Emprender en el turismo rural, ecológico y sostenible ya no es solo para unos pocos. Hoy los productores con tierras pueden tomar la decisión de llevar a cabo alguna de estas ideas, que le permitirán aprovechar los recursos naturales, culturas y gastronómicos de la zona, ofrecer servicios de valor añadido a los clientes y generar empleo. (Lea: Agroturismo ganadero, una alternativa para Semana Santa)
1. Glamping o alojamientos sostenibles: Con las facilidades que brindan aplicaciones como Airbnb para promocionar este tipo de negocios y la gran demanda que existe, se tiene la oportunidad de crear un espacio donde los viajeros puedan descansar y disfrutar de la naturaleza con un mínimo impacto ambiental.
Para su establecimiento se pueden usar materiales reciclados o naturales para construir o reformar el alojamiento, instalar sistemas de energía renovable, gestionar los residuos de manera responsable, utilizar recursos ecológicos para la limpieza y aseo, así como ofrecer alimentos orgánicos. De esta forma se estará atrayendo a un público cada vez más consciente y exigente con la sostenibilidad.
2. Ecoturismo: Consiste en crear experiencias que permitan a los viajeros conocer y disfrutar de la biodiversidad y la cultura local, pero siempre con respeto y educación ambiental. Se pueden organizar rutas de senderismo, ecoturismo, observación de aves, degustaciones de productos típicos, entre otros.
3. Visitas agro-pedagógicas: Se trata de ofrecer visitas guiadas a las fincas, donde los viajeros puedan aprender sobre el cultivo y cosecha de los alimentos, participar en las labores agrícolas y degustar los productos frescos y de temporadas.
Para esto se puede diseñar una ruta didáctica y divertida por el predio, explicando las técnicas y principios del campo, las variedades y propiedades de los cultivos, así como los beneficios para la salud de consumir productos de origen animal. Con esto, no solo se está aprovechando el contenido educativo y lúdico, sino que también se estará creando una conexión más directa y consciente entre los consumidores y productores. (Lea: Pasaporte rural, una apuesta por el turismo agropecuario)
4. Centro de terapias naturales: Consiste en crear un espacio donde los viajeros puedan recibir tratamientos basados en el uso de elementos naturales o tradicionales como plantas medicinales y aceites esenciales.
5. Camping ecológico: Esta es una opción que requiere de menos inversión que el alojamiento sostenible, pero ofrece una experiencia única a los turistas porque se trata de ofrecer un espacio natural donde los viajeros puedan acampar con sus tiendas, pero con servicios e instalaciones respetuosas con el entorno.
Para esto se pueden utilizar parcelas con sombra natural, baños secos o compostables, duchas solares y puntos de reciclaje. Así, no solo se está ofreciendo una alternativa económica, sino que también se estará fomentando el turismo más responsable y consciente.
6. Centro de educación ambiental: Se puede realizar actividades y talleres que enseñen a los viajeros y a la población local sobre los temas ambientales que afectan a la zona y al planeta en general. De esta manera, no solo se está creando valor social y ambiental con el negocio, sino que también se estará generando una fuente de ingresos complementaria y estable.