El pasado lunes el DANE reveló el Indicador de Seguimiento a la Economía, que continúa mostrando tasas negativas en su comportamiento. Aún estamos lejos de estar en una situación medianamente similar a la de antes de la pandemia.
Efectivamente, hasta febrero de 2020 el crecimiento económico fue constante. No se registraban pérdidas de dinámica sostenidas desde 2009 como consecuencia de la gran crisis mundial originada en EEUU por la burbuja hipotecaria, sin embargo, para la crisis actual ya son 12 meses con crecimiento anual negativo.
Sin embargo, nuestros gobernantes locales deben hacer las reflexiones correspondientes sobre si le han dado una correcta administración al problema. Muchos de ellos solo se han centrado en el avance de la aplicación de la vacuna, que en un país de ingreso medio como el nuestro tiene limitantes para hacerlo rápidamente.
Se olvidó el control y la disciplina de la sociedad. Ustedes ven fiestas, reuniones, conciertos clandestinos, y demás eventos fuera de la ley, sin que haya sanciones verdaderamente ejemplares. Incluso ven a las mismas autoridades locales promoviendo marchas, protestas, movilizaciones. ¿Será la adecuada administración del problema?
Al contrario, la culpa siempre termina siendo indirectamente de los creadores de empleo: las empresas, comerciantes y demás. Ha faltado ingenio y creatividad en los gobernantes locales, pues la única medida que encuentran para pasar inercialmente los diferentes picos de la pandemia es restringir la dinámica económica de cada ciudad: cuarentenas, toques de queda, pico y cedula
¿En dónde quedaron las inversiones que hicieron nuestras empresas para garantizar un inmenso listado de protocolos de bioseguridad? Por ejemplo, en Bogotá muchos comerciantes y empresarios se sienten burlados, de allí que se declaren en desobediencia: no le creen a la autoridad, entiéndase para este caso, la señora alcaldesa.
Con las cuarentenas de los fines de semana que ahora se han establecido en ciudades como Bogotá se agudizará el desempleo y la pobreza crecerá. Solo para recordar, Bogotá registro en 2019 una tasa de desempleo de 10,9%, mientras que en 2020 ascendió a 18,2%. Tal y cómo va las cosas 2021 estaría superando el 20%.
No podemos quedarnos en los picos esperando a que de manera natural las cifras de contagio bajen sin dar soluciones de fondo. Países como Israel, Australia, Nueva Zelanda o Inglaterra ya lo lograron. Disciplina e instituciones fuertes para hacer cumplir la ley han sido el común denominador en ellos.
Recordemos que con el cierre permanente de hoteles, restaurantes, cafeterías, disminuyó el consumo de pollo el año anterior en 2,7 kilos, el de porcino cerca de un kilo, y el de carne de res 1,5 kilos, afectando no solo a dichos establecimientos, sino a comercializadores, industrias transformadoras, transportadores y productores rurales.
Esperamos más de nuestros alcaldes, más soluciones innovadoras y creativas con el estricto ejercicio de su autoridad, pensando en que si la economía va bien las personas tendrán que exponerse menos en el “rebusque” y por lo tanto la salud física e incluso mental irá mejor.
Que no nos quedemos en los anuncios y menos en el alarde de haber estudiado seis semestres de finanzas en la San Marino. Señores alcaldes, esperamos ver su talante e ingenio en estas épocas que cada vez parecen colorearlas como más oscuras.
@ojcubillosp