En la publicación ‘Ganadería Colombiana - Hoja de ruta 2018 – 2022’, la Federación Colombiana de Ganaderos publica una síntesis de las 5 imperfecciones estructurales de la cadena cárnica y explica las consecuencias de etas, en la competitividad y rentabilidad del productor primario.
Estas imperfecciones son:
1. Distribución irracional del sistema de sacrificio
• Las plantas de mayor volumen de sacrificio se encuentran en los grandes centros de consumo, a grandes distancias de las zonas de producción. Ello encarece costo de la carne para el consumidor.
2. Alta intermediación entre el productor y el sacrificio
• En general, los productores están desconectados de quien debería ser su comprador natural: la planta de sacrificio.
• La intermediación está ligada al negocio de la compra de animales en finca y el transporte de animales vivos.
• No existe un sistema especializado de transporte de animales vivos.
• El transporte de animales por largos trayectos en condiciones precarias, es un riesgo sanitario y afecta la calidad y costo de la carne.
3. Inexistencia de un sistema de pago por calidad al ganadero
• En Colombia prevalece el sistema de pago por peso del animal vivo.
• Ni “en potrero” ni en planta de sacrificio, el precio del “novillo gordo” reconoce los esfuerzos en productividad y, por ende, en calidad.
4. Alta intermediación entre el sacrificio y el consumidor
• Si en la primera fase, el intermediario (comprador en finca –transportador) se beneficia a costa del productor; en la segunda, el intermediario (colocador) se beneficia a costa del consumidor a través de los “fameros”.
5. Deficiente sistema de inspección y vigilancia
• La base del sistema, el Decreto 1500 de 2007, ha sido prorrogado sucesivamente en siete (7) ocasiones, la última con vencimiento en agosto de 2018.
• A pesar de ello, se han cerrado centenares de plantas de sacrificio las más pequeñas, aisladas y vulnerables-, sin que la política pública facilite, financie y también obligue a los entes territoriales a la adopción de alternativas legales de sacrificio y comercialización de carne.
• El Sistema de Inspección y Vigilancia es deficiente en los eslabones de transporte de carne y establecimientos de venta en el canal informal.
• El tamaño y complejidad de la cadena desborda la capacidad institucional de la autoridad en temas de inocuidad: El Invima.
Las consecuencias
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El ganadero no es formador de precio de su propio producto a partir de los costos y una utilidad esperada, sino receptor del precio a través de la cadena de intermediación.
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El referente de precios del mercado son los canales formales, a partir de la agregación de valor en los procesos de transformación y comercialización.
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Con base en los referentes del mercado, los precios del canal informal se consolidan a partir del poder de negociación de los intermediarios (colocadores) sobre los fameros, siempre en detrimento del consumidor.
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El sistema promueve la informalidad, el sacrificio clandestino y, por esa vía, el abigeato y el contrabando.
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El sistema de Inspección y Vigilancia no es homologable con el de ninguno de los países o comunidades con los que se han firmado TLC.