Unas vacaciones en Yopal fueron suficientes para enamorarse de esa ciudad. Así lo señaló Martha Isabel Garzón, una bogotana de 35 años, quien desde 2009 reside en la capital del Casanare y que por cuenta de su curiosidad e ingenio desarrolló un producto que le apunta a ser el dulce típico de la región.   Emprendimiento es la palabra que ha acompañado a Martha Isabel Garzón desde que concluyó sus estudios como sicóloga en Bogotá. Una vez terminó la universidad, nunca ejerció su carrera, pensó siempre en labrar su propio destino de forma independiente. En ese trasegar, tuvo un bar, un restaurante de comidas rápidas e incluso una sala de video juegos, pero nada de eso llenaba sus expectativas.  (Crónica: Oliverio Lara Borrero, un visionario universal)   Llegó el 2008 y buscó un destino impensado para pasar sus vacaciones. Ese lugar fue Yopal. Bastaron un par de días para enamorarse por completo de la Orinoquía colombiana, no sin antes preguntarse: “¿Por qué no hay un dulce típico del departamento?, ¿se consiguen souvenirs de todas las regiones, pero nada es de acá?, ¿qué les llevo a mis familiares de recuerdo?”, esos interrogantes quedaron rondando en su cabeza.   Llegó 2009 y Martha cambió el rumbo de su vida, “vendí todos mis negocios y mis cosas y me radiqué en Yopal; me enamoré de esa ciudad”, relató. Esa determinación tenía un motivo: crear un producto que tuviera alto grado de recordación y pudiera ser promocionado como típico y tradicional del Casanare. (Crónica: La leche ganó el espacio que la coca se robó en el Meta)   Arequipe de Yuca   En ese año, Garzón tenía en mente un dulce autóctono como es el arequipe, pero acompañado con un producto propio de esa región como es la yuca. Así sonara extraño y poco atractivo, su idea de negocio iba más allá de lo que opinaran los demás. Por esa razón se presentó en el concurso de emprendimiento ‘Póngase las gafas para ver con visión empresarial”, evento convocado por la Gobernación del Casanare, la Alcaldía del Yopal, las universidades de la región y el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena.   Fueron 6 los ganadores. El arequipe de yuca, que estaba en la categoría de agroindustria, fue escogido como el mejor. “A partir de ahí empezaron capacitaciones, premios, respaldo y reconocimiento para mí y mi marca MakYuca, incluso hice un curso de culinaria con el Sena y cumplí uno de mis sueños”, sostuvo. (Crónica: Draco, el pastor alemán que cuida la salud de los caballos)   El reto más grande para Martha y su arequipe llegó en 2011. Ese año participó en el programa Emprender del Sena para obtener un apoyo económico que terminara de consolidar su microempresa y a ella como la productora del dulce tradicional del Casanare. Ese reconocimiento se dio en esa fecha. Ya en 2012, con $97 millones del premo, terminó de tecnificar MakYuk.   “Luego participé en 2 convocatorias más, una de la Revista Dinero que se llama Ventur, no gané, pero estuve en la final y una más fue la de Bavaria; en esa se presentaron 5.000 propuestas, la mía salió cuando ya solo restaban 300 para escoger la mejor, eso me dejó mucha satisfacción porque vi que mi arequipe era un producto atractivo e interesante para el mercado”, afirmó Martha. (Crónica: Aquiles Trevisi, el ganadero que le canta al Cebú)   Esos dineros y aprendizajes la llevaron a producir un producto suave, cremoso, no muy dulce como el resto de los arequipes, con alta aceptación y lo más importante, con el valor agregado de ser autóctono del Casanare.   Yucafé   A raíz del éxito que tuvo el producto clave de MakYuk, su dueña pensó ir más allá. Eso la llevó a elaborar un mayor número de productos a base de yuca, los cuales generaron una idea: montar un café. Fue así como surgió Yucafé, un lugar en el que se puede consumir la bebida típico casanareño acompañado con deliciosos postres. (Crónica: Lucerna, la criolla que también produce leche)   “Tenemos galletas, dulces, tortas, amasijos, trufas, muffins y hasta sorbete de yuca, es decir, logramos darle un completo valor agregado a un producto tradicional del Casanare, acompañándolo con comidas que son deliciosas”, agregó Martha.   Esa curiosidad de ir más allá, ha llevado a la gerente de MakYuk y Yucafé a posicionar su producto a tal nivel que ya se encuentra en los principales locales del aeropuerto El Alcaraván que sirve a la ciudad de Yopal, así como en el terminal de transportes de la capital del Casanare. Los supermercados Éxitos, los diversos operadores turísticos y las ferias también son espacios en los que el famoso arequipe de yuca está listo para llevar. “Para nosotros no es un dulce, es un regalo. Incluso está empacado como tal”, afirmó. (Crónica: Los Tamarindos, despensa al servicio de los ganaderos)   Luego de tantos logros y un caminar lleno de éxitos, Martha sostiene que quiere seguir creciendo, e incluso usa su empresa para darle la mano a quienes lo necesitan como madres cabeza de hogar, jóvenes que están en búsqueda de experiencia laboral, y hasta sus familiares han hecho parte de la compañía, que pasó de ser un sueño a una dulce realidad.