CONtexto ganadero consultó diversas voces autorizadas sobre sus expectativas para el sector ganadero bovino en este año. Las exportaciones seguirían al alza, pero también existen algunos nubarrones que son necesarios sortear.
2021 marca un hito en el desempeño de la ganadería bovina colombiana. Demostró su potencial y se transformó en un jugador importante en el mercado mundial.
Fue el punto de arranque para mostrar que la ganadería colombiana salió de un largo letargo –producto de la pérdida y posterior recuperación del estatus sanitario a raíz de los brotes de aftosa– y sorteó con éxito los retos que impuso la continuidad de la pandemia por COVID-19. (Lea: Oportunidades y riesgos que ve Bancolombia para los ganaderos)
Así lo demuestran las cifras: hasta el 31 de octubre exportó 47 377 toneladas de carne y despojos por valor FOB de USD 204 624 000, un 84,2 % más que las 25 721 t enviadas al mismo periodo de 2020, y un 120,6 % que los USD 92 752 000 en ingresos.
Frente a las cifras de 2019 el crecimiento en volumen exportado es de 185,5 % cuando se vendieron en el mercado internacional 16 596 t; en valor creció 236,7 % más de los USD 60 767 000 recibidos en ese año.
Una característica de las exportaciones en 2021 es la disminución
Otro aspecto que se registró en 2021 es la disminución de la comercialización de ganado en pie la cual se atribuye a la competencia de Venezuela, de manera que junio, julio y agosto fueron los únicos meses en los que se exportaron menos de 10 000 animales mensuales.
Sin embargo, el ritmo parece estar recuperándose, pues en octubre se logró enviar 32 161 ejemplares, la cifra mensual más alta del año, completándose un número muy significativo de 205 150 animales en pie y un total de ingresos de USD 122 876 000. (Lea: Exportaciones ganaderas hasta octubre sumaron casi USD 352 millones, el mejor resultado desde 2012)
En cuanto a leche y derivados lácteos, el décimo mes cerró con 6931 t (aproximándose a batir la cifra total de 2015) por valor FOB de USD 24 431 000. Estos resultados son 113 % más altos que las 3000 t y 115 % que los USD 11 351 000 de las exportaciones lácteas de 2020.
Altas expectativas
“2022 también va a ser un año bueno” augura Oscar Cubillos Pedraza, jefe de la Oficina de Planeación e Investigaciones Económicas de Fedegán – FNG, quien estima que todo se deberá al tema exportador.
Recordó que para 2021 la meta de exportación era de USD 400 millones entre carne y animales vivos. Nivel que se va a superar faltando por contabilizar los últimos dos meses del año pasado.
Para 2022 la meta será de USD 500 millones que, a su juicio, es perfectamente alcanzable.
“Va a ser un año bueno, especialmente por la recuperación económica mundial, que va a seguir demandando más alimentos, mayor cantidad de materias primas. Y Colombia, con su dinámica de exportación y con el estatus de país libre de fiebre aftosa, sigue posicionándose; se abrirán más mercados y los actuales –seguramente– pedirán más. A eso se le suma la operatividad del sistema de trazabilidad e identificación animal, que dará apertura a mercados de mayor valor”, explicó. (Lea: Así está aumentando el precio del ganado y la carne en otras partes del mundo)
Recalcó en que es vital garantizar la oferta dado que la demanda de carne y animales en pie va a continuar. Por esa razón, el foco de la economía ganadera de Colombia está sujeto a una mayor demanda y, por consiguiente, la oferta no puede ser menor. Eso requiere que el país tenga un inventario creciente y que se reponga más rápido. “Ya no pueden haber animales que llegen al sacrificio a los 3 años y medio o tasas de natalidad del 50 %”, enfatiza.
Esta tendencia obligará a los ganaderos a acelerar los indicadores reproductivos para dar respuesta a lo que el mundo está demandando. “Si no damos respuesta y no mejoramos los indicadores, buscarán a otro proveedor, enfatizó.
¿Qué va a pasar en materia de precios?
Se van a mantener fuertes, pero no van a llegar a los $9.000 o $10.000. En el caso del ganado flaco, su precio se ubicará alrededor de los $7.300, mientras que el ganado gordo tenderá hacia los $6.600, sabiendo que es el punto de equilibrio que hay entre oferta y demanda.
