Respecto a la solicitud de salvaguardia que realizó FEDEGAN hace unos meses y que se encuentra en etapa de evaluación por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, cada vez el mercado indica de manera más notoria los graves daños que están haciendo las importaciones de leche en polvo provenientes desde EE.UU. Veamos varios argumentos.
Lo primero. Las cifras de acopio de leche entre enero y julio registran una caída de 5,6 % frente al año 2020. Claro, las compras a los productores de Estados Unidos sustituyen la compra local. Mientras que la mayoría de las cadenas de valor, incluidas las agropecuarias, registran cifras positivas dada la recuperación económica y el estímulo al consumo, el acopio de leche va de caída, no porque no se esté consumiendo leche, más sí porque cada vez la importada le hace un hueco al consumo del producto nacional.
Si a eso sumamos que la producción muestra un crecimiento