Si bien la norma que estableció un nuevo esquema para el pago de la leche fue bien recibida por los productores en su momento, hoy en día considera que requiere actualización, en especial el valor de las bonificaciones por calidad higiénica y composicional.
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, MADR, expidió la Resolución 017 del 20 de enero del 2012, mediante la cual estableció el sistema de pago al productor que comenzó a regir a partir del 1 de marzo de ese año.
Esta resolución modificó el esquema de pago, que anteriormente manejaba un precio base o competitivo. En cambio, a partir de la expedición de la norma, el pago se determina por la calidad composicional y la calidad higiénica del lácteo.
La calidad composicional evalúa el contenido de gramos de proteína, grasa y sólidos totales, y asigna un valor por cada región. Con la higiénica, se establecen bonificaciones o castigos de acuerdo con el índice de Unidades Formadoras de Colonia, UFC.
Finalmente, también hay beneficios por frío, Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) y certificación de hato libre de brucelosis y tuberculosis. (Lea: Cómo salir de la profunda crisis de los productores lácteos del país y no quebrarlos en el intento)
El nuevo esquema
La resolución 017 estableció una fórmula para determinar el pago del litro de leche en cada caso. Primero dividió al país en 2 regiones, de acuerdo con un análisis en la capacidad productiva y el tipo de explotación desde 2008.
En la región 1 están departamentos como Antioquia, Boyacá, Caldas, Cauca, Cundinamarca y Nariño, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, que albergan grandes lecherías especializadas y han demostrado buenos niveles de calidad composicional e higiénica.
En la región 2 se ubican departamentos de las regiones Caribe, Orinoquía, Pacífica y Amazonía, así como el gran Tolima y los Santanderes, donde predominan las explotaciones de ganado doble propósito.
Una vez hecha esta distinción, la norma señaló que el pago se hará con base en sólidos totales o en contenido de grasa y proteína, más las bonificaciones obligatorias y voluntarias, menos el transporte.
Cuando la resolución fue publicada a principios de 2012, estableció los siguientes valores por proteína, grasa y sólidos totales:
Debido al aumento del costo de los insumos y la reciente reforma tributaria, los productores han pedido una actualización de la norma. Consultado a principios de año, Mariano Restrepo Flórez, representante legal de la Asociación Regional de Ganaderos del Norte, Asoganorte, en Antioquia, aseguró que la resolución requería. Para él, más allá de fijar el precio con base en la calidad composicional, se debería implementar una norma que incentive la inocuidad en el producto. En cambio, debería fijarse más en la calidad higiénica, especialmente en esta época en que hay tantos factores que amenazan la salud pública. “El recuento de células somáticas y de Unidades Formadores de Colonia, UFC, debería cobrar mayor importancia y premiar mejor a quien lo aplique. Igual que la certificación de predio libre de brucelosis y tuberculosis y las Buenas Prácticas Ganaderas”, indicó. Por su parte, Enrique Triviño, propietario de una lechería especializada en Cundinamarca, también declaró que la norma está desactualizada y que urge un ajuste al pago que recibe el productor en el tema de las certificaciones. “Estamos con unas bonificaciones que tienen un retraso de 8 o 9 años. Hace unos meses nos reunimos en el Ministerio de Agricultura con actores de la cadena láctea y les planteamos que los $10 pesos no son nada comparados con lo que eran cuando se estableció la norma”, indicó. Ambos coincidieron en señalar que los esfuerzos y las inversiones que deben hacer los productores para certificar sus hatos en BPG y libres de enfermedades no se compensan con las bonificaciones de $10 por cada una. Propusieron un incremento de $20 a $50 para incentivar al ganadero a efectuar estos trámites. El debate sobre la libre competencia Mientras que algunos defienden la regulación del pago, otros prefieren el libre mercado. Por ejemplo, Ricardo Camacho, presidente de la Asociación de Ganaderos de Facatativá, Asoganaderos, es de la segunda opinión. “El control de precios se va a volver un problema con la entrada de la leche importada, porque no seremos competitivos. (…) Mi opinión personal es que el mercado se debe regular por sí mismo”, dijo. (Lea: Ganaderos piden aumento del precio de la leche ante reforma tributaria) El dirigente gremial hizo referencia a una declaración del alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, quien habló sobre el precio de los parqueaderos en la capital del país y sostuvo que si se controlan, los propietarios no estarían interesados en invertir en infraestructura. “Mi gran preocupación es que los ganaderos compran materias primas tan costosas para sostener un determinado precio, digamos $1.400 por litro (que es elevado), pero a la larga no le generan rentabilidad porque los costos son muy altos”, dijo. En cambio, para Restrepo Flórez, la regulación del precio de la leche ha contribuido al mejoramiento de ingresos de los ganaderos, porque sin ella serían mayores los abusos de las pasteurizadoras. “El problema es que esta herramienta se gesta con el Consejo Nacional Lácteo, donde tienen asiento de 4 o 5 puestos el 90 % de los industriales, y si acaso en cabeza de Fedegán y Analac, la representación de los productores lácteos. Entonces son resoluciones que favorecen más a la industria”, declaró. En ese mismo sentido se expresó Óscar Cubillos, coordinador de la Oficina de Planeación de Fedegán, quien sostuvo que la posición del gremio cúpula de la ganadería siempre ha sido la de mantener un precio obligatorio. “Los industriales estuvieron en la mesa en la que se construyó la resolución y se comprometieron a bajar las importaciones, algo que no han cumplido. Y ahora vienen buscando cómo reformarla para favorecer sus intereses, que es el tema del precio de exportación”, indicó. La polémica por el precio de exportación Desde comienzos de 2017, el MADR ha impulsado un proyecto de adición a la 017 que se conoce como Precio Competitivo de Exportación, con el objetivo de evitar que los excedentes de la leche en época de invierno se desperdicien sino que sean enviados al exterior. Sin embargo, Fedegán y los demás comités y asociaciones ganaderas han cuestionado este cambio de la norma porque le bajaría el precio al productor mucho más. Además, han criticado que el Gobierno quiere imponerla a la fuerza por presión de la industria lechera. “En especial, Alquería ha hecho todo el diseño maquiavélico del precio de exportación y es la que habla al oído del Gobierno y la que hace lobby para sacar adelante este proyecto que va a afectar a todos los ganaderos”, añadió el funcionario de Fedegán. Esta adición está siendo discutida pero según la información obtenida por CONtexto ganadero, el nuevo ministro de Agricultura, Juan Guillermo Zuluaga, estaría ad portas de firmar y expedir el decreto, en contravía con los reclamos de los ganaderos que únicamente quieren una mejor compensación para su esfuerzo.