Luego de salir corriendo de su vereda natal, dejando atrás su finca agropecuaria, este campesino de 29 años aprendió más sobre el campo y luchó para poder realizar su práctica en su finca. Gracias a la Gobernación de Antioquía, pudo retornar y hoy es un ejemplo a seguir.
Aunque las Gobernaciones de los diferentes departamentos el país trabajaron todo el año para brindarle un significativo apoyo a los productores agropecuarios de sus municipios, hubo una que lo realizó con creces: la de Antioquia.
Uno de los tantos favorecidos durante 2013 de los distintos programas realizados por el gobierno departamental, fue Roberto Jaramillo, un campesino que desde pequeño vivió en la vereda El Respaldo, ubicada en el municipio de Briceño, quien por motivos de seguridad tuvo que abandonar sus tierras. (Lea: Antioquia introducirá tecnología en agro, lechería y piscicultura)
“En el mes de agosto de 2012, llegó un grupo de paramilitares a la vereda y nos amenazaron a todos. Muchos salimos corriendo con lo poco que logramos meter en una maleta. Incluso contratamos un camión para que nos llevara una cositas”, narra Roberto con una voz entrecortada.
Ese mismo día, llegaron a una casa hecha de tejas de un familiar que quedaba en la Comuna 8 de la capital antioqueña: Medellín. Allí, en un espacio de 4 metros por 5, tuvieron que acomodarse dos familias, la de Roberto y la de un vecino.
“Mi esposa, mis dos hijos y yo, dormíamos en dos camas pequeñas, mientras que mi vecino, su esposa y su hijo, lo hacían solo en una cama. Compartíamos cocina y nuestro baño era afuera de la casa”, continúa Roberto.
Con el paso de los días, la situación iba empeorando. Los delincuentes comunes y combatir con un nuevo espacio para vivir que no era conocido, se unieron a la falta de empleo y al poco dinero que tenían en sus bolsillos. (Lea: En Antioquia se cumplirán Jornadas Sanitarias)
“Para mí era triste tener que ir a una tienda a comprar tomates, papas, leche, sabiendo que todo eso lo tenía yo en mi finca. Siempre pensaba que ese dinero que estaba gastando, lo hubiera podido invertir en otra res, en otro sembrado, en un viaje para mis hijos”, asegura el campesino de 29 años.
El campo se trasteó para la ciudad
Con el andar de los días y los recorridos por las calles de Roberto dejando hojas de vida a su paso, este campesino conoció por una pancarta de los programas que la Gobernación del departamento lideraba para mejorar la producción agropecuaria en las zonas rurales.
“Escuelas de campo, cursos sobre pastos, sobre ganado, sobre sembrar. Todo eso comencé a leer y me enteré. Tanto que ese mismo día entré al despacho de la Secretaría de Agricultura de Antioquia, y les dije que quería participar. Así comencé”, asevera Roberto Jaramillo.
Gracias a los programas de Escuelas de Campo Agropecuarias y de Formalización de la tierra para el desarrollo alternativo, Roberto regresó a lo suyo: el campo. Comenzó a asistir a las charlas, buscó la manera de ayudar en las tierras de los demás integrantes y poco a poco se convirtió en un líder del grupo. (Lea: En Antioquia se sigue trabajando por el sector agropecuario)
“Estaba en ‘mi salsa’. Con la plata que ganaba, comencé a hacer sembrados pequeños al lado de mi casa en la Comuna. Ya tenía gratis el tomate y la papa. Pero tenía una nueva meta: volver a mi vereda y aplicar en mi tierra lo que había aprendido”, cuenta Jaramillo.
Y así lo hizo. Gracias al apoyo que encontró en Diego Miguel Sierra Botero, secretario de Agricultura y Desarrollo, y Sergio Fajardo, gobernador de Antioquia, Roberto logró retornar a su vereda y llegar no solo con sus conocimientos, sino con un refuerzo policial para brindarle seguridad a la comunidad.
“Yo siempre pensaba que pedir ayuda era muy complicado. Y así es. (Risas). Gracias a Dios yo conté con la ventaja de estar adentro de la Gobernación, desde los programas, para poder decirles que El Respaldo necesitaba un apoyo”, explica Roberto Jaramillo.
La Gobernación, en cabeza de Sergio Fajardo, les brindó a los habitantes de esta zona del departamento un escuadrón de la Policía Nacional para que se realizara vigilancia en la vereda. Asimismo, les explicó que Roberto tenía conocimientos que podían ser implementados en los predios agropecuarios.
‘El ducho’ de los abonos
Dentro del programa de Formalización, Roberto recibió formación en temas como seguridad alimentaria, huertas caseras y diversificación de cultivos, gracias a los cuales hoy no compra productos que produce en su parcela, mejorando así la economía del hogar. (Lea: Antioquia fortalecerá cadenas productivas de frutas y hortalizas)
“Asimismo, aprendí cómo abonos orgánicos. Con eso, ya no me gasto la plata en abonos químicos. Es decir, ahorro dinero y estoy dándole a mi tierra mejor ‘alimento’, porque es natural”, explica con orgullo Roberto.
De esta forma queda demostrado que con pujanza, inquietud y una meta en la cabeza, se pueden llevar a cabalidad muchos objetivos. Roberto demostró que cuando salió de su vereda no lo hizo para dejarla atrás, sino para volver con pasos firmes, fuertes y con la esperanza de que sus hijos continúen su camino: el campo.