Es una costumbre inveterada el preocuparnos de los temas cuando hacen crisis. Hoy estamos debatiendo acerca de los impactos de un Fenómeno de El Niño, las heladas, y los páramos, en lo que hace referencia al tema ambiental, y por eso poco impacto y difusión ha tenido en nuestro medio el hecho de que el mundo haya declarado a 2015 como el Año Internacional de los Suelos.
Esta iniciativa, que tampoco ha tenido ahora el suficiente eco en nuestro Gobierno, es de una importancia vital inconmensurable. Y por eso llama la atención que las Políticas de Estado se hayan concentrado más en los temas de tierras (distribución) que de suelos.
Debemos reconocer, sin embargo, que el Gobierno se ha preocupado por tener una Política Nacional para la Gestión Integral Ambiental del Suelo (GIAS), cuyo fin es el de aportar a la conservación y uso sostenible de este componente determinante de los ciclos del agua, del aire y de los nutrientes e indispensable para la preservación de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos (SIC).
Es un documento juicioso que plantea 6 líneas estratégicas*, la mayoría de las cuales arto complejas de implementar, sin contar el tema de la financiación en el que se propone
echar mano de los fondos ambientales y de impuestos y cuotas especiales, y desde luego, “pasar el sombrero” a donantes internacionales.
De otra parte, también haciendo gala de nuestra tradición jurídica, llama la atención el extenso marco jurídico con el que cuenta Colombia. Si se cumpliera al menos una mínima parte, tendríamos solucionado todo el tema ambiental. Se podría decir que nuestro ordenamiento jurídico dio pie para la iniciativa de la FAO, pues mediante Resolución 0170 de 2009 del MADS se declaró el año 2009 como año de los suelos y el 17 de junio como Día Nacional de los Suelos. Lo que no es evidente es qué se ha hecho en la práctica en el último quinquenio, además de la profusión de normas, directrices e impulsar planes, programas y proyectos dirigidos a la conservación, protección, restauración, recuperación y rehabilitación de los suelos.
Además de las normas generales, como la Constitución Política o la que crea el MADS, el país cuenta con la Política Nacional de Gestión Integral de la Biodiversidad y sus
Servicios Ecosistémicos - PNGIBSE (2011), el Plan Nacional de Desarrollo Forestal, el Plan de Acción Nacional de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía en Colombia,
La Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible, El Plan Nacional de Restauración, y la Política Nacional del Recurso Hídrico (2010). ¡Tenemos de todo!