Estamos ad-portas del mejor momento histórico de la ganadería colombiana, con un rezago actual de precio, pero con tres hechos importantes: la pérdida de la certificación aftosa desde octubre de 2018, la devaluación del peso y la grandísima demanda del mercado chino que ha revolucionado el mercado mundial de las carnes.
La comisión de OIE que estuvo presente en Colombia ha quedado de rendir su veredicto acerca del otorgamiento de la nueva certificación de libre de la vesicular en este mes de enero, con lo cual el país quedaría con status de libre de aftosa con la consecuente apertura de mercados como Rusia, China, Chile, Arabia saudita y Perú.
La devaluación del peso colombiano generada por factores internos, y presionada por el entorno global ha contribuido con la competitividad de nuestros productos exportables.
El avance de la Peste porcina en el sudeste asiático incluyendo Camboya, Corea del norte, Corea del sur, Laos, Mongolia, Vietnam, Filipinas y China, enfermedad devastadora e imparable, ha revolucionado la demanda de proteína a nivel mundial al comprometer más del 35% de su piara, sumada esta caída en la oferta a las disputas comerciales de Estados Unidos con China, y a la occidentalización de las nuevas generaciones con cambios drásticos en el consumo en China lo cual contribuye notablemente con el aumento de la demanda de la carne bovina.
En once meses del 2019 el precio mundial de la carne bovina aumentó más del 48% en pesos colombianos, al pasar de $29.1Mil a $43.2Mil el valor del kilo en el mercado mundial (https://www.indexmundi.com/es/precios-de-mercado/), lo que abre una ventana inmensa que jalonará tremendamente el mercado nacional, suficiente para incentivar una buena parte de ganaderos para mejorar sus explotaciones, mejorar sus dietas, suplementar animales de ceba y dar una finalización adecuada con el fin de llegar oportunamente al mercado internacional.
Pero estos ganaderos deben ser empresarizados, organizados, planificadores de sus procesos, certificadores de sus hatos en las diversas enfermedades, agresivos en los programas, retadores de sus explotaciones, innovadores en las mismas y encadenados en los programas de comercialización.
Para cubrir la demanda nacional de proteína animal, avicultores, porcicultores y piscicultores, deberán ampliar sus explotaciones, mejorar sus procesos y ofertar una mayor cantidad de carne con el fin de suplir la oferta.
Estos son retos mayores a los que debemos enfrentarnos, pensando en participar activamente en el mercado mundial de carnes, para esta gran oportunidad SE BUSCAN VERDADEROS EMPRESARIOS GANADEROS
Andrés Jaramillo Bernal, Médico veterinario y ganadero