Bajo el título “Un proceso licitatorio que divide más al sector ganadero”, Andrés Jaramillo Bernal, ganadero y líder gremial, hace un interesante análisis sobre el entorno del proceso que abrió el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural para definir al nuevo administrador de la Cuenta Parafiscal de la Carne y la Leche. Lo que llama la atención de su análisis, y que puede interpretarse como una voz genuina de alerta para los ganaderos y una clara denuncia, es que la parafiscalidad ganadera podría ser manejada por una cooperativa que no aporta y sí se beneficia abiertamente de ella. Se refiere concretamente a Colanta. Explica, en su columna de opinión del 5 de junio en el Diario La Patria, que dentro de los interesados en manejar la cuota de fomento ganadero y lechero está la recién creada Nueva Federación de Ganaderos -NFG- que como es obvio, no tiene ninguna experiencia en ejecución de programas del orden nacional, como sí lo evidencian los administradores de otras cuentas parafiscales del sector agropecuario. La NFG tampoco cuenta con un patrimonio importante –apenas $32 millones de pesos de acuerdo son su registro en Cámara de Comercio– como para garantizar la administración de recursos por cerca de $70 mil millones de pesos del Fondo de la Carne y de la Leche, y no genera seguridad en el manejo e inversión del aporte que hace el sector ganadero. Jaramillo Bernal afirma que, la NFG ha vinculado en forma directa en sus órganos de dirección a la Cooperativa Colanta, y que por esta vía “quien maneja los hilos de la NFG es una cooperativa transformadora que no aporta a la parafiscalidad y es beneficiaria de recursos del Fondo de Estabilización de Precios en la compensación del precio del litro de leche para poder ser exportada (16 % de recursos de la cuenta parafiscal se trasladan al fondo de estabilización)”. Plantea que la NFG se presentará al proceso licitatorio con la fuerza patrimonial de Colanta, con lo cual, de ser favorecidos, la parafiscalidad ganadera quedaría totalmente manejada por una cooperativa que no aporta y sí se beneficia abiertamente de ella. Así las cosas, enfatiza Jaramillo, por primera vez en la historia de la parafiscalidad del sector agropecuario un transformador y una organización recién creada estarían en la baraja de aspirantes a quedarse con la administración y ejecución de los recursos que aportamos los productores a lo largo y ancho del país. Señala que Colanta, como entidad transformadora, es formadora de precio, en donde los productores siempre salen mal librados. Advierte que la agresividad de la NFG en su alcance negociador no ha permitido ser vista con buenos ojos, sino que por el contrario se ha convertido en objeto disociador del sector, y que este proceso debe construir antes que dividir al sector. Concluye señalando, entre otros temas, que “los ganaderos seguimos aún más alerta sobre el destino de los recursos recaudados y acumulados durante 17 meses por Fiduagraria, entidad que administra actualmente el recurso parafiscal ganadero, ante la cancelación de los programas tradiciones de asistencia técnica y apoyo directo al sector”.