Con 49 años de edad, Ximena Guevara es una productora que durante 28 años ha trabajado incansablemente en el campo, siendo hoy la única mujer ganadera de Colombia en contar con una sexta recertificación en Buenas Prácticas Ganaderas (BPG).
Ximena Guevara es una mujer del campo que desde sus primeros años de vida se sintió atraída por la majestuosidad y encanto de este sector económico. Es una bogotana de nacimiento pero quindiana de corazón, porque es en esa tierra en la cual ha desarrollado su amor por el campo, su vida como madre hasta ser ejemplo para su hijo.
“Mis primeros años de vida fueron en Bogotá, allá estudié mi bachillerato y también realicé mis estudios técnicos. Tengo una familia en la que mi madre es de Bogotá y mi padre del Quindío, razón por la que desde los 5 años, mi papá nos traía de vacaciones a estas tierras por eso puedo decir que estoy enamorada de esta región. Siempre sentí que aquí es donde iba a ser feliz, y ese siempre ha sido el norte de mi vida, buscar los lugares donde pueda ser feliz”, explica Guevara.
Los inicios de un inmenso amor
Guevara es la menor de 4 hermanos, teniendo hoy en día 49 años de edad. Desde muy niña jugaba con sus hermanos a que era la dueña de la finca y ellos solían ser los terneros, poniéndole nombre a cada uno. Este juego, que parece muy inocente, se prolongó hasta los 14 años y se convirtió en una pasión que fue más allá, pues hoy es una reconocida productora de la región.
Al terminar el colegio, Guevara quiso estudiar en el SENA debido a que le ofrecía la opción de desarrollarse como Tecnóloga Agropecuaria, pues “quería untarme y estar más en contacto con los animales, teniendo un ambiente diferente”, como asegura.
Una vez termina sus estudios a los 21 años, Guevara se traslada de Bogotá hasta el Quindío a trabajar en la finca Villa Ximena que es propiedad de la familia. Los primeros años fue muy complejo porque los hombres de la finca aún no se acostumbraban a tener a un jefe mujer que fuera tan joven.
“Todo este proceso fue difícil, pero afortunadamente las cosas empezaron a mejorar gracias a que llegó a la finca una persona con quien hice un gran equipo de trabajo durante 18 años y con quien transformamos una explotación con nada de tecnología y baja productividad, en una finca exitosa, con tecnología adecuada para la explotación de leche, mucho más eficiente, mejorando genética y llevando información pertinente para la actividad”, detalla Guevara.
Este crecimiento en el negocio va de la mano con la afiliación que hizo con Colanta, que según lo comenta “ha sido fundamental estar de la mano con esta empresa porque fue quien empezó a liderar el tema de la higiene en la leche promoviendo todos los protocolos que se deben tener presentes en las rutinas de ordeño para la obtención de leche inocua y de calidad”, ejemplifica Guevara. Está asociada a esta empresa desde hace aproximadamente 20 años, trabajando como productora desde hace 25, por lo cual los considera su apoyo.
“A lo largo de todo este tiempo la finca ha crecido en tecnología, producción, eficiencia, por lo que en 2008 me certifiqué y estuve entre las primeras 6 fincas de Colombia certificadas con las Buenas Prácticas Ganaderas”, menciona. (Lea: Lea el decálogo de las BPG)
Una ganadera que es la cabeza de su familia
Para Guevara, la vida no ha sido fácil porque ha aprendido del campo a la vez que ha aprendido a ser madre cabeza de familia, teniendo un hijo que hoy estudia su carrera universitaria en Bogotá, gracias al esfuerzo incansable de su madre.
“Ha sido complicado llevar las dos cosas al mismo tiempo, pero puedo decir que se ha vuelto más fácil porque hago las cosas con amor y con compromiso. Desde el nacimiento de mi hijo Andrés Mauricio hace 23 años y siendo mamá soltera sentí este momento como un disparo al cielo para mí porque empecé a trabajar mucho para sacarlo adelante, darle buen ejemplo y darle al mundo un buen ser humano bueno, objetivo que creo con certeza que cumplí. No fue fácil, ya que tocaba distribuir mi tiempo y mi vida entre las labores de la finca, del hogar y como mamá”, asegura Guevara.
Además añade que “una de las satisfacciones de mi trabajo es haber contado siempre con un personal comprometido, con quienes hemos hecho un gran engranaje que ha sido importante para sacar el proyecto adelante, a pesar de algunos momentos difíciles. Como también ha sido gratificante para mí ver que quien fue leal durante tantos años a la empresa, hoy en día tiene su propio negocio y una linda familia”, sostiene Guevara.
El día a día de una guerrera
Su padre, un hombre de 94 años, ha sido el apoyo y ejemplo durante toda su vida, pues le ha inculcado coraje, honestidad y compromiso. Actualmente “estoy a cargo de mi padre, pero es un roble porque ha estado conmigo durante toda mi vida”, señala.
Diariamente se levanta a las 2:30 a.m. para comenzar las labores de ordeño con el equipo de trabajo, para luego realizar el lavado de equipos e instalaciones, revisión del ganado y registro de información. Además realiza las labores del hogar porque como lo manifiesta “hay que mantener la casa organizada y con almuerzo”.
En las horas de la tarde, esta productora retoma el ordeño y revisa una finca que tiene arrendada en la cual cuenta con algunas terneras, por lo tanto su vida varía entre ser ama de casa, hija y ganadera colombiana.
Una mujer trabajando en el campo del país
“Hoy soy una de millones de mujeres que tienen una valentía enorme y que juegan un papel muy importante en el campo. En Quindío hay muchas mujeres muy visibles porque somos líderes en el tema de la ganadería. Conozco mujeres muy juiciosas y no solo hablo de las dueñas de fincas sino también en entidades como la Dra Ana María Martínez del ICA, que sin ella no hubiéramos logrado que 6 fincas del departamento hayan sido las primeras en el país con certificación en PBG”, describe Guevara. (Lea: ¿Aplica estos requisitos para obtener la certificación de BPG en leche?)
Esta productora también menciona que las compañeras de los trabajadores en la fincas han jugado un papel muy importante en el crecimiento del campo, porque son personas que trabajan incansablemente por el agro.
Única finca del país con 6ta recertificación en Buenas Prácticas Ganaderas
Desde 2008 logró ser una de las primeras ganaderías del país en obtener la certificación de BPG, pero hoy, es la única mujer que cuenta con una recertificación por sexta vez con BPG, premiando así su constancia, compromiso y entrega.
“El proceso no ha sido difícil, como productores solo necesitamos ser organizados y disciplinados. En mi caso llevo un diario de campo en el cual me apoyo para llenar mis registros, siendo esto algo que se puede hacer con mucho compromiso y perseverancia”, expresa.
“Me llena de orgullo todo esto porque soy una mujer y pues muchas veces en el sector no nos creen a las representantes de nuestro género, pero afortunadamente ya hemos puesto un estatus y ya tenemos mayor credibilidad. Me alegra que sea una mujer del Quindío la que obtenga ese reconocimiento, porque a pesar que no soy de aquí, considero que es lo mínimo que puedo hacer por esta región que adoro porque aquí me desarrollé como mujer, como persona y como mamá, por eso digo que este reconocimiento no es mío, es de todas las mujeres ganaderas, es de mi Quindío y de un gran número de personas que me han apoyado y creído en mí”, explica emotivamente Guevara.
Un camino lleno de compromiso y constancia
Ximena Guevara ha sido una persona que en su corta edad, ya tiene el reconocimiento no solo de su familia, sino de un gremio que día a día va creciendo a pequeños pasos, pero sobretodo, de un departamento que la acogió como su hija adoptiva.
Es miembro fundador de Círculos de Excelencia del Quindío, grupo creado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) para el crecimiento y enriquecimiento de conocimientos del gremio ganadero, quienes desde 2009 hasta hoy se reúnen ininterrumpidamente cada mes.
Para esta productora la clave de su éxito “lo remito al amor por lo que se hace, porque si no se invierte amor en lo que se está trabajando, no hay forma de trabajar a gusto salir adelante en un medio tan complejo. Este amor conlleva disciplina, compromiso, verraquera. Por eso yo digo que en el momento en que nació mi hijo creé un compromiso tan grande con él y con la finca, que me llevó a sacar adelante el negocio”, manifiesta.
A partir de esto, lo más satisfactorio para esta productora en toda su experiencia en el campo ha sido el llevar a su hijo a ser un profesional gracias al trabajo y al sudor de su frente, pues diariamente se despierta a altas horas de la madruga para invertir esfuerzo y amor en cada labor que realiza.
Renaciendo de la cenizas
Durante sus 28 años en el trabajo en el campo, no todo ha sido color de rosa para esta productora porque han tocado a su puerta enfermedades de sus animales y de sus seres queridos que la han hecho caer en muchos momentos, pero que como el ave Fénix, toma vuelo y se levanta para ser cada día más fuerte.
“El más fuerte de los obstáculos lo viví en mi primera certificación porque contaba con 12 animales con brucelosis, teniendo en cuenta que tengo un hato de 50 cabezas de ganado, por eso en ese momento pensé que todo se había acabado. Sin embargo, Ana María Martínez me impulsó para levantarme y sacar adelante el negocio por mi hijo para darle un buen ejemplo y por muchas cosas más. En ese momento vendí a los animales y volví a aplicar a la certificación”, explica Guevara. (Lea: Ir más allá de las Buenas Prácticas Ganaderas para lograr la inocuidad)
En cuanto a su familia, la productora menciona que una enfermedad de su padre hace muchos años casi la hace caer porque tenía que estar en la clínica durante largos periodos, situación que considera como traumática, pero que la hizo más fuerte y guerrera.
El agro colombiano
“Desafortunadamente no veo un futuro muy amable para el sector porque me parece que los TLC en el sector lechero nos está golpeando muy fuerte, entonces no veo las cosas de forma positiva. Esta es la parte triste de la historia porque es un sector muy complicado donde los insumos son cada vez más costosos y al ganadero se le va volviendo cada vez más delgadito el bolsillo, teniendo en cuenta que los ingresos son cada vez menos”, declara Guevara.
Esta ganadera asegura que la solución está en mano de los productores y de las entidades, quienes deben hacer un trabajo conjunto en volverse más eficientes, bajar costos y contar con animales más productivos. “Esto debe ser trabajo junto con el Gobierno Nacional, porque si nos dejan solos no somos capaces de salir. Es una batalla en la cual ganamos todos, por lo cual debemos tener la actitud de seguir adelante”, concluye.