Las aguas tratadas de la zona de influencia de Ecopetrol en Acacías, Meta, no tienen efecto negativo sobre las actividades agrícolas y pecuarias de la zona.

Así lo mostraron los investigadores Édgar Almanza y José Guillermo Velásquez del Centro de Investigación La Libertad de Agrosavia, durante la feria Expomalocas que se realizó el fin de semana pasado.

De acuerdo con los profesionales, el trabajo que se desarrolló desde 2007 concluyó que las aguas de producción tratadas por Ecopetrol en sus campos Apiay y Castilla en el Meta, son aptas para las actividades agrícolas, en cultivos de porte forestal, así como para el consumo de animales. (Lea: Así va el proyecto MAS Meta)

El trabajo se realizó en los campos experimentales del predio Área Sostenible Agroenergética (ASA), ubicado entre las veredas La Primavera y La Unión del municipio de Acacías y en el Centro de Investigación La Libertad de Corpoica en Villavicencio.

La investigación concluyó que el uso de estas aguas, a las cuales se les hace un tratamiento previo a su utilización agrícola, aumentó los contenidos de calcio, magnesio, potasio y sodio en el suelo. Además, no se observó acumulación de metales pesados como cadmio, bario, cromo y plomo, y se comprobó que no existen diferencias entre los suelos regados con agua extraída de un pozo profundo al de otros regados con aguas de producción tratada.

En cuanto al desarrollo de cultivos, no se observó ningún efecto negativo y por el contrario, se registraron mejores índices de biomasa y crecimiento, en comparación con los datos regionales de cultivos como caña de azúcar y pasto elefante.

El trabajo investigativo también analizó el uso de estas aguas en la dieta de 48 bovinos y 200 aves. Los resultados no mostraron asociaciones que evidenciaran efectos negativos del consumo de éstas en la producción de carne, leche y huevos de los animales. (Lea: Preste atención a la microbiología patógena en el agua del ganado)

Tampoco hubo cambios en los tejidos de los animales post morten, observados a nivel macroscópico y microscópico, que afectaran la salud de bovinos y aves.

Se evidenció que el ASA representa un gran potencial durante las épocas de verano, debido a que cuenta con amplia disponibilidad del recurso hídrico en tiempos de sequía, para cultivos de porte forestal.

De acuerdo con Almanza, la investigación comenzó haciendo ensayos en espacios controlados y con base en estos resultados se pasó a un área más grande ya en campo donde se establecieron los cultivos forestales más promisorios para la generación de bioenergía, biomasa y biocombustibles.

Con este proyecto se pretende que estas aguas sean productivas y sirvan para establecer sistemas de producción en las zonas del sector petrolero. Además, el cambio de uso del suelo ha generado un aumento de la biodiversidad muy importante. (Lea: ¿Cómo está cuidando Colombia la biodiversidad?)

Por su parte, Velásquez explicó que este fue un trabajo que se hizo en el tiempo, y se evaluó todo lo que tiene que ver con producción de carne y leche, la natalidad y la distancia entre parto y parto de las vacas; y en la parte de salud una evaluación macroscópica y una clínico fisiológica que se le hacía a los animales.

En ninguno de los animales que participaron en los experimentos se encontró ningún efecto negativo por el consumo de estas aguas tratadas en ninguno de los tres componentes que se evaluaron.

“De estas vacas se tienen seis o siete generaciones y en ninguna se ha encontrado algún efecto”, dijo.

Se requiere continuar con estos trabajos, seguir evaluándolos porque da una gran expectativa como una alternativa de uso para incremento de producción de los animales, señaló.