La situación económica que vive el país por cuenta de la pandemia ha generado que la cultura de pago esté afectada, hecho que repercute en la liquidez de la banca a la hora de desembolsar préstamos a quienes los requieren.
Ante el aislamiento por cuenta del coronavirus, las entidades financieras se han visto afectadas por los préstamos de microcrédito que otorgan a personas naturales o microempresas debido a que las personas están dejando de pagar y la mayoría de los microempresarios que acceden al microcrédito tienden a ser informales. (Lea: Estas son las medidas financieras en tiempos del COVID-19)
Al respecto, Jhon Pérez, docente de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales comenta, “al tener una economía informal es posible que las familias dejen de pagar por llevar comida a sus hogares, pues la caja de un microempresario es el negocio y al no tener ingresos la economía se ve parada y esto los afecta”.
Ante esto, los bancos tienen la necesidad de otorgar a las personas un periodo de gracia en el que el microempresario no paga ni interés corrientes ni capital que se deba por un período de dos a cuatro meses, pero esta deuda seguirá creciendo. Asimismo, los bancos han buscado la manera de protegerse ante la emergencia y han solicitado al Estado que se les garantice más créditos a las personas, para que así el crédito no se desplome.
Para postergar el impacto del microcrédito, “las personas deben acceder a alivios microcrediticios para así retrasar el pago, cuidar de los gastos y reducir la tasa de endeudamiento con el banco, no acudir al gota a gota o al crédito formal debido a que estas mantienen unas tasas de interés muy altas”, agrega Pérez. (Lea: $1,5 billones para garantizar liquidez de productores agropecuarios)
Por lo anterior, “si las personas no pagaran el microcrédito se va a generar una mora generalizada que puede ocasionar la quiebra en las entidades financieras y un golpe al empleo y crecimiento del país, lo que conlleva a una crisis social en donde el pueblo tendrá que pagar para salvar a los bancos”, concluye Pérez.
Fuente: Universidad de la Salle.