Al adentrarnos en el mundo bíblico es inevitable no establecer semejanzas entre el presidente Juan Manuel Santos y algunos personajes de la Biblia. Lamentablemente Santos no tiene nada en común con aquellos que se destacan por su valores, sino por el contrario parece calcado de los personajes nefastos que son conocidos por las repetidas puñaladas traperas que le dieron a la ética y a la moral. Puñaladas que en el pasado se ocultaban tras una túnica, hoy tras un smoking. Santos al igual que Poncio Pilato y Judas Iscariote pretende dictar doctrinas de pulcritud a pesar de ser un sepulcro blanqueado.
Poncio Pilato en su tiempo tenía un gran número de sirvientes al servicio de sus extravagancias y dispuestos a saciar sus caprichos, tal como los tiene Juan Manuel Santos, para una muestra los Barreras, Benedettis, Posadas, Telesforos y Simones alfiles de su ejército de lacayos. El único que tiene nombre biblico es Simón Gaviria, eso no más, de resto comparar a los dos simones seria un verdadero adefesio, un insulto para el Simón bíblico, que lo compararan con un tipo del cual hay serios indicios que posee un remoto coeficiente intelectual. Los soldados de corbata que defienden las doctrinas o más bien la voluntad de Santos, son discípulos insaciables de la burocracia y el clientelismo, satisfacer su apetito es tan difícil como creerle a Santos (pregúntenle a los habitantes de Gramalote). Así como nadie discutía los deseos de Poncio Pilato hoy difícilmente alguien se atreva a cuestionar la voluntad de su majestad Juan Manuel, quien los tiene domados no con la receta navideña de natilla y buñuelo, sino con el plato típico de la casa de Nariño mérmela. Cuando algún lacayo desafía al "santismo" de inmediato es invitado a cenar en palacio o en la casa de Roy, los dos centros de operaciones, allí Santos le suministra al sublevado una buena dosis de mermelada, que no sale de la chequera del gobierno, sino a expensas del pueblo.
Tras entregar a Jesús, Poncio Pilato se lavo las manos, tal cual lo hace Santos muy a menudo cuando sus proyectos fracasan, acostumbra a lavarse las manos con sus súbditos del Congreso que lo único que hacen es cumplir sus ordenes; también se lava las manos con su antecesor culpándolo de la ineficiencia del gobierno que él dirige, ignorando que la culpa es de él y de su colaboradores. Es imposible que en este gobierno halla buenos resultados, teniendo como funcionarios a personas como Carrillo, Holguín, Rengifo, etc. No se puede pretender que con tan poca materia gris se haga milagros. Seguramente si alguien intentara unir las "brillantes" mentes de Santos y sus colaboradores se frustraría al ver que logro un ser lleno de ineptitud e incapacidad. Aunque el resultado sería predecible, mirando no más a María Ángela Holguín es fácil imaginar que en esa mente las neuronas se cuentan con los dedos de una mano.
Si las semejanzas entre Santos y Poncio Pilato son enormes, no es menos el parecido con Judas por parte del gobernante colombiano. Judas un hombre frio, calculador, ambicioso y traicionero similar a Juan Manuel Santos. Judas por unos pesos entrego a Jesús, Santos por un premio Nobel, para satisfacer su ego, entregara a Colombia a las garras de la narco-Farc. Las almas gemelas de Santos no solo están en el pasado, también se encuentran en el presente, al igual que muchos había ignorado que Timochenko y Santos fueron almas gemelas. Mirando los hechos son idénticos. Así como Timochenko asesina a sus adversarios, Santos utiliza la maquina mediática del gobierno, compuesta por medios de comunicación para masacrar mediáticamente a la oposición; Timochenko es un mentiroso profesional, no más miren el embeleco de la tregua, Santos es un mitómano compulsivo, miren el discurso de candidato y las acciones de gobernante o averigüen por Gramalote; Timochenko lidera una banda sin escrúpulos, Santos es jefe de Roy y compañía, no hay muchas diferencias. Comparando las acciones de uno y de otro, de inmediato se encuentran coincidencias inocultables.
Ruego que el popular refrán de tal pablo tal astilla no se cumpla con Juan Manuel Santos y su hijo Martin Santos. Me aferro a que cada regla tiene su excepción. Los hombres que le sirven a la patria se destacan por su fortaleza y valor. Espero que Martin sea el antónimo de su padre, porque de lo contrario su estadía en Tolemaida va hacer un calvario.
Autor: Gustavo Adolfo Murillo- @contragolpe2