En un ejercicio realizado, al hacer la pregunta sobre qué tipo de carnes lleva a su hogar cuando realiza compras de la canasta familiar, poco más del 67% contestó que incluía carne de bovino. A una consulta adicional, en donde se preguntaba, si realizara un asado en casa, cuál sería el tipo de carnes que preferiría, el 94 % incluyó la carne de res.
En el caso colombiano, el consumo de carne vacuna es de 19 kg por persona al año, fluctuante entre 17 kg y 21 kg desde el año 2000. Dos razones específicas se pueden atribuir a que el consumo de carne de res se mantenga en dicho rango.
La primera tiene que ver con que el precio de los bienes sustitutos producidos en Colombia ha registrado menor dinámica en la última década, especialmente en pollo, aunque también ha ocurrido con mayor notoriedad en el último lustro con la carne de cerdo.
El segundo tiene que ver con la misma razón del punto anterior, pero exactamente con carne de cerdo y pollo de origen importado. Efectivamente vale la pena analizar cuál es el origen de lo que estamos comiendo en Colombia, seguramente la respuesta puede sorprendernos.
Para 2019, de 35,2 kilos de pollo que come un colombiano al año, 1,4 kilos fueron de origen importado, es decir el 4,1 %. En el caso de carne de cerdo, de 10kg de consumo per cápita 2,1 fueron traídos del exterior, lo que equivale al 21,1 %. Tal situación tendrá mayor tendencia creciente en la medida que los Tratados de Libre Comercio avancen con la disminución de aranceles y aumento de contingentes.
En el caso de la carne bovina, es la de mayor producción y consumo doméstico. De 19kg de consumo por persona al año, tan solo 200 gr son importados, lo que equivale a 0,9 %.
Pero si a eso agregamos que alrededor del 60 % de las materias primas necesarias para la producción de aves y porcinos con destino al consumo humano tienen origen importado, concluimos que una importante parte de nuestra dieta alimentaria de proteína animal tiene una relación foránea.
En el caso de la ganadería bovina poco más del 97 % de los predios son de ganadería basada en pasto y en sistemas silvopastoriles, lo que sin lugar a duda determina que su alimentación es ciento por ciento de origen nacional, con las excepciones proporcionales que se puedan dar en el uso de semillas.
Sabiendo que el principal factor de decisión para el consumidor es precio y el bolsillo, al hablar de su nivel de ingreso, cuando usted come un corte de carne de res está apoyando al 100%, menos 200 gramos, a la producción nacional, y a un ganadero de nuestro país.
En la crisis ocasionada por el Covid19, y con el debilitamiento económico y de comercio internacional, en la totalidad de los países del mundo, vale la pena adquirir y consumir productos de origen nacional. Un buen y delicioso corte de carne es un buen inicio.