Jorge Ernesto Suárez Sanz lleva 35 años ejerciendo su profesión como médico veterinario, especializado en reproducción y patología genital bovina. Es reconocido en hatos lecheros del centro del país por su amplio conocimiento y experiencia para inseminar y palpar reses.
Suárez Sanz nació en Bogotá hace 59 años pero fue en México donde obtuvo su título como médico veterinario, en la Universidad Veracruzana. A su regreso a Colombia, ejerció como catedrático en la Universidad de La Salle, para estudiantes de séptimo a noveno semestre en la materia de patologías de reproducción.
“Estar vinculado a la universidad me sirvió bastante, estuve entre 18 y 20 años trabajando con ellos a medio tiempo, porque siempre me caractericé por ser independiente. Toda la vida mi pasión han sido las vacas, el manejo reproductivo de las vacas”, afirmó.
Su pasión lo llevó a especializarse en patología genital bovina, y comenzó a prestar sus servicios tanto en altas producciones de leche como en bajas. Según él, los ganaderos dedicados a este negocio destinan más recursos a la reproducción de sus vacas.
Con el paso del tiempo, se centró de lleno en esta labor que consideraba como su trabajo ideal. A medida que empezó a demostrar resultados favorables, sus clientes lo recomendaban y así fue copando su tiempo. (Lea: Estos son algunos tips para palpar gestaciones en bovinos)
“Comencé en el año 86, en ese entonces manejaba como 4 o 5 fincas. Mi sueño era lograr tener todo mi espacio de tiempo, de lunes a sábado, totalmente lleno de fincas asesorando la parte de patología clínica de reproducción”, afirmó el médico veterinario.
Reconocimiento gracias a los resultados
A lo largo de los años, Suárez se ha dado a conocer en numerosas fincas a lo largo del territorio nacional, principalmente en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Meta, Casanare y Antioquia, donde solicitan constantemente sus servicios.
A su juicio, con el paso de los años los ganaderos están optando más por el uso de las biotecnologías reproductivas, especialmente la inseminación, y exigen mayores resultados ante las limitaciones del negocio lechero que arrojan utilidades cada vez más bajas.
Ante la apretada situación, los productores demandan mayor eficiencia en la implementación de los protocolos de inseminación para elevar sus parámetros reproductivos, lo que ha obligado a expertos como Suárez a entregar los mejores resultados de manera constante.
Es por esto que el médico veterinario se ha caracterizado por utilizar protocolos de sincronización donde induce el calor en las vacas, pues a lo largo de los años ha concluido que el éxito de una preñez comienza por predisponer a la hembra de forma correcta.
“Para ponerla en calor, se necesitan una serie de herramientas: primero, la necesidad del ganadero, que sus vacas tiene que cargarlas. Segundo punto, que tenga que hacer una inversión y manejar una serie de hormonas cuya aplicación en días específicos daría un resultado inmediato”, aclaró.
Tras lo cual añadió: “Tercero, tratamos de trabajar con un equipo con el encargado de la finca que tenga el entrenamiento ideal para poder manejar las hormonas en su tiempo indicado y, desde luego, como buen inseminador para que la vaca cargue”.
En esta medida, Suárez utiliza técnicas para corregir las fallas en reproducción y obtener mejores parámetros. Esto se comprueba con la alta demanda de sus servicios y de clientes que lo buscan constantemente. (Lea: Conozca la importancia de la palpación rectal y la ultrasonografía)
Entre 3 protocolos, el que más utiliza es el PreSynch
Suárez indicó que en principio utiliza 2 tipos de protocolos para inseminar la vaca. El primero es el PreSynch, donde aplica hormonas a un grupo de individuos con estructuras muy específicas de ovarios para que las hembras entren en celo y a las que sirve con “sí celo”.
El segundo protocolo se utiliza para servir a la vaca sin celo con inseminación artificial a tiempo fijo (IATF), que se subdivide en 2: uno es OvSynch, que no usa dispositivo intravaginal, en tanto que el segundo sí lo usa. Luego de muchos años de experiencia y de numerosos ensayos, Suárez ha comprobado que el protocolo que más carga a las vacas es el PreSynch.
Según indicó, la tendencia de la reproducción moderna es servir a las vacas sin celo, una tarea que efectúan los veterinarios recién graduados. Sin embargo, dado que con este sistema el número de vacas que se cargan no es muy alto, Suárez ha generalizado el protocolo de “sí celo”, poniendo a las vacas en calor, lo que ha sido también favorable para su carrera profesional.
“Eso me ha dado una connotación especial. ¿Cuál es? Que logro duplicar y hasta triplicar las tasas de concepción, me sale el doble o el triple de vacas cargadas que con los otros protocolos modernos que utilizan IATF. La segunda ventaja, el protocolo Presynch está en el orden de los $15-18 mil, mientras que el dispositivo por vaca oscila entre los $50 y $70 mil”, señaló.
El médico veterinario tiene claro cuáles son los parámetros que espera alcanzar con este protocolo. Su intención es continuar “madurando” el Presynch, para lograr que un 90 a 95 % de las vacas que atiende entren en calor, no superar los 2.5 servicios con concepción y lograr menos de 150 días abiertos. “Ese es mi objetivo, es como una obsesión”, manifestó.
Sin planes de retiro
Cuando se aventuró en este campo, su mayor anhelo era tener su tiempo totalmente ocupado, atendiendo de lunes a sábado a diversas fincas, totalmente independiente y con dominio de sus propios horarios. Hoy en día, después de años de sacrificio, ya cumplió con este sueño.
“Mi fortaleza es prestar un asesoramiento directo a ganaderías que en promedio tienen 50 vacas de producción de leche, pero igual voy a hatos de 5 como a otros de 200, y hasta 350 vacas”, subrayó. (Informe: La importancia de la asistencia técnica integral en predios ganaderos)
Debido a su amplia trayectoria y a sus buenos resultados, Suárez es bastante reconocido en el medio y es consultado por cientos de productos que solicitan su asesoría. Además, aunque hay muchos nuevos médicos veterinarios, los ganaderos suelen depositar su confianza en la experticia del reconocido veterinario.
“Esto es lo que me apasiona, todos los días lo hago, tenemos días donde se palpan hasta 400 y 500 vacas al día. En fin, todo depende de los recorridos y las rutas que se hagan, ya logra uno tener un entrenamiento que permite lograr los objetivos esperados para cada ganadero”, expresó.
Por ahora, no vislumbra un retiro en el corto plazo a pesar de que su labor demanda un gran ejercicio físico: en la primera finca debe palpar 150 vacas, luego desplazarse hasta la siguiente con un número similar de animales, ejerciendo esta tarea durante casi todo el día.
Confesó que en los albores de su carrera, planeaba laborar hasta los 40 años. Pero al llegar a esa edad, se dio cuenta que le quedaban fuerzas y aplazó su retiro a los 50. Ahora, próximo a cumplir los 60 años, cree que todavía le quedan 10 años y hasta más.
“A medida que uno va adquiriendo más experiencia y va perfeccionando sus tratamientos, va adquiriendo mejores resultados y eso genera un vicio en el trabajo, una atracción por el dominio de lo que se está haciendo, y eso lo vuelve muy atractivo”, remató.