Ubicada en la vereda El Paradero Chipalo del municipio de Piedras (Tolima), esta ganadería es pionera en la aplicación de sistemas silvopastoriles desde hace 30 años, gracias a la iniciativa de dos generaciones de productores convencidos de que se pueden tener vacas sin dañar el medio ambiente.
Su propietario original, Roberto Mejía Caicedo, conoció sobre los SSP a través de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) y del Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (Cipav).
En aquel entonces, hace 30 años, decidió aplicarlo a su producción de leche, y hoy, su hijo Alberto Mejía Fortich, se conserva este emprendimiento que sirve de ejemplo a nivel nacional e internacional. (Informe: ¿Por qué vale la pena hacer ganadería sostenible?)
En la actualidad, 65 hectáreas están acondicionadas a sistemas arbóreos, lo que ha dado como fruto el aumento en la producción de leche con animales doble propósito gyr por holstein. Las hectáreas restantes están dedicadas al cultivo de arroz.
El modelo de SSP en El Chaco se implementó en tres pisos de especies vegetales: el primero es el pasto estrella, que brinda la energía necesaria al ganado. El segundo consta de algarrobo, leucaena y matarratón, consideradas fuentes de proteína para las vacas.
En cuanto al tercer nivel, está conformado por árboles de cachimbo, teca, neem e iguá, que es una especie nativa, con los cuales buscan brindar bienestar a los animales a través de la sombra que proveen, así como también para conservar la humedad del ambiente en época seca.
Como contó Mejía a ese medio, las ventajas del silvopastoreo frente a la ganadería extensiva tradicional incluyen un mejor uso de la distribución del suelo, así como una calidad de leche superior por el tipo de pasto del que se alimentan los animales y un ambiente libre de estrés.
También se destacan incrementos significativos en la productividad, mejora en la calidad de los suelos debido a una menor erosión y una mayor protección a las fuentes de agua, así como la garantía de contar con un sector ganadero más rentable en el largo plazo.
Un modelo en el Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible
Tal como contó Mejía Fortich a CONtexto ganadero, su padre Roberto tomó la decisión de realizar un proyecto de ganadería sostenible hace más de 30 años, pues siempre creyó en la opción de consolidar un negocio pecuario de la mano de la protección del medio ambiente.
“Consideramos que este modelo se adapta más a Colombia en todo el sentido, desde la economía ambiental y social. Tiene implicaciones muy interesantes dentro de lo que es nuestra cultura ganadera. En la idiosincrasia encaja muy bien nuestra gente al programa de ganadería sostenible”, resaltó en su momento.
La finca El Chaco está ubicada en la meseta de Ibagué con precipitaciones de 1.200 milímetros al año y 25 grados centígrados de temperatura. Si bien esta condición hace difícil la producción agropecuaria, gracias a los SSP pero se han mejorado los suelos y, con ello, los forrajes.
Cuando nació el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible (GCS) de la mano de Fedegán y apoyo de la Embajada de Reino Unido y el Banco Mundial, Mejía Fortich se vinculó a esta iniciativa. (Lea: Reino Unido y Banco Mundial visitan finca modelo de Ganadería Sostenible)
Al cabo de un tiempo, la ganadería se convirtió en un modelo para las demás interesadas en adaptar los arreglos y mejorar sus niveles productivos. Solo en Tolima, alrededor de 170 pequeños, medianos y grandes ganaderos fueron beneficiados con el GCS desde 2011.
En 2014, el entonces embajador del Reino Unido en Colombia, Lindsay Croisdale-Appleby; el director del Banco Mundial (BM) para Colombia y México, Gerardo Corrochano; y el presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie, visitaron la finca por sus sobresalientes resultados.
En aquel entonces, los funcionarios pudieron conocer de la mano de Mejía Fortich, los incrementos determinantes en la producción de carne y leche, generados por la aplicación de los SSP. (Lea: Asopastoril propone charlas de SSP y sistemas agroforestales cada sábado)
El productor les mostró cómo el uso de distintos tipos de árboles en los potreros impulsa la conservación de bosques nativos en la hacienda, específicamente 12 hectáreas de bosque tropical seco, los cuales están en riesgo de desaparecer en el país.
Otros beneficios incluyen la proporción de alimento al ganado durante todo el año, el aumento de capacidad de carga en los potreros, una mayor productividad de carne y leche y una reducción en los costos. (Lea: ¿En qué consiste la Mesa Nacional de Ganadería Sostenible?)
El Proyecto GCS es una iniciativa nacida de una alianza entre Fedegán-FNG, Cipav, Fondo Acción y The Nature Conservancy (TNC). Fue cofinanciado con recursos donados por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), administrados por el BM, y aportes financieros y en especie de los cuatro aliados.