La quesera más grande del Caquetá celebró su cumpleaños el pasado 9 de mayo. Durante este tiempo, se ha posicionado como una de las empresas del sector lácteo más importantes del departamento y de toda Colombia.   Nelson Castillo López, gerente general, reveló el origen de la quesera en mayo de 1998, que inició como una pequeña planta de fabricación de quesos frescos de elaboración artesanal en el municipio de Doncello. (Lea: Así avanza la ruta del queso Caquetá)   “La compañía se gestó gracias a los socios fundadores y quienes aún son los propietarios, el señor Arnulfo Roa y el señor Marcelo Serrano, ambos tolimenses. En el año 98, encontraron en el Caquetá un departamento prospecto para la generación de un negocio, inicialmente con la comercialización de crema de leche, y a los 2 meses, la producción de queso fresco de pasta hilada”, contó.   En los primeros días, el acopio estaba entre 2.000 y 2.500 litros de leche. Era una microempresa con la fábrica en Doncello y una sede de distribución en Cali, para la comercialización y distribución de los productos en salsamentarias, panaderías, restaurantes, queseras, instituciones, entre otros clientes.   Una historia marcada por la violencia   Además de sortear las dificultades normales de un negocio, la compañía ha tenido que lidiar con los riesgos de estar en una zona como Caquetá, donde el conflicto armado colombiano imperó en gran parte del territorio y se vieron obligados a enfrentarse a los distintos actores que les impedían realizar su actividad con normalidad.   En muchas ocasiones, tuvieron dificultad para llegar hasta las fincas de sus proveedores, que hoy en son más de 1.100 ganaderos dedicados al doble propósito, con los que guardan un estrecho vínculo que se ha prolongado por todos estos años.   “Es una relación muy importante, muy cercana, muy amigable, porque evidentemente sin esas 1.100 familias ganaderas, Quesos La Florida no podría comercializar su producto a nivel nacional. Una de las mayores dificultades es sobrellevar el conflicto en los municipios donde acopiamos, como Puerto Rico, El Doncello, El Paujil y San Vicente del Caguán”, detalló Castillo.   En varias ocasiones, la planta tuvo que parar debido a la amenaza de paro armado de los grupos al margen de la ley. El más reciente fue a finales de 2014 y principios de 2015, cuando las Farc seguían delinquiendo en el departamento.   El dirigente confirmó que la situación de orden público mejoró notablemente desde hace un año y medio con la desmovilización de la guerrilla de las Farc, a pesar de que todavía hay disidencias que amenazan la seguridad rural.   “En estos 20 años, hemos lidiado con 5 paros armados muy complejos que han afectado la operación de la compañía hasta por un mes de cese de actividades”, agregó.   Los contratiempos   Otro grave problema tiene que ver con el contrabando de queso desde Venezuela, que ha perjudicado tanto a productores como a los procesadores de lácteos. Según sus cuentas, en Bogotá llega queso de contrabando que vale la mitad de lo que cuesta un queso producido en Caquetá, a pesar de la protección que ofrece el sello de denominación de origen.   A esto se suma un tercer inconveniente: los contingentes de leche en polvo que adquiere la multinacional Nestlé, con quienes comparten proveedores. Cuando Nestlé llena sus stocks, deja de comprar leche a los productores, un fenómeno que también perjudica a La Florida. Por este motivo, señaló que Colombia debe evaluar los TLC con países como EE.UU. y la Unión Europea.   Un cuarto factor tiene que ver con el estancamiento en el consumo de queso en Colombia, que el año pasado fue de 1,4 kg per cápita y que siempre ha oscilado entre 1,1 y 1,5 kg, según las cifras de la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán.   “Es uno de los temas más complejos porque no somos una cultura muy quesera, entonces permanentemente debemos invertir el 4 o 5 % de nuestro presupuesto en publicidad para generar mejores hábitos de consumo de queso”, reconoció el gerente.   Aun así, no dejó pasar la oportunidad para manifestar su agradecimiento al país, y en especial al departamento y a los productores, pues en medio de tantas contrariedades, han podido consolidar su negocio. (Lea: Ganaderos del Caquetá le apuntan a consolidar la ruta del queso)   Aun cuando no se trata de un factor que frene la productividad en el corto plazo, Castillo López indicó que la falta de relevo generacional tiene una gran incidencia en el negocio, pues así como en el resto del país, Caquetá se está quedando sin jóvenes interesados en el agro.   “Nuestro campesino se está envejeciendo y sus hijos, a raíz del conflicto, tuvieron que salir de sus fincas y no están retornando. Ese falta de relevo evidentemente tiene un impacto negativo frente a la necesidad de seguir explorando el campo”, argumentó.   El dirigente afirmó que ha sido testigo cómo las fincas más grandes y reconocidas del departamento han disminuido su producción de leche, o sus dueños han optado por vender los terrenos, por lo cual las tradicionales familias ganaderas se han desplazado a la ciudad.   Los resultados en 20 años   Al cabo de 2 décadas, ya cuentan con 2 plantas: una en Puerto Rico, con capacidad de 6.000 litros y otra en Cartagena del Chairá, con 30 mil litros de capacidad, cuya actividad se suspende cuando hay escasez de inventarios.   “En estos 20 años, la compañía ha tenido participación en todas las regiones, con un enfoque en el occidente y centro del país. El año pasado abrimos 2 zonas que estaban pendientes, que eran los Santanderes y la Costa Atlántica, con lo que generamos cobertura nacional”, precisó Castillo.   En 2017, la empresa registró ventas por más de $55 mil millones y una utilidad de $458 millones, ubicándose en el puesto 2.001 de las firmas más grandes de Colombia. También cuenta con la certificación HACCP e ISO 9000:2015, que obtuvieron en septiembre de 2017.   Disponen de un laboratorio propio para analizar muestras de calidad de leche, cuyos resultados utilizan de manera preliminar mientras reciben los definitivos de un establecimiento acreditado tal y como lo determinó la resolución 017 de 2012 y la 468 de 2015.   “Tenemos una dificultad con los tiempos de respuesta porque son muy lentos. En nuestro laboratorio hacemos pruebas de liberación inicial mientras llegan los resultados de Corpoica. Nosotros pagamos la leche quincenalmente, 5 días después de cada corte, que a veces se nos retrasa porque no llegan estos resultados”, explicó.   Castillo López lleva un año y medio en La Florida, luego de 15 años en el sector cárnico y lechero de ganadería bovina: “He encontrado una empresa muy sólida, con gran responsabilidad al proveedor y al cliente, con una buena capacidad de cobertura y de crecimiento, y una ética comercial que la hace muy relevante en la región”.   Una visión hacia el extranjero   Como parte del servicio Colombia Productiva del Programa de Transformación Productiva, empezó a ajustar sus procesos para buscar destinos de exportación con apoyo de Procolombia. (Lea: En Caquetá funciona la empresa quesera más grande de la región)   Ya han participado en macroruedas de negocio y establecieron contactos con clientes en Curazao, Chile, México y Perú, interesados en los productos. Con esta idea, el propósito para el segundo semestre del año es fortalecer estos enlaces y ampliar la cobertura a nivel internacional.   Otro de los proyectos tiene que ver con la construcción de una planta de tajado en el Caquetá, en el municipio de Puerto Rico, además de la actual que está en la ciudad de Cali. La idea es generar empleos adicionales para los pobladores y seguir impulsando la economía regional.   “Con la certificación HACCP y unas consultorías que nos ha brindado Procolombia, esperamos que para el año 2020 estemos haciendo nuestros primeros comercios internacionales”, concluyó Castillo López.