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columna

Sí miren arriba

por: Oscar Cubillos Pedraza- 31 de Diciembre 1969

En estos días de hacer otras cosas, decidí ver una película que estuviera a la mano. Netflix el elegido, y allí encontré una que se veía bien por sus protagonistas: DiCaprio, Lawrence, Streep.

En estos días de hacer otras cosas, decidí ver una película que estuviera a la mano. Netflix el elegido, y allí encontré una que se veía bien por sus protagonistas: DiCaprio, Lawrence, Streep.

“No miren arriba” el nombre del filme, que trata acerca del choque de un meteorito contra la tierra. Hasta allí nada nuevo frente a lo que Hollywood tradicionalmente ofrece.

Sin embargo, la fuerza de su argumento se encuentra en que ante una inminente catástrofe, pero con la existencia de soluciones a la mano, las personas minimizan tal situación por la influencia de las redes sociales, y dan mayor relevancia a los temas del espectáculo, que terminan estando por encima de la supervivencia del planeta.

De la misma forma, la clase dirigente, más preocupada por los puntos de favorabilidad frente al electorado deciden minimizar la ocurrencia de un futuro desastre, promoviendo el hashtag #NoMirenArriba e ignorar la próxima destrucción del planeta. Recomendada para ver. A propósito, esta película me hizo recordar a JuanMan y sus shows de 2010 a 2018.

También recordé sobre la importancia del año 2022, que iniciamos en unas horas, y que marcará, no solo el futuro de los próximos cuatro años, sino el de las siguientes tres o cuatro décadas si mal elegimos. Preguntémosles a los ciudadanos cubanos que llevan más de seis décadas en un lío, o a los venezolanos con más de dos décadas en lo mismo.

En el caso de nuestro sector, el ganadero, que sobrepasará la meta de exportaciones colocada para 2021 de US$400 millones, y que tiene una de US$500 millones para 2022 y de US$1000 millones para 2032, requerirá una estabilidad política y certidumbre económica para lograrlo, situación no diferente para los demás sectores de la producción.

Preocupan las propuestas populistas de expropiación, de acabar con sectores económicos y de repartir casa, carro y beca solo con el ánimo de ganar electores, en medio de discursos de división de clases que solo promueven el odio. Lo vimos en Perú ya hace unos meses, hoy el país Inca mantiene una recuperación económica ralentizada, vive una permanente salida de capitales e inversión y se encuentra en una lamentable crisis institucional.

En Chile, sin haberse iniciado el primer día de mandato del nuevo presidente, ya se habla de colectivización de los fondos de pensión, volviendo a dar al Estado ineficiente lo que ya demostró no es capaz de hacer de manera eficiente.

Justamente en 2022 debemos estar pendientes de lo fundamental y no dejarnos distraer por propuestas sacadas del sombrero y que en redes sociales causan furor en los seguidores incautos y asombro (por no decir terror) por la falta de rigor técnico en quienes no lo somos.

Por ejemplo, esas propuestas de la manga de no exportar petróleo, que a propósito sumará US$12.000 millones en 2021, y que sea reemplazado solo por exportaciones de aguacate que sumará en 2021 US$220 millones, tiene un corto circuito en su estructuración.

Más bien hablemos de exportar petróleo y aguacate y carne, y leche y aceite de palma y huevos y pollo y textiles y libros y demás; pero no con la argumentación simplista de acabar con un sector para posicionar al otro.

Estemos atentos, que, si dejamos de mirar hacia arriba, como en el filme, se nos mete un frenético delirante a gobernar y hasta sin vacunas nos dejan. Sí miren arriba, un saludo de feliz año con un 2022 garantizando nuestras libertades.

@ojcubillosp