El ganadero que triunfó en la pasada temporada taurina de Bogotá al lograr el indulto de dos de sus toros bravos, manifestó que su negocio es mantener la raza y aplica ese concepto desde que nacen los animales aplicándoles una nutrición basada en pastos, suplementos y vitaminas. En el ruedo de cualquier plaza demuestran su casta y bravura. Juan Bernardo Caicedo, lleva 24 años con su ganadería y ha obtenido el indulto de 20 toros. Es un resultado que le atribuye al esfuerzo y a la dedicación en el mejoramiento de sus ejemplares. En la recién terminada temporada taurina de Bogotá en la plaza de Santamaría, logró el indulto de dos toros: ‘Abrileño’ que fue lidiado por el colombiano Juan de Castilla el 28 de enero y‘Lancero’ por el español Julián López, ‘El Juli’ en la sexta de abono de la capital y cierre de temporada (18 de febrero). En la temporada de Bogotá de 2007 logró el indulto de su ejemplar ‘Maestro’ lidiado por el colombiano Luís Bolívar. (Lea: Temporada taurina cierra con indulto de toro de Juan Bernardo Caicedo) También logró el perdón de sus toros en la Feria de Cali. Quién no recuerda el 30 de diciembre de 2008 en la que logró el indulto de ‘Fulero y ‘Abejorro’ lidiados en quinto y sexto lugar en una corrida cuyos anfitriones fueron los matadores Antonio Barrera (Sevilla - España), Sebastián Castella (Beziers - Francia) y Guerrita Chico (Cali - Colombia). Igualmente en la feria de Manizales de 2009 indultó a ‘Trotón’ que fue lidiado en sexto lugar por el torero español Matías Téjela. (Lea: La Ganadería Colombiana de Juan Bernardo Caicedo) Cómo inició La ganadería nace en 1993 mediante la compra a los hijos del inolvidable torero Pepe Cáceres. En 1997 adquiere un lote de vacas de la ganadería de Torrealta una de las de mayor trayectoria en producción de toros de lidia en España. Igualmente le incluyó sangre de El Paraíso, la ganadería del torero español Jerónimo Pimentel, y otras vacas que compró a Guachicono a Luis Fernando Castro, hace más de 20 años. Así de manera gradual y persistente fue mejorando su sangre y sus toros de lidia. El hato de Juan Bernardo Caicedo tiene su base en Armero, Tolima y los machos los mantiene en el municipio de Guasca en Cundinamarca. Allí es donde prepara los que saldrán para el espectáculo taurino. (Lea: Toro de lidia, una raza de tradición) Mejores madres Juan Bernardo Caicedo dijo que su éxito se ha dado por la gestión que ha realizado en el esquema de producción que ha realizado a lo largo de los 24 años de su ganadería. “Ha sido un trabajo de muchos años de selección genética en los que he buscado las mejores madres y los mejores ejemplares. Siempre le imprimo rigor a las expectativas de bravura y nobleza de cada animal”, dice con emoción. Agregó que esa selección va unida a un estado óptimo sanitario de los ejemplares, ya que considera que de nada valdría tener una excelente genética, sino tiene la fuerza para poderla transmitir. “La selección es importante y clave en esta ganadería de lidia. A través de la tienta selecciono las mejores vacas. Las someto a pruebas mediante el toreo y en esa actividad se pican, como se hace en una corrida de toros en el tercio de varas”, agregó Escoge las que se ajusten a su punto de vista, habilidad que ha desarrollado con el paso del tiempo. “Las selecciono de acuerdo a mi concepto de bravura, nobleza y bondad”, explicó. No obstante también acude al criterio científico y se asesoro con los veterinarios de cabecera que son colombianos. Así ha logrado el indulto de 20 toros durante toda la existencia de la ganadería. (Lea: La naturaleza de los toros de lidia) Nutrición La nutrición también ha sido clave en los toros. Desde que nacen los animales los alimenta con pasto, agua y sal como en cualquier ganadería bovina, solo que les agrega suplementos a medida que avanzan en su edad. En el primer año le adiciona un kilo, en el segundo dos kilos, en el tercer tres y en el cuarto 4 kilos. Les suministra un producto llamado soya lidia y otros suplementos alimenticios que son derivados del maíz. “Desde el destete trato de tenerles un dieta balanceada buscando, año a año de su edad, que al final de los 4 años tenga la energía para poder dar el espectáculo”, resaltó. También les realiza purgas alternadas y regulares con Ivermectina. Igualmente les suministra vitaminas cada dos meses. “Las reses aumentan al mes entre 10 y 12 kilos. En cuatro años logro que los animales obtengan un peso de 450 y 480 kilos. Trabajo muchísimo para que desarrollen su bravura y tengan la fuerza para poder desarrollarla”, resalta. (Lea: La torta de soya, una gran fuente de proteína para el ganado) Para Caicedo “el toro de lidia es un animal tan integral que el mismo protege la fauna, y asimismo, la entrada de cazadores e igualmente, evita la fumigación con insecticidas y matamalezas, porque el toro mismo desyerba y se mueve libremente”. Luego del indulto… El ganadero de lidia sostuvo que una vez el toro es es indultado lo somete a curación y luego comienza a probarlo, desde el punto de vista reproductivo. Los que registran de excelente genética, son usados en reproducción. Para eso los rodea de vacas, los prueba un par de años, y luego, espera un poco más la cría que ya creció. “Ha resultado ser una genética tan buena que los toros usualmente se quedan para ofrecer la pelea en la plaza de toros de Bogotá”, añade. Caicedo estima que una pajilla de un toro indultado en su ganadería puede valer entre USD 100 y USD 200. “De golpe he vendido en Perú algunas, pero no son mi negocio. Incluso a algunos amigos se las obsequio. Mi negocio es mantener la raza. En mi ganadería tengo aproximadamente mil ejemplares, entre vacas, terneros, añojos, sutreros, cerales, novillos y toros”, agrega. El futuro “Con respecto al futuro espero seguir trabajando. Asimismo, que se pueda seguir dando las corridas que son una tradición de nuestra cultura. Tratar de que no se acaben, porque se ha vuelto un tema político desafortunadamente”, remató el ganadero.