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columna

Temas para monitorear

por: Miguel Gómez Martínez- 31 de Diciembre 1969

A nivel nacional, los asuntos prioritarios son solo dos: inflación y déficit fiscal.

Inicia el año y trae todas sus incertidumbres. En el plano macroeconómico, existe una serie de asuntos que marcarán el estado de la economía nacional e internacional. Hay que darles seguimiento a estos, pues tendrán una gran incidencia en el clima de los negocios.   A nivel internacional, el principal elemento es el tema de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos. La preocupación de que la condición de pleno empleo actual puede traducirse en un repunte de la inflación, se refleja en la actitud del banco central favorable a un aumento gradual de la tasa de interés.

A pesar de las críticas recientes de Donald Trump, la autoridad monetaria parece confirmar que la época de tasas de interés negativas y abundante liquidez ha quedado atrás. Para los estadounidenses, esto significa una mayor inestabilidad en los mercados bursátiles. Para Colombia esto puede implicar un mayor ritmo de devaluación y un encarecimiento del costo de su deuda externa.

El otro asunto complejo es el brexit y, en menor medida, Cataluña. La encrucijada política del gobierno británico tendrá que resolverse, ya que los plazos se vencen aumentando la tensión entre Londres y Bruselas. 

Es difícil anticipar el desenlace final, pero es evidente que tendrá un impacto negativo en la economía europea que es muy sensible a los hechos políticos. El asunto insoluble de Cataluña sumado a las tensiones en Italia y Francia, el fin de la era Merkel y el aumento de los populismos, genera aún mayores presiones sobre el ya débil crecimiento de la zona euro.

¿Puede la China compensar el efecto negativo de la contracción monetaria estadounidense y la inestabilidad política europea? Esta es la pregunta millonaria que hoy no tiene respuesta clara. Hay que monitorear con detenimiento las cifras de este gigante, cada vez más determinante en el crecimiento mundial.

A nivel nacional, los temas prioritarios son solo dos: inflación y déficit fiscal. Con una inflación que muestra una resistencia inercial considerable, es evidente que el Emisor estará muy vigilante sobre el comportamiento de los precios. El verano, que se anuncia fuerte, puede disparar los precios de los alimentos como sucedió en el 2015 y el 2016 cuando superaron ampliamente las metas previstas. 

Está por verse el impacto que tendrá sobre el índice inflacionario, la ley de financiamiento aprobada. Mientras en Washington persista el temor de un aumento de la inflación, el margen de maniobra del Banco de la República para mantener las tasas de interés bajas disminuye sustancialmente. 

Pero el tema más complejo es el fiscal. Dado que el Congreso modificó el enfoque inicial de la Ley de Financiamiento, el gobierno tendrá que apretar en el tema de gasto. Es muy probable que la situación de caja sea menos holgada, lo que se reflejará en el ritmo de desembolsos. Será necesario evaluar el impacto de la nueva norma sobre el recaudo, y este efecto se podrá ver de manera integral en el 2020.

Y está la facturación electrónica cuya implementación depende de las conocidas debilidades de la plataforma tecnológica de la Dian. Las calificadoras de riesgo tendrán la lupa puesta sobre estos indicadores y el gobierno tiene que demostrar que, a pesar de las dificultades, mantiene el control de la situación.

Año nuevo: temas viejos, pero retos nuevos.

**Miguel Gómez Martínez

Asesor económico y empresarial

migomahu@hotmail.com Portafolio, enero 2 de 2019**