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columna

Se aumentará el desempleo y la informalidad

por: Ariel Peña González- 31 de Diciembre 1969

Si se cumplieran los anuncios que ha hecho el gobierno en materia laboral, cerrando la Procuraduría, las EPS, la exploración de petróleo y gas, además de lo que implica la Reforma Tributaria y otras iniciativas, en poco tiempo habrá un aumento considerable del desempleo y de la informalidad.

Si se cumplieran los anuncios que ha hecho el gobierno en materia laboral, cerrando la Procuraduría, las EPS, la exploración de petróleo y gas, además de lo que implica la Reforma Tributaria y otras iniciativas, en poco tiempo habrá un aumento considerable del desempleo y de la informalidad.

A lo que se debe agregar las propuestas de la Ministra de Trabajo (que pertenece al partido comunista) para acabar con los Contratos Sindicales y pedirle a los pequeñas y medianas empresas que reduzcan el personal, sino pueden cumplir plenamente con las obligaciones laborales, olvidando que en Colombia las micro, pequeñas y medianas empresas (conocidas como MiPYMes) representan el 80% del empleo en país y el 90% del sector productivo nacional, por lo tanto en cambio de que la ministra planteé aumentar el desempleo, debería dentro de la Concertación y el Dialogo Social buscar fórmulas para alcanzar el Trabajo Decente.

Porque si el gobierno continua con esas propuestas, perfectamente se podría llegar a un desempleo e informalidad nunca antes visto, y ahí si tenemos que volver a recordar a Mijail Bakunin en la Primera Internacional de los Trabajadores cuando al desenmascaró a Karl Marx, expresó Bakunin: “La miseria de las masas es la condición necesaria para consolidar un régimen comunista”, de manera que frente al aspecto laboral debe existir mesura y no propuestas desatinadas.

También es curioso de cómo la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) en un comunicado del 9 de agosto, esboza lo siguiente: “La CUT reivindica como eje de su accionar sus principios funcionales de ser independiente frente al Estado, las instituciones religiosas, los patronos y los partidos y movimientos políticos”, sin embargo a renglón seguido, dice que apoyará y respaldará inclusive con la movilización pacífica al gobierno de Gustavo Petro, en los temas de su programa e iniciativas que correspondan a los trabajadores; pero no dice si en el caso de que haya reformas que perjudiquen a la población va a impulsar la protesta social; subrayando que la COB (Central Obrera Boliviana) que en ese país contribuyó a elegir al presidente Luis Arce, está convocando para un Paro Movilizado el 19 de septiembre en contra de las medidas que ha tomado el gobierno que menoscaban a los sectores populares, demostrándose la autentica autonomía de la COB frente al Estado y por ende frente al gobierno, siendo un ejemplo muy disiente para el sindicalismo colombiano.

La innovación sindical esta al orden del día, observando el signo de los tiempos, que determina un replanteamiento estructural del movimiento de los trabajadores, para superar atavismos que no le han permitido un crecimiento adecuado, porque no se puede olvidar que el índice de sindicalización de la población económicamente activa en Colombia era en 1980 cercana al 25% y hoy escasamente llega al 6%, existiendo muchos factores para esa situación, como las reformas laborales, pero además no habido una respuesta audaz de parte de los sindicatos que en muchas ocasiones tienen el mismo comportamiento de hace más de 50 años, especialmente las organizaciones que son orientadas por la logia comunista.

La flexibilización laboral y el neoliberalismo que fueron el resultado de que la China entrara en la economía de mercado hace 44 años, no han sido lo suficientemente asumidos por los sindicatos, debido a que dirigentes marxistas usan un discurso baboso que no va a la esencia del asunto, descalificando instrumentos de organización como el Contrato Sindical, respaldado por el artículo 482 del Código Sustantivo del Trabajo, que sirve como medio para la estabilidad laboral.

El sindicalismo para crecer debe tener en cuenta la Inteligencia Artificial y la Sociedad del Conocimiento, porque el teletrabajo y las diferente plataforma que hoy están presentes en el mundo laboral, son determinantes para el desarrollo social y humano de la ciudadanía; a lo que se le debe agregar en Colombia la migración venezolana, que es un importante porcentaje de la población económicamente activa, sin importar que se encuentre en el sector informal, por lo que hay que organizar a ese grupo numeroso de trabajadores que incide en la economía nacional.

Los Sindicatos colombianos deben presionar para que el Congreso expida el Estatuto del trabajo, correspondiente al artículo 53 de la Constitución Nacional que fue producto de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, pero que después de tantos años no se ha podido implementar, por lo que este es una necesidad para fortalecer la estabilidad laboral y el crecimiento de las organizaciones de los trabajadores.

Precisamente la jerga manejada por los mamertos, acerca de que el sindicalismo debe de seguir las orientaciones del marxismo o comunismo totalitario, no permite su crecimiento y desarrollo, claro que para el caso colombiano la situación es todavía más confusa, pues en los llamados grandes medios de comunicación hay “líderes de opinión” cuyo desconocimiento en la materia es craso, con lo cual la falta de discernimiento no permite que estos temas se aproximen a la realidad.

No se puede olvidar que el comunismo totalitario ha sido enemigo de la lucha de los trabajadores, y Lenin consideraba a los sindicatos como un simple instrumento del partido para la toma del poder. Precisamente no hay que pasar por alto que lideres anticomunistas como Ronald Reagan y Lech Walesa quienes fueron presidentes de EE.UU y Polonia respectivamente, antes de asumir la más importante dignidad de sus naciones habían sido sindicalistas destacados, y al ser enemigos acérrimos del comunismo totalitario, se convirtieron junto al papa San Juan Pablo ll en los protagonistas de la caída del muro de Berlín que condujo a la debacle de la Unión Soviética.

La incompatibilidad entre sindicalismo y marxismo es inocultable, sin dar lugar a encuentros, porque desde la aparición del engendro comunista totalitario, siempre este aspiró a tener el dominio de las organizaciones de los trabajadores, no para propiciar las reivindicaciones sociales y económicas de los obreros sino para utilizarlos, buscando asaltar el poder político para aplicar una dictadura en donde a los primeros que se atropella es a los trabajadores, por ello fue que se repudiaron las tesis absolutistas de Karl Marx en el siglo XIX por parte de los obreros.

Entre la izquierda auténticamente democrática y el sindicalismo si hay afinidades, respetando eso si el pluralismo, porque la independencia y la democracia sindical es el centro de gravedad del accionar de los trabajadores, pues no se puede permitir que sectas como el marxismo manipulen la lucha obrera, por ello no deben existir vínculos entre las organizaciones de los trabajadores y el comunismo totalitario, porque eso lleva a un galimatías. Y un nuevo sindicalismo es posible, pero mediante el rechazo sin ambages del comunismo totalitario que por su accionar inhumano y violento se ha constituido en enemigo de los trabajadores.