Por Juan Carulla | docente del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL)
En los últimos dos años los colombianos han experimentado un deterioro en su capacidad adquisitiva debido a los procesos inflacionarios. ¡Todo cuesta más! Si la inflación del último año ya fue alta (13,12%), para algunos productos de la canasta familiar fue aún mucho mayor. Dentro de los productos que tuvieron aumentos muy superiores al promedio interanual de inflación se encuentran muchos alimentos, y dentro de ellos los productos de origen animal (carne, pollo, cerdo, huevos, leche). Para el caso particular de la leche, el precio entre mayo de 2022 y mayo de 2023 aumentó en 23,87% (DANE, 2023). Si consideramos los precios que los colombianos pagaban por la leche y sus derivados a inicios de 2021, vemos que estos han aumentado entre un 64 y 88% (tabla 1).
Los procesos inflacionarios no han sido solo locales sino mundiales. La pandemia y la guerra Rusia-Ucrania explican parcialmente estos cambios. En particular, la guerra trajo restricciones en la oferta de fertilizantes y algunos granos generando un aumento en los precios de estos insumos en todo el mundo.
Además, la guerra generó aumentos en los precios de los combustibles, los cuales se requieren para todos los procesos involucrados en la cadena de abastecimiento (producción, transporte y distribución de alimentos). Frente a los precios de 2020, en 2022 los fertilizantes llegaron a costar entre dos y tres veces más.
El caso del maíz y la soya utilizados en alimentación animal no fue diferente y sus precios aumentaron de manera considerable en 2021 y 2022. Esta tendencia ha empezado a cambiar y la cotización internacional de la mayoría de los insumos está a la baja en este año. Sin embargo, los precios aún son más altos que en 2021 y todavía se encuentran en valores muy superiores a los de antes de la pandemia. En Colombia esta situación se hizo más grave debido a la devaluación del peso, que fue muy alta y que encareció aún más estos bienes importados. Aunque la devaluación ha cedido y el valor del peso ha recuperado terreno, difícilmente regresaremos a los valores del peso de 2020.
El caso de la leche
Aunque no existen datos precisos, el alto precio de los fertilizantes y concentrados hizo que los productores los usaran menos reduciendo la producción lechera, en particular en los sistemas especializados. Además, las condiciones ambientales de los últimos dos años con abundantes lluvias limitaron la producción en algunas regiones del país disminuyendo la oferta.
El acopio interanual reportado por la industria tuvo su nivel más bajo en enero de 2022 (gráfico 1) y aunque se ha venido recuperando todavía no alcanza los niveles prepandemia. De igual manera, los inventarios de leche y sus derivados (leche en polvo, leche UHT y quesos), medida en días de abastecimiento, tuvo su nivel más bajo en la historia reciente en 2022, cuando se llegó a tener inventarios para solo 9,4 días. La reducción en la oferta de leche y sus altos precios en el mercado internacional terminaron por generar un aumento en los precios locales de la leche al productor, que pasó de $1.220 litro a inicios de 2021 a $2.268 a inicios de 2023 (USP, MADR 2023), un aumento cercano al 85%, lo que generó los aumentos del precio de la leche y sus derivados al consumidor final.
En el futuro próximo, los precios de la leche y sus derivados podrían bajar por factores como: aumento en la oferta; apreciación del peso; reducción en el costo de los insumos; contracción en la demanda por altos precios; y reducción de los precios internacionales de la leche. Por ahora la reducción de los precios será menor pues los precios de los insumos se mantienen por encima de los niveles prepandemia, la contracción de la demanda ha sido pequeña y los inventarios de producto terminado (leche UHT, quesos, leche en polvo) aún son inferiores a los reportados en prepandemia. Además, es posible que hacia finales del año haya una menor producción de leche por el fenómeno de El Niño.
Por último, existen condiciones particulares del mercado que han comprometido parcialmente el abastecimiento de la leche a algunas de las mayores plantas procesadoras del país. Alquería y Alpina han dejado de comprar leche en el sur del país (Cauca y Nariño) debido a los problemas de infraestructura y a dificultades de orden público. Estas dos regiones proveen cerca del 5% de la leche acopiada por la industria en todo el país.
El impacto de estas decisiones sobre el mercado todavía está por decantarse. Sin embargo, ya han implicado una reducción importante de los precios de la leche pagados a los productores de estas regiones que comprometen su permanencia en el negocio en el mediano y largo plazo. También es previsible que estas industrias busquen reponer estos volúmenes de leche comprando en otras regiones del país, lo que podría generar aumento de los precios en algunas regiones. En el mediano plazo es muy probable que el mercado nacional se termine ajustando a los precios internacionales de la leche debido al aumento de los contingentes que pueden ingresar al país libres de aranceles en 2024 y la entrada en vigor plena del tratado de libre comercio con USA en 2026.
Fuente: Tomado de: Periódico UNAL