Augusto Beltrán Segrera, secretario general del Fondo de Estabilización para el Fomento de la Exportación de Carne, Leche y sus Derivados (FEP), afirma que más que una bonanza ganadera, lo que se evidencia es un alto crecimiento en el sector cárnico bovino en Colombia. (Lea: ¿Por qué ha subido el precio de la carne si hay mayor cantidad de ganado?)
Aseguró que lo que está ocurriendo en el país es la consolidación de más de una década de esfuerzos que desde el gremio ganadero se han venido realizado, en busca de fortalecer la actividad productiva de carne bovina en el país con énfasis exportador.
“Lo que presenciamos en el sector sobrepasa la idea de una bonanza, pues, en general, esta tiende a ser temporal, mientras que los cambios estructurales que se están produciendo en el sector cárnico, sumado a una demanda creciente en el tiempo, permite indicar que el crecimiento de los indicadores del sector será sostenido, generando un amplio beneficio para los productores”, indicó Beltrán.
Para los consumidores esto ha representado tener que destinar un mayor presupuesto para la adquisición de productos de la canasta básica, ya que la carne de res fue uno de los alimentos más consumidos por los colombianos en 2021(el consumo per cápita en el país culminó el año pasado en 18 kilogramos), después del pollo (34,2 kilos). Pese al incremento de precios, los colombianos elevaron la compra de ambas proteínas: consumieron 0,9 kilos más de carne de res y 0,5 kilos más de pollo al año en promedio.
Ricardo Arenas Ovalle, Médico Veterinario, consultor agroindustrial, ganadero y coordinador de cadenas de la dirección técnica del Fondo Nacional del Ganado,cree que este año se seguirán fortaleciendo los mercados internacionales de exportación de carne procesada como de animales en pie, toda vez que se ha hecho un trabajo muy juicioso que seguramente en este año crecerá, lo que es muy valioso para la ganadería en Colombia. (Lea: Cadenas productivas sienten el impacto del incremento en los costos)
“Es probable que se abran nuevos mercados. La presión con Estados Unidos que podamos realizar junto con nuestras autoridades sanitarias, quizá permita el acceso de nuestra carne a ese mercado para este 2022. Aunque no necesariamente con unos volúmenes muy grandes, pisar ese mercado que es un gran comprador de carne, será un gran paso”, expresó.
En cuanto al sector lácteo, Arenas indicó que dependerá mucho de la oferta nacional para tener unos volúmenes interesantes que permitan hacer presencia en ese mercado (EE. UU.), que hoy se hace muy débilmente. A pesar de que Colombia ha crecido en envíos a Estados Unidos y las cifras de exportaciones son interesantes, cuando se habla del crecimiento superior al 110 % es un indicador valioso en un año, pero la cantidad que se exporta es baja en comparación con la importación. Es una balanza comercial de 9 a 1 o 10 a 1, lo que no es bueno para la lechería nacional.
Importaciones
En el caso lácteo, Arenas señaló que en los primeros días de enero hubo una llegada masiva de leche en polvo, que venía siendo negociada desde agosto del año pasado. Sin embargo, la subida del dólar es una barrera natural. Por eso si se mantiene la tasa de cambio actual, considera que no es lógico traer leche porque no es el resultado de un ejercicio económico natural sino especulativo. Es decir, lo más sensato sería comprar el producto colombiano.
Aseguró que en el país hay leche y suficiente, por lo que si la industria formal paga lo justo y hace lo que es debido en cuanto a recolección y llegar a todas las zonas de producción, no habrá dificultades para el abastecimiento del mercado nacional. No se debe descargar la responsabilidad sobre el ganadero en cuanto a productividad del sector, y es necesario que las empresas sean partícipes de esa mejoría, tanto con apoyo técnico al productor, como en eficiencia en los procesos de recolección, menores costos en el enfriamiento y procesamiento. (Lea: Sector lechero sigue siendo la moneda de cambio en el TLC)
“Hay suficiente inventario ganadero que le dé la tranquilidad a la industria nacional y la provisión de leche que necesite, siempre que haya canales de comercialización adecuados y justos con el productor primario”, recalcó.
Sostuvoque las importaciones deberían ir reduciéndose, pero van a continuar. Hizo especial énfasis en el ingreso de lactosueros, tema que considera peligroso si no se controla adecuadamente su utilización. Incluso se aventuró a recomendar el diseño de un sistema de trazabilidad láctea para la leche, los derivados importados, en especial en los lactosueros provenientes del exterior.
“El buen momento que hay en la ganadería de carne, que presiona –de manera positiva– al precio en el sector lechero. Cuando hay un buen mercado de carne, es una muy buena válvula de escape para los ganaderos y hace que se presione al alza el precio de la leche. Al contrario de como muchos lo quisieran ver, el buen momento de la ganadería de carne genera un mejor momento para el otro (leche)”, remató.
También hay nubarrones
Analistas señalan al menos cuatro grandes retos que enfrenta la ganadería mundial y, por supuesto, la colombiana. Tenemos el aumento de costos de las materias primas, los laborales, de energía y de logística, y, adicionalmente y específicamente para la ganadería colombiana, el riesgo latente de reingreso de la fiebre aftosa por la frontera con Venezuela, los crecientes niveles de inseguridad que se están registrando tanto en el sector rural como en el urbano, y la apreciación del peso, en un entorno de elecciones enrarecido por presiones políticas que han llevado a otras economías de la región por optar sistemas de gobierno de izquierda, cuyos efectos se resumen en la salida de capitales y el poco interés de inversionistas internacionales en invertir en dichos países.
En 2022, de acuerdo con analistas de Rabobank, la industria cárnica mundial deberá enfrentar aumentos de los costos de las materias primas, laborales, energía y de logística. Indican que las cadenas de suministro de proteína animal se enfrentan a cuatro áreas de presiones inflacionarias relacionadas con los costos en la alimentación animal, el trabajo, la energía y el transporte de mercancías. (Lea: 2022 será un año desafiante para la industria cárnica mundial: Rabobank)
De acuerdo con un artículo publicado por CONtexto ganadero, el origen del aumento de los costos en Colombia, además de los señalados, está en la tasa de cambio que aumenta el precio de las importaciones, pero a su vez favorece a los renglones exportadores porque reciben más recursos al vender sus productos. Parte importante de ese costo se deriva de la urea que es materia prima para la fabricación de fertilizantes
La Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercados del Banco de Colombia, a la vez que evidencia las oportunidades que se abren para el sector en 2022 advierte de riesgos de cara a los mercados internacionales y el local.
Los analistas de esta entidad confirman las exportaciones globales de carne de res se recuperan, y al tiempo que repunta la demanda en un entorno marcado por la variante ómicron y la baja oferta de contendores, lo cual empuja hacia arriba los precios de los fertilizantes y demás materias primas importadas que requiere el sector.
A su vez plantean un interrogante relacionado con la oferta de ganado y su impacto a futuro en las exportaciones de ganado y carne, en razón al comportamiento del sacrificio de hembras en las regiones exportadoras para la sostenibilidad. A este respecto CONtexto ganadero señala que ante la necesidad de animales de reposición y la baja oferta de los mismos, los ganaderos de levante y ceba empiezan a considerar la inclusión en su negocio de la actividad de cría. (Lea: Ganaderos de levante y ceba ya piensan en incursionar en la cría)
En su informe los analistas de Bancolombia explican que en las zonas exportadoras el sector se viene comportando de manera diferente al resto del país: mientras que en las otras regiones viene aumentando la retención de vientres por el buen precio interno de la carne, en departamentos como Córdoba se han visto en la necesidad de sacrificar hembras para poder abastecer el consumo local.
De mantenerse esta tendencia, la pregunta que surge es si podrá reponerse el inventario de hembras en las regiones exportadoras para mantener el ritmo actual de crecimiento en ventas al exterior.
También plantea el reto que representa para las plantas de beneficio ubicadas en departamentos exportadores, por el incremento de las exportaciones ganaderas y la dependencia de sus ingresos en el número de cabezas sacrificadas.
Finalmente señalan que el contrabando de ganado desde Venezuela se vuelve un factor clave de riesgo a controlar, dado el posible impacto en contagio de fiebre aftosa y su efecto en el cierre de los mercados. (Lea: Colombia reforzará la inmunidad contra la fiebre aftosa en las zonas de frontera con Venezuela)
En fin, la ganadería colombiana atraviesa por un buen momento y con muy buenas proyecciones, cuya capacidad productiva y de eficiencia les sirven a los ganaderos para afincarse en los mercados internacionales. En leche la marcha es lenta, pese al poco apoyo que recibió el sector y la desafortunada decisión sobre la salvaguardia que solicitara Fedegán para proteger a los productores nacionales. De todas maneras, el mundo va a necesitar más proteína de esta fuente.