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Miguel Torres Badín

columna

Se derrumba la esperanza en el sector lácteo

por: Miguel Torres Badín- 31 de Diciembre 1969


Con un amargo sabor se conoció, a través de un comunicado de prensa del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, que fue expedida la Resolución 271 del 16 de septiembre, mediante la cual, el ‘Gobierno del Cambio’ decidió imponer derechos compensatorios provisionales a la importación de leche en polvo proveniente de Estados Unidos, al tiempo que continúa con la investigación administrativa que inició el pasado mes de julio.

Señala la Resolución, que el derecho compensatorio se estableció en el 4,86% que se aplicará sobre el precio FOB de importación de la leche en polvo, medida que estará vigente solamente por 4 meses, a partir de su entrada en vigor.

Si bien, el hecho que, de oficio, el Ministerio de Comercio haya decidido iniciar una investigación de carácter administrativa, en cuanto la verificación del daño acaecido sobre la producción lechera nacional, como consecuencia de los subsidios que reciben los productores de leche en Norteamérica, la medida tomada se queda corta frente a la imperiosa necesidad de protección que tienen los productores de leche líquida en el país.

Es preciso resaltar el ejercicio aplicado que realizó el Ministerio de Comercio en su proceso de investigación, apegado a los aspectos técnicos y coyunturales del sector, lo cual, permitió concluir que la decisión fue tomada con base en evidencia sobre aspectos como la existencia de subsidios a la producción de leche, a través de los cuales, el gobierno de Estados Unidos ha entregado a los productores, al menos USD1.209’800.000 en el año 2023, lo que facilitó el incremento en las exportaciones lácteas hacia países como Colombia, e ingresando a nuestro país a precios sustancialmente menores a los que deberían ingresar, en tanto, los subsidios le otorgan una competencia artificial a los productores, permitiéndoles bajar los precios de manera significativa.

Y lo más importante, una vez más, se logró demostrar que existe una afectación sobre los productores de leche líquida en el país a causa de las importaciones de leche en polvo proveniente de los Estados Unidos de Norteamérica.

En materia de cifras, es importante evidenciar el amplio diferencial que se registra entre los costos estimados de la producción nacional y el precio de ingreso de la leche proveniente de los Estados Unidos.

En este sentido y según estimaciones generalmente aceptadas, en Colombia, producir una tonelada de leche en polvo ronda los 19 millones de pesos, lo que incluye el costo de la leche líquida en cantidad de 8.000 litros y un costo de maquila de alrededor del 25%, en tanto, con base en los registros de importaciones de leche en polvo con corte a junio de 2024, el precio implícito de estas importaciones es de alrededor de $11,2 millones por tonelada. ¿Por qué ingresa a un precio tan bajo esta leche?, precisamente es la consecuencia lógica de la aplicación de los subsidios en Estados Unidos.

Por tanto, una diferencia en el mercado de 7,2 millones entre el costo de producción nacional y la leche importada se convierte en el mejor incentivo para que se aumente la importación de leche en polvo.

Dadas las cifras analizadas, desafortunadamente se observa que la medida tomada por el Gobierno nacional no alcanza a cubrir o solventar una porción importante en este diferencial de precios, dado que, con el arancel del 9,26%, solamente se reduce la brecha en el 16%, persistiendo el incentivo a la importación en detrimento de la producción nacional.

Es por lo anteriormente señalado, que desde la gremialidad ganadera se tenía una mayor expectativa frente al resultado del proceso de investigación adelantado por el Ministerio de Comercio, por lo que, celebramos que el Gobierno nacional se haya concientizado del daño que existe sobre la producción de leche líquida en el país, evidencia que, después de mucho esfuerzo, se logra establecer que se camina por la senda correcta, sin embargo, el sector lechero en el país necesita de decisiones de mayor envergadura y que se tomen a tiempo, una vez quebrado el sector, no habrá medida compensatoria que sirva.