se deben implementar plantas de acopio y procesamiento de leche de economía mixta en donde el sector oficial aporte recursos, el industrial pueda intervenir y obviamente el sector primario sea partícipe de estos emprendimientos de integración vertical. Su carácter regional buscará promover y desarrollar verdaderamente la integración total de la cadena y deberá atender los mercados locales e institucionales con prioridad, estimular el consumo de leche en la población de bajos recursos a través de programas nutricionales del Gobierno Nacional y local, que podrán ser apoyadas por el fondo tripartita en épocas de excedentes para llegar a poblaciones vulnerables de manera subsidiada prioritariamente sobre programas de exportación. También serían estas plantas las abanderadas de desarrollo industrial de productos locales y tradicionales con denominación de origen. Temas como los laboratorios de referencia y el seguimiento permanente para el control de la posición dominante por parte de la industria son fundamentales y trasversales no solo para los tiempos de crisis de excedentes de mercado, sino para el día a día, por lo que partimos de su implementación sin profundizar en ellos en este análisis. Son indispensables en la generación de reglas claras y transparencia en un mercado como el de la leche, que es sin lugar a duda es el producto agropecuario más sensible a distorsiones de mercado por su naturaleza altamente perecedera y el carácter claramente oligopsonio de su mercado. (Lea: Baja en precio de leche también se ha sentido en Magdalena medio) En un país en búsqueda de la paz, es indispensable generar condiciones de mercado para los productores del campo. No existe en la producción rural ningún producto que arraigue más al campesino a su tierra por necesitar ordeñarse al menos una vez al día, ni que genere más flujo de caja de subsistencia para la economía familiar campesina que la leche. Lo anterior y la característica oligopsonia (muchos productores pocos compradores) en donde 3 empresas acopian el 50 % del mercado formal de leche, mientras que hay más de 300 mil productores de leche; hacen fundamental que el Gobierno tome las medidas necesarias para conjurar esta crisis de hoy y que es casi permanente, de la manera más eficaz y completa posible. Ricardo Arenas Ovalle Médico Veterinario Esp. Finanzas y Negocios Internacionales Esp. Gerencia de Empresas Agropecuarias Experto en producción y calidad de leche Consultor Agroindustrial (MADR-FAO) Miembro Fundador Consejo Nacional de Mastitis y Calidad de Leche (CNLM) Miembro Fundador Cámara Gremial de la Leche