Durante un estudio, este forraje alcanzó mejores indicadores de producción, materia seca y proteína que los materiales usualmente empleados en el municipio, cuyos suelos ácidos y poco fértiles elevan los gastos de alimentación de los bovinos.
Mientras las introducciones de botón de oro alcanzan valores que rondan el 17 % del índice de proteína, uno de los clones evaluados durante la investigación presentó un 20,5 %. Así lo asegura Paulo Andrés Castro León, estudiante de la Maestría en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira. (Lea: 5 bondades que puede que usted desconozca del botón de oro)
Este clon (planta genéticamente idéntica a otra), obtenido en Ansermanuevo (Valle del Cauca), forma parte del grupo de 44 procedencias colectadas en la Región Andina por el profesor Sanín Ortiz Grisales, de la U.N. Sede Palmira, entre 2012 y 2014. El material se evaluó junto con otras cuatro introducciones de botón de oro.
El zootecnista Castro señala que “se destacó sobre los otros por presentar las mejores características nutricionales y productivas, de ramas por sitio y biomasa forrajera (peso del forraje); así mismo tuvo una producción máxima de 0,6 kilos por m2 cada 60 días, lo que resulta un buen indicador en el contexto de la región”.
Así mismo, el clon presentó bajos valores de fibra detergente ácida, lo cual favorece su digestibilidad. Por estas razones, el material representa una alternativa para las condiciones agroclimáticas del municipio, ya que resiste las condiciones de acidez y poca fertilidad del suelo y soporta cortes frecuentes propios de la actividad ganadera. (Blog: Cómo propagar el botón de oro)
“La alimentación de la ganadería en el norte del Cauca está basada en pasturas de bajo contenido de proteína digestible y alta tasa de fibra, lo que lleva al uso de alimentos concentrados para suplir los bajos niveles nutricionales. Para reducir los costos, la ganadería de carne y leche se debe sostener en el uso de forrajes de especies de alta producción y eficiencia”, afirma el estudiante.
Selección ponderada
El botón de oro es un arbusto de la familia Compositae que crece en condiciones climáticas variadas, desde el nivel del mar hasta los 2.700 metros de altitud. Antes de esta investigación, la doctora Vilma Holguín evaluó las características agronómicas y nutricionales de las 44 introducciones de la colección de botón de oro y seleccionó las cinco mejores.
A partir de ahí se avanzó al cultivo experimental de las introducciones elegidas. En total se establecieron cinco bloques, cada uno con las cinco introducciones dispuestas en un orden aleatorio: “realizamos estas repeticiones para que las condiciones específicas del suelo no afectaran los resultados”, explica el investigador. (Lea: Vacas Holstein adquieren uniformidad con dieta de botón de oro)
A los 60 días después de establecer las estacas –fragmento de tallo de un árbol que se introduce en el suelo para el cultivo– se realizó un primer corte para hacer uniformes las dimensiones. Dos meses después se hizo la primera evaluación de la biomasa forrajera, el número de ramas, las características nutricionales y la relación entre el peso de las hojas y del tallo.
“Para determinar cuál era el mejor clon aplicamos el índice de selección ponderada, una fórmula matemática que otorga un peso a cada criterio en la evaluación, según su nivel de importancia. Así, se tuvieron en cuenta los valores de materia seca, cenizas (minerales), extracto etéreo (grasas), proteína y fibra”, detalla el investigador.
En ese orden, los dos mejores clones fueron el originario de Ansermanuevo y el de Finlandia, municipio de Quindío. (Informe: Bancos Mixtos de Forraje una respuesta a la ganadería sostenible)
Acondicionado poscosecha
Después de identificar la mejor introducción de Tithonia diversifolia en cuanto a la respuesta productiva y nutricional, se procedió a evaluar dos métodos de secado; con el primero, natural y realizado con un secador construido con plástico, el proceso tomó ocho horas, y con el segundo, en el que se emplea un silo a gas propano, se logró secar el forraje en ocho horas.
“Secar el forraje es fundamental para elaborar harina integral y así lograr una estabilidad química y microbiológica que permita preservar las propiedades nutricionales. De esta manera se optimiza la calidad del forraje frente a los procesos de transporte, almacenamiento, distribución y consumo”, concluye. (Lea: Pasturas excepcionales para sembrar en tierras templadas)
Fuente: Agencia de Noticias UN.