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Senén González Vélez

columna

Vivimos en épocas paralelas a las que le tocó a Núñez

por: Senén González Vélez- 31 de Diciembre 1969


En el Teatro Heredia, que hoy lleva por nombre Adolfo Mejía, disertó el miércoles 18 de septiembre, el ilustre cartagenero y figura destacada del partido conservador, Doctor Martín Alonzo Pinzón Ramos, quien fuera nuestro gobernador de Bolívar en el año 1970, a la edad de treinta años. Fue nombrado por el ex presidente Don Misael Pastrana Borrero.

Ejerció con lujo todos los cargos públicos y privados, de igual manera lo hizo en el campo de la diplomacia, como ministro Plenipotenciario de Colombia ante la ONU y Cónsul de Colombia en Hamburgo. También incursionó en el sistema bancario internacional, en el que tuvo un desempeñó pulcro, eficiente en el manejo de las finanzas, que le permitió escalar las posiciones máximas de la pirámide gerencial.

El Dr. Pinzón es un ameno escritor e historiador, muy distinguido por su brillante pluma y decente proceder, como así lo deja plasmado en las siguientes obras: Jurisconsulto. Andrés Bello. Florentino González, hacendista y jurisconsulto. Doctrinas internacional americanas.

Escribió también el Dr. Pinzón un interesante libro que ratifica el conocimiento profundo que tiene de los sentimientos y pensamientos del ex presidente, en que trata con absoluto dominio, la vida sentimental del gran patriarca. Allí nos muestra la afición de Núñez, por adentrase en los campos del espiritismo y las ciencias ocultas, como también sobre la homeopatía.

Imagino que el conversatorio fue tan ameno, como sus conversaciones casuales en que predomina el relato agradable de sus anécdotas en las que se cruzan la chispa y la velocidad intelectual, que destacan a los hombres inteligentes. Y estará acompañado de Alfonso López Caballero y Alberto Abello, dos académicos de brillante trayectoria.

De las virtudes valiosas del Dr. Pinzón, encontramos que, pese a su doctrinaria y orientación ideológica conservadora, de pura esencia, como así lo dejo expresado en su libro: Historia del Conservatismo, tuvo y tiene grandes amigos en el partido liberal, y es muy admirado en ambos sectores ideológicos en los que ha colaborado patrióticamente, sin ninguna clase de sectarismos.

Es un buen abogado, versado en hacienda pública, y en temas económicos, como en derecho internacional, del que es autor de varios escritos sobre las plataformas y limites marinos.

Se radico hace muchos años en la República de Chile, y desde allá, contempla con tristeza el caos que vive Colombia, como así lo ha manifestado en algunos artículos virtuales y escritos, en La linterna azul. Periódicos tradicionales, algunos de estos, publicados en Punta de Lanza. Colombia, está en estos momentos viviendo en un paralelo parecido al que encontró Núñez, a su regreso de Europa.

En conclusión, estamos en presencia de un gran exponente de talla presidencial, al que le sobran argumentos para tener la autoridad suficiente para ver y analizar a nuestra Colombia, no solo desde una dimensión externa, sino interna, porque nunca ha dejado de visitar a su patria, que lo entristece, al ver el caos institucional que la asfixia.

Por eso, bien podríamos establecer un paralelo entre la ausencia de Núñez cuando estuvo en Europa durante muchos años, y lo que encontró con su retorno al país, y lo que con frecuencia siente Martin Alonzo, cada vez que visita nuestra querida nación.

Al regresar Núñez a Colombia y ver el estado de caos en que se encontraba, que estaba regida por nueve códigos civiles y nueve estados soberanos, que imperaban en toda la República en simultáneamente, no le quedó otra disyuntiva que organizar su ordenamiento jurídico, unificando los estados soberanos y los códigos, para evitar el desorden institucional y las colisiones de competencias que afectarían las aplicaciones de las normas, como también, el ordenamiento territorial. Gracias a su audacia, y buen criterio, las unió a todas, y de ahí podríamos decir, que se estructura la constitución de 1886 que rigió para todo el país durante cien años, teniendo una vida republicana unitaria como único estado soberano.

Por eso el conversatorio del Dr. Pinzón Ramos, resulta muy oportuna, sobre todo en estos tiempos, en que a la vida republicana a pesar de estar afincada en las convicciones democráticas, corre un inminente peligro ante la intromisión del sistema progresista, izquierdo comunista, de la cual nuestra tradición libertaria, es alérgica.

Nadie más indicado que Martin Alonso para hablarnos de la trascendencia de don Rafael Núñez, el hombre de mente brillante, de versátil pensamiento, que honró el siglo pasado. Por ello, el Dr. Martin Alonso, nos dirá: ¿porque “Es la hora de Núñez”?

Seguramente tiene como propósito refrescarles a las nuevas generaciones, y al mundo político actual, la importancia del gran pensador del cabrero que se anticipó un siglo de adelanto debido su mente visionaria, que alimento en conocimientos y experiencias, su larga permanencia en Europa, donde alterno con grandes pensadores y filósofos, que le dieron una visión de país moderno, de mentalidad abierta a sus conocimientos.

Por ello, cuando Núñez llega a este rincón de América, su patria, y vio que estaba dominada por las tradiciones y la diversidad de sistemas legales, su propuesta de gobierno, resulto un impacto en el medio social colombiano, porque sus nuevas ideas y conceptos, eran muy avanzados para la época.

Pero… así como brilló en forma deslumbrante, también creó impresiones encontradas, que despertaron celos y envidias en las alcurnias de la política del interior del país, y para colmo de males, en algún momento de aquellos tiempos las dirigencias bogotanas consideraron que el clima frío, era para intelectuales, y los territorios calientes, eran zonas para los barbaros.

Mi impresión sobre este particular, me invita para pensar que el poder intelectual de Núñez fue tan vigoroso por el calor, como frío y flemático para manejar las relaciones con el andino, a quienes demostró su valía y brillo.

Lo cierto es que Núñez despertó envidias, y fueron tan fuertes, que propició celos en los medios de la capital, lo que tal vez sirvió de pretexto para que naciera un contra poder a través de un centralismo ávaro y con notable aversión por la ciudad de Cartagena y por el Caribe.

Es esa una de las razones para que, la costa Caribe colombiana, y la ciudad de Cartagena en especial, no volvieran a tener presidente, ni si quiera candidatos. Además, influyó mucho la campaña soterrada que nos hicieron, para restarle valor a nuestra identidad como costeños, y esta se notó ostensiblemente, a través de los años a la fecha, en que ni si quiera un cartagenero, después de los últimos, sonó como posible ministro. Quizá esto se debió, o bien a una mala fama ganada, o injusta, que, sin duda, genero indiferencia, desconfianza. No, obstante desfilaban los personajes con destino a la ciudad heroica, para entrelazarse con la elite cartagenera, que los recibía y recibe, con los brazos abiertos.

Entonces, solo me queda hacerme una pregunta para nuestros críticos: ¿Acaso abundan los Núñez en el interior del país?

Considero que el conversatorio de Martin Alonzo es muy enriquecedor.

También lo interpreto como un firme propósito de abrirles los ojos a las nuevas generaciones para que piensen en prepararse, para que algún día, se acerquen al heroico trabajo que nos dejó como legado Don Rafael Núñez; para que conozcan su vida y obra, y cuiden celosamente su legado que es un valioso patrimonio intelectual y cultural. Y para los cartageneros, una voz de estímulo para que se preparen y la ciudad forme hombres o mujeres de valía intelectual que brillen, con el talante de Don Rafael Núñez o por lo menos muy cercano a este. Cartagena debe tener en el futuro, un presidente, si es que la democracia no la cambian los indiferentes, por un sistema dañino, que lo evite.

Mi testimonio de admiración, al señor General del Ejercito Don Joaquín Fernando Vélez, candidato presidencial, al que le hurtaron su triunfo mediante un fraude electoral en el registro de Padilla de la Guajira, lo cual permitió ganar al señor General Rafael Reyes.

Punta de Lanza. Toronto Canadá.