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columna

Se perdió la oportunidad de lo laboral

por: Oscar Cubillos Pedraza- 31 de Diciembre 1969

Por andar ideologizando al país en un discurso de lucha de clases, de ricos contra pobres, se dejó pasar una oportunidad para construir una moderna política laboral que reconozca su papel fundamental en la economía, que permita crear más empleos, mantener los derechos de los trabajadores y generar condiciones de estabilidad para la inversión, que es a la final una fórmula efectiva de equidad.

Vale la pena contemplar diferentes elementos que resultan relevantes frente a este tema de interés y que la propuesta que se estudiaba en el Congreso de la República no recogía.

Lo primero, y en términos generales frente a la política laboral, pero sobre todo de desarrollo económico, la necesidad de generar más empleo; lo segundo, la flexibilización en la contratación pensando no solo en crear más puestos de trabajo sino en mantener los derechos del trabajador.

Frente a la primera, evidentemente la mejor forma de generar empleo no necesariamente pasa por establecer normas exclusivas en el ámbito laboral, pero sí por establecer un clima de negocios lo suficientemente apropiado para atraer inversión de largo plazo, ambiente que evidentemente no se está propiciando ¿por qué?

Es notorio el deterioro que el país viene teniendo en materia de seguridad en los últimos años, y efectivamente los riesgos que deben asumirse hoy son más altos, tanto en términos jurídicos como físicos para las compañías, frente a lo que ocurría hace diez o quince años.

Dice la teoría en la ingeniería económica que, a mayor riesgo, mayor rentabilidad; que hoy no necesariamente tiene mayor certidumbre porque otras políticas públicas o no existen o no son satisfactorias para los inversionistas. Ejemplo de ello puede ser la “política de transición energética”, ¿en qué consiste? La mayoría de los inversores no lo saben con detalle, ni con foco, ni con tiempos. Solo llega una parte del mensaje “no más exploración de petróleo, ni de gas, hay que hacerle el favor a Venezuela”, pero no existe claridad ni precisión por ejemplo en la política arancelaria de autos eléctricos, o paneles solares, o el dinamismo amplio y acelerado que deben tener los mercados de bonos de carbono. Son más anuncios que realidades.

Es por esta razón que el mercado reconoce la certidumbre cuando se cae alguno de los Proyectos de Ley que se estudian en el Congreso, y el mejor reflejo es la baja en el precio del dólar. En ese sentido, no se está haciendo lo suficiente para generar empleo, de hecho, las mismas estadísticas del DANE muestran una tasa de desempleo estática de dos dígitos en el último año.

Claro, si no crece la inversión menos posibilidad de creación de empleo, y allí viene el segundo elemento de interés, poderlo flexibilizar. De hecho, usted puede ver como el empleo en EEUU es altamente flexible, tanto así que puede pagarse por horas, porque existe alta generación, rotación y remuneraciones que pueden ser ajustadas para el mercado local permiten generar ahorro y progreso; y para el caso de migrantes resultan muy atractivas al convertirlas en remesas. Seguramente en el ámbito de proteger los derechos de los trabajadores y en un marco de lo que necesita el país, una política laboral más flexible, si será obligatorio incorporar las normas necesarias, pero con un tinte moderno y no llevado a la época sindical de los setenta que lamentablemente sí incorporaba el Proyecto de Ley hundido.

Por andar ideologizando al país en un discurso de lucha de clases, de ricos contra pobres, se dejó pasar una oportunidad para construir una moderna política laboral, y que en el sector rural y agropecuario tanto le hace falta a nuestros hombres y mujeres del campo.

@ojcubillosp