De acuerdo con este informe, el consumo será impulsado principalmente por el crecimiento de los ingresos y la población.
En los países de altos ingresos se espera que el consumo de carne per cápita se estabilice debido a los cambios en las preferencias de los consumidores y al crecimiento más lento de la población.
Se espera que el consumo de carne aviar represente el 41 % de los productos cárnicos mundiales, y la carne de vacuno el 20 %.
También se espera que la producción de carne crezca un 5,8 % para 2030, en comparación con un período base de 2018 a 2020, según el informe. El cambio en las preferencias de los consumidores constituirá un fuerte impulsor del lento crecimiento de la industria de la carne de vacuno. La OCDE proyecta a Asia y el Pacífico como las únicas regiones donde se espera que el consumo de carne de res por habitante aumente para 2030.
En China, el segundo mayor consumidor de carne vacuna del mundo, el consumo per cápita aumentará aproximadamente un 8 % para 2030, en comparación con una tasa de crecimiento del 35 % en los últimos 10 años. También se espera que el consumo per cápita caiga en Argentina y Canadá en un 7 % y en Brasil en un 6 %.
Se prevé que África subsahariana tenga la tasa de crecimiento más alta para la producción de carne de vacuno con un 15 %, debido al fuerte crecimiento de la población. También se espera que la producción de carne crezca un 6 % en América del Norte y sin embargo, disminuirá un 5 % en Europa, según el informe del PNUMA. (Lea: Argentina impulsa la producción y el consumo de carne)
Allí también se hace referencia a la carne cultivada en laboratorio y dice que, con los continuos avances tecnológicos en el campo, se espera que los costos de la carne cultivada se vuelvan competitivos con los de la carne tradicional y, de hecho, estima que en 2025 el papel de la carne procedente de animales será el 90 % del negocio cárnico total y en 2040 suponga solo el 40 %.
Así mismo, señala que para los consumidores el impacto ambiental de la producción de carne y lácteos es cada día más importante y genera mayor concientización a través de redes sociales.
América Latina y el Caribe
De otra parte, un informe de Fontagro indica que luego del impacto ocasionado por la pandemia de la COVID-19, se espera que el ingreso per cápita mundial se recupere y continúe en crecimiento durante la próximo década, especialmente en países en vías de desarrollo, como los de Asia, algunas regiones de África y, en menor medida, en países de América Latina y el Caribe, lo que traerá aparejado un cambio en el patrón de consumo de los habitantes, generando nuevas presiones sobre la producción de alimentos de mayor valor.
Este es el caso de las proteínas animales, tales como las carnes –bovina, porcina, aviar y otros– o como el de los lácteos. En el caso de las carnes, si bien la demanda de carnes rojas se debilita en los países de ingresos altos, los cuales se encuentran en un proceso de sustitución de estas por carnes blancas, la demanda estará impulsada por el aumento demográfico y del ingreso en las demás regiones.
Estudios indican que cuando el ingreso per cápita de un país es mayor a los 40 mil dólares anuales, un aumento en el ingreso no trae aparejado un aumento en el consumo de carne, situación que se da en sólo un pequeño grupo de países, tales como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Israel, Australia y Noruega, entre otros.
Lo contrario ocurre para algunos países de América Latina y el Caribe, como Perú, Colombia, México, Brasil y Argentina, donde un aumento del ingreso de los habitantes tiene como consecuencia un aumento más que proporcional en la demanda de la carne. (Lea: ¿Sabe usted cuánta proteína le aporta la ganadería al consumo mundial?)
Se estima que para cubrir la nueva demanda de carne la oferta llegue a 377 millones de toneladas para el año 2031. El consumo de carne bovina aumentará hasta ubicarse en 76 millones de toneladas en el mismo período aunque el consumo per cápita de la misma se encuentra en disminución desde el año 2007. Sólo en Asia y, específicamente, en el sudeste asiático se espera que el consumo per cápita de carne bovina aumente.
En el caso de China, se espera que en los próximos 10 años el consumo per cápita de carne bovina aumente 10 % tras haber crecido más de un 50 % en la década pasada. Por otro lado, se prevé que en América y Oceanía, regiones donde la preferencia por la carne bovina es la más alta del mundo, el consumo per cápita bajará en países como Argentina, Canadá, Brasil y lo hará aún más en Oceanía.
En lo que respecta a la carne de aves de corral, se prevé que el consumo, para el mismo año, sea de 154 millones de toneladas, casi la mitad de la carne adicional consumida, traccionada por el aumento de la demanda en países como China, India, Indonesia, Malasia y Perú, el cual se espera que se convierta en el segundo mayor consumidor per cápita de este tipo de carnes.
En cuanto a la carne de cerdo, se estima que el consumo aumentará en 129 millones de toneladas para el año 2031, siendo Europa la principal región consumidora de estos productos pese a que, debido al menor costo y a una percepción de que es mejor para la salud, cada vez pierde más terreno frente a la carne aviar.