El programa de Ganadería Colombiana Sostenible ha contribuido a que muchos ganaderos cambien su estilo de vida y mejoren sus ingresos.
Un ejemplo de ello es Justino de Jesús Vargas Corredor, un hombre que una vez que salió pensionado, hace once años, empezó a involucrarse en el negocio de la ganadería en el cual lleva diez años, como él mismo lo señala.
Cuando comenzó no pensó tener una ganadería como la que tiene hoy día sino que las circunstancias se fueron dando y a él le fue gustando. (Lea: Conozca algunas experiencias de ganadería sostenible en el mundo)
Inicialmente compró un predio de dos fanegadas en la vereda San Lorenzo, sector Las Vegas del municipio de Duitama (Boyacá), después un vecino le ofreció otras tres fanegadas junto a la finca que ya tenía y entonces las adquirió y hace dos años otro vecino también decidió vender la finca y una vez más Justino la compró con esfuerzo y sacrificio. De esta manera completó ocho fanegadas.
“Esto fue sin plata, con solo deseo pero es algo que no lo vuelvo a ver, ni mis nietos vuelven a ver esta oportunidad en un sitio como este porque estoy a 500 metros de la autopista”, recuerda.
En estos momentos se encuentra endeudado con el Banco Agrario con tres créditos que le aprobaron gracias a tener una buena referencia financiera.
Todavía era muy novato en la ganadería y no se enteró de la primera convocatoria del programa de Ganadería Colombiana Sostenible pero sí estuvo en la segunda.
A partir de ahí se le fueron dando las cosas y “estoy muy agradecido con ese programa porque es algo maravilloso”. (Lea: Es mejor la ganadería sostenible que la tradicional)
Poco a poco fue configurando la finca que hoy día no es ni remotamente lo que originalmente era. “Hoy mi predio marca diferencia con el de los vecinos”, afirma con orgullo.
A través del programa de Ganadería Colombiana Sostenible participó en diferentes eventos que permitieron que la finca progresara como lo hizo.
Inicialmente recibió el predio con dos vacas normandas criollas y hoy día está ordeñando 19 vacas holstein con excelente genética, gracias a la asesoría que recibió del programa y fue lo que le permitió ir tomando la decisión de irse por ese lado y crecer.
Entre las ventajas que ve en la ganadería sostenible está el que se encarga él mismo de producir el alimento para las vacas en la misma finca y de tener otra serie de cultivos.
Es cuando empieza a cultivar setos para hacer divisiones de potreros de tres metros y cada 50 centímetros sembrar una mata de tilo que es propio de la zona para ramoneo. El tilo tiene la ventaja que se puede cosechar y cortar para dárselo a las vacas porque es un excelente forraje. (Lea: El proyecto Ganadería Colombiana Sostenible le cumplió al mundo)
Además tiene tres bromatológicos todas por encima de 22 % de proteína lo cual es mejor que cualquier concentrado.
Otra de las recomendaciones que le dieron y que aplica es la de sembrar muchos árboles en la finca para el sombrío del ganado y su bienestar. “Todo esto le dio una panorámica muy bonita a la finca”, dijo.
Adicionalmente hubo herramientas que le dieron en el programa de Ganadería Colombiana Sostenible que le ayudaron mucho como es el caso de la planificación participativa para saber qué se proponía hacer en un año en el predio y al final se evaluaba para mirar si se había cumplido y que le había faltado para dejarlo como nueva meta para el año siguiente.
Al principio tenía una carga animal de dos animales por hectárea y después de mirar diferentes aspectos para hacer una mejoría, hoy día tiene cinco animales por hectárea, mejor cuidados y alimentados, incluso superior a cuando solo eran dos.
En este proceso aprendió a hacer los aforos, a calcular la carga animal mediante fórmulas, los cuidados en las rotaciones de los animales y en general cómo ir haciendo labores que permitiesen tener pasturas oportunamente. (Lea: El bienestar animal presente en Ganadería Colombiana Sostenible)
La implementación del programa de Ganadería Colombiana Sostenible también se ha reflejado en la rentabilidad. De pasar de tener dos vacas produciendo cada una un promedio de 8 a 10 litros a llegar en un momento 14 vacas con un promedio de 22 litros por animal eso es algo que ilusiona y dan ganas de trabajar duro.
En su caso no ha tenido problemas con la recolección y el pago de la leche por parte de la industria que ha sido oportuna en ambas situaciones.
A futuro espera que el gobierno implemente una política de estímulo al consumo de leche, darle el alimento a precios asequibles a la población de menores ingresos a través de un subsidio. Eso debería quedar como algo permanente para que se provea de leche a esos hogares que no tienen acceso por falta de recursos.
Esto es algo que les conviene tanto al ganadero como al consumidor de menores ingresos y todos salen favorecidos.