Es un imperativo que cerremos las puertas al mercado ilegal de agroinsumos; además de no comprar productos que incumplan con cualquiera de los requisitos que exige la ley, es nuestro deber denunciar a quienes, de manera inescrupulosa, trafican con estos bienes.

Y es que, como mencioné al inicio, el daño que se desencadena por el uso de productos ilegales afecta a varias –por no decir todas– las esferas de nuestras vidas.

¿Son conscientes de los riesgos que implica para la salud y el medio ambiente el uso de productos ilegales en la nutrición y protección de los cultivos? Nadie quiere llevar a su mesa un alimento contaminado, que ha sido tratado con copias inefectivas de insumos que ponen en riesgo la salud de los consumidores.

Hay que destruir la idea de que por ahorrarse unos pocos pesos se puede ser laxo en el uso de agroinsumos, comprándolos en sitios no autorizados o sin tener certeza de su efectividad. Recordemos que todos los productos diseñados para la protección y nutrición de cultivos, son avalados por diversas autoridades sanitarias, un requisito importantísimo que no se cumple en el mercado ilegal de insumos. 

Desde Procultivos hacemos un llamado para que se sumen al Proyecto contra la Falsificación de Productos y la Usurpación de Marcas de la ANDI, una iniciativa con 22 años de trayectoria que articula los sectores público y privado en la lucha contra el comercio ilegal de productos.

Esta es una estrategia conjunta que cobija a la industria de los agroinsumos, pero que también tiene alcance en alimentos, bebidas alcohólicas, elementos aseo de aplicación personal, aseo del hogar, farmacéutico y suplementos dietarios. Quitarle espacio a la ilegalidad trae beneficios para todos en el país.