Las poblaciones indígenas del Cauca han sido sin duda de las más afectadas por la presencia de grupos guerrilleros. Los constantes ataques que han sufrido los diversos municipios en donde residen estos colombianos son el pan de cada día, sin embargo, muchos de ellos han visto en la producción lechera el escape perfecto para la realidad que deben enfrentar.

Un escape a la violencia que azota a Silvia, eso significa la producción lechera y la ganadería para más de 120 caucanos, quienes vienen trabajando de la mano con el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, y el Centro de Servicios Tecnológicos Ganaderos, Tecnig@n, de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, desde hace 4 años, donde participan en todo tipo de capacitaciones con el fin de mejorar su producción y ser más competitivos. (Lea: Informe: Fedegán y Sena, 14 años trabajando por la ganadería)

El trabajo realizado por las 2 entidades consiste en conformar grupos en los que sus integrantes estén interesados en modernizar sus labores, ya que carecen de tecnología. Una vez incluida tendrán un mejor rendimiento, entendido de otra manera, mejores animales y más litros de leche, todo en pro de los habitantes del resguardo Pitayó, beneficiarios de la alianza.

“Lo primero que hicimos fue un proceso de sensibilización con los ganaderos, con la intención de que conozcan las normatividades existentes, porque lo que ellos quieren es mejorar0 en el aspecto técnico, así recibir certificaciones en ordeño, vacunación, manejo de animales, lo que les da más herramientas de cara a los TLC”, sostuvo Elkin Mauricio Ávila, subdirector del Centro Agropecuario del Sena. (Lea: Vacunadores se capacitan gracias a convenio entre Fedegán y el Sena)

Estas actividades, organizadas por las 2 entidades, han permitido que 100 productores caucanos hayan recibido su certificación en ordeño. De igual manera también están participando en capacitaciones sobre inseminación, con la intención de inculcarles este componente que tanto les hace falta y al cual tienen poco acceso.

“Algo muy positivo de trabajar con esta población, es el respeto y la aceptación que tienen por las instituciones como son el Sena y Fedegán. En el caso de la Federación, les ha hecho muchos aportes en materia de comercialización y mejoramiento del producto, mientras que con el Servicio Nacional, reconocen y participan activamente en los talleres planteados”, aseguró Ávila. (Lea: Fedegán y SENA capacitan a cerca de 2.000 ganaderos)

La situación en la zona es tensa. Cuando se van a realizar esta clase de talleres, los miembros del cabildo se encargan de asegurar los accesos, son quienes saben a qué horas se puede viajar, cómo se puede llegar al municipio y en algunas oportunidades viajan con el personal encargado de las capacitaciones para velar por su seguridad.

“Cumplimos todos los protocolos que ellos nos piden, siempre estamos con elementos propios de las instituciones, para que sepan a qué vamos y quiénes somos, por lo que en los 4 años que hemos venido trabajando con ellos, nunca nos ha pasado nada”, relató Santiago Jaramillo, profesional en Gestión de Proyectos Estratégicos de Fedegán en Popayán, quien ha venido acompañando estas actividades en la región. (Lea: Fedegán y el Sena promueven modelos ganaderos sostenibles)

Según explicó el profesional de Fedegán, esta clase de herramientas les han servido para que los ganaderos de Silvia salgan adelante, ya que son personas de escasos recursos y donde prolifera la violencia, entonces a través del trabajo que ellos mismos desarrollan, generan riqueza.

“Ellos han entendido que certificarse y cualificarse en esas buenas prácticas, les va a permitir que sus productos sean más competitivos y de mejor calidad, además son conscientes de que deben hacerlo ya que están muy preocupados por cuenta de los TLC”, manifestó Jaramillo. (Lea: Pequeños ganaderos caucanos fueron certificados en ordeño)

Gracias a esta clase de actividades organizadas por el Sena y Fedegán, la ganadería pasó a ser una verdadera oportunidad de vida, ya que de lo contrario los habitantes de esta región se debían dedicar a cultivar papa, sin tener la oportunidad de capacitarse y generar riqueza como lo vienen haciendo con la actividad pecuaria.