Señaló que con el plan de infraestructura vial de cuarta generación, el país ganará en competitividad, pues mejorarán las exportaciones, cuidándose de advertir que los beneficios no serán inmediatos porque habrá que esperar a que las ventas externas despeguen, y que hay sectores que aún se demorarán en crecer, como el agro y el turismo, entre otros.
Estamos frente a otra apuesta, como la de las 5 locomotoras de la pasada administración gubernamental, con las que se intenta vender un positivo panorama para la economía colombiana. O mejor, intentando mover la locomotora de la infraestructura, cuya estrategia la revive el Gobierno para enfrentar la crisis que ha provocado la caída de los precios del petróleo, y que ha derivado en un encarecimiento del costo de la deuda pública y en una reducción de casi 3 puntos del PIB nacional.
Hay varios elementos que preocupan de esto: Uno, que mientras el país está en obra como lo señala el ministro –que por cierto, en Colombia se saben cuándo se inician las obras pero no cuándo terminan aunque sí se sabe que finiquitan en aumentos de presupuestos en el mejor de los casos, o en interminables pleitos–, qué pasará con el crecimiento económico.
Dos, aún si la premisa del ministro se cumpliera –tener vías de cuarta generación que mejorarían las exportaciones–, las cifras de comercio nos indican que hoy, con una tasa de devaluación favorable para la exportación en alrededor de $3.000 por dólar, las ventas al exterior en los primeros 9 meses de 2015, registraron una disminución de 34,9 % con relación al mismo período del año anterior al pasar de USD$42.930,6 millones en septiembre de 2014 a USD$27.962,6 millones en el mismo mes de 2015 –y vienen en caída desde 2012–, lo cual es demostrativo que los cálculos sobre las bondades de los TLC no eran tan ciertas y las exportaciones no despegan, sino que el país se está convirtiendo en un importador. Luego, las vías de la cuarta generación servirán para facilitar el ingreso de las importaciones al país en forma más rápida.
Y 3, tal vez la mayor preocupación, que razón tiene el ministro al señalar que el agro aún se demora, pero la razón es porque ni siquiera existe la locomotora de las vías terciarias y secundarias. El Gobierno trabaja aún en la política para la construcción de vías terciarias y acaba de anunciar que su prioridad será la intervención de 140 mil kilómetros de las mismas. Pero su financiación no ha sido definida. Muchos años llevan los productores rurales reclamando vías para sacar sus productos y pidiendo precios más razonables de los combustibles para mover tractores y camiones, recibiendo a cambio solo promesas... más promesas incumplidas.
Incluso el presidente ejecutivo de Fedegán le propuso al actual Gobierno que parte de los impuestos prediales se destinaran a la recuperación de esa malla terciaria. ¡Y aún están estudiando el tema después de 6 años!
No hay que hacernos ilusiones. Después de la reordenación del presupuesto nacional para los temas de La Habana, no quedará nada para poner a producir el país y generar riqueza. El populismo se devora todos los presupuestos que se le pongan al frente.