Columna en video de Carlos Alonso Lucio
"...Es importante rescatar los aportes que los transportadores acaban de hacerle al país. El primero y gran aporte fundamental fue haberle devuelto a la sociedad un talante de dignidad en la relación de los empresarios con el gobierno de Petro.
Los colombianos no acabamos de sorprendernos por la actitud humillativa y dócil que muchos gremios han asumido frente a la hostilidad tan injusta y tan constante con que Gustavo Petro trata a los empresarios. A veces da la sensación de que los gremios le tienen pánico y entre más los maltrata, más condescendientes se vuelven con él.
Esta vez, por el contrario, los transportadores salieron a expresar su rechazo a los maltratos y su rechazo a los incumplimientos constantes del gobierno con ellos. Los transportadores no se asustaron y salieron a defender sus derechos y su dignidad.
Al carajo con las humillaciones y los miedos, me dijo un dirigente camionero esta semana. Con nosotros no se va a tomar esa fotico de la deshonra. Eso de mentarnos la madre y al otro día estar sentándonos con Laura Saravia para que nos tome fotos haciendo cara de imbéciles, no va con nosotros. Es que por más que la puja por el precio del diésel fuera importante, muchos más importante era la puja por la dignidad. En el fondo podría decirse que lo del diésel fue el Florero de Llorente que desbordó la copa de la sociedad trabajadora que no aguanta más que Gustavo Petro siga destruyendo al país a punta de arbitrariedades y sin que las instituciones cumplan con el deber de impedírselo.
Más allá del diésel, los transportadores están cansados de que Petro les diga asesinos, como vive diciéndoselos a los empresarios; cansados de que los asalten en las carreteras sin que nadie responda por su seguridad; cansados de que los extorsiones en todas las regiones y tengan que pagar vacunas a los mismo que ven sentados con el gobierno dizque hablando de paz total, y de treguas que burlan todos los días; cansados de que insulten a las mujeres periodistas diciéndoles “muñecas de la mafia” mientras los funcionarios y familiares del gobierno se mantienen despilfarrando a manos llenas; cansados de que ello mientras trabajan día y noche los escándalos de corrupción se multipliquen como la peste. Los transportadores sabían que mientras luchaban su reivindicación particular del diésel al mismo tiempo llevaban en su lucha la representación de una protesta enclavada en el corazón de toda la sociedad colombiana.