Los ganaderos dedicados a este negocio deben medir sus gastos, pues mientras que los ingresos siguen iguales o bajan, los precios de los insumos suben. Todos están a la expectativa de que el Gobierno Nacional decrete un aumento en el pago en los próximos días. Si bien en los primeros días de 2017 empezaron sentirse los efectos de la reforma tributaria en la economía de los productores, el inicio del segundo mes ha sido el verdadero termómetro de la nueva ley con la aplicación del aumento del IVA en una inmensa mayoría de productos. Consultados por CONtexto ganadero, todos confirmaron que han visto las alzas en rubros como el combustible, los peajes, los fletes, los insumos agropecuarios derivados del petróleo entre otros productos que inciden en su rentabilidad. (Lea: Productores reclaman actualización de norma para pago de leche) Mientras tanto, los ganaderos dedicados a la lechería siguen con el mismo precio por litro que en 2016, y que incluso fue disminuido por las pasteurizadoras en octubre y noviembre del año pasado entre $20 y $100. Frente a esta desigualdad, muchos propietarios de ganado reconocen que están trabajando con un margen de ganancia limitado o, lo que es peor, están perdiendo dinero. Muchos de ellos han tenido que restringir sus gastos para tratar de compensar el desbalance. Jorge Quintero, productor en Boyacá, reconoció que la rentabilidad de su negocio ha disminuido por el incremento del salario de los trabajadores y del combustible. (Lea: Aumento exagerado de precios de fertilizantes preocupa a ganaderos) “Nuestra estrategia fue tener bastante comida en la finca para no tener que suplir con concentrados las deficiencias de pastos. Otra cosa importante fue el haber programado las vacas para que empiecen a dar cría cuando hay comida, que será en marzo”, precisó. Por su parte, Enrique Triviño, ganadero en Cundinamarca, señaló que esta situación es muy complicada, porque el hecho de disminuir costos genera un detrimento en la producción. “Lo único que hemos reducido nosotros es la fertilización y el riego, que es un rubro muy costoso. (…) Por ejemplo, si en este verano la recomendación es aplicar 200 kg de fertilizante por hectárea, nosotros tenemos que conformarnos con poner el 60 %, es decir, 120 kg o poco más para poder sortear la situación”, indicó. Escuche la declaración de Triviño
Aunque este rubro no afecta directamente la productividad, sus efectos se ven en el largo plazo porque los pastos dejan de recibir nutrientes y, por consiguiente, los animales también dejan de obtenerlos. (Lea: ¿Cuál es la estructura de costos de los productores lecheros?) Sin embargo, si la situación se agrava, el ganadero sabe que tendrá que reducir el suministro de concentrados o suplementos, lo cual incidirá en aspectos tan importantes como el rendimiento de las vacas y la fertilidad. Alberto Monsalve, propietario de una empresa ganadera en Córdoba, advirtió que la baja rentabilidad incide negativamente en los costos de nómina, por lo cual muchos productores tuvieron que reducir su personal. “Mucha gente ha dejado de tener los trabajadores fijos para subcontratar. Siempre había un personal fijo, por decir 5 o 6 personas de planta. Ahora la gente prefiere tener a 2 en planta y al resto, todos en subcontratación para amortizar esos costos”, sostuvo. Agregó que aunque trabajan en pérdida, muchos conservan el negocio de la leche porque genera flujo de caja, lo cual permite cumplir con pagos mensuales. Inquietud por importación de leche Otro factor que es motivo de preocupación entre los ganaderos se debe a las importaciones masivas de leche en polvo por parte de las pasteurizadoras. (Lea: En menos de 40 días de 2017, Colombia está llena de leche importada) Para Quintero, a pesar de la expectativa que puede generar un posible aumento en el pago de la leche decretado por el Gobierno, la saturación del mercado con leche en polvo importada hace difícil prever un alza significativa. Por esta razón, con una rentabilidad tan variable y con tendencia a la baja, los ganaderos se la pasan haciendo cálculos para tratar de evitar una bancarrota. “Este negocio no se debe mirar mes a mes, sino que hay que equilibrarlo a lo largo del año, porque algunos meses habrá más ingresos que en otros”, sentenció Quintero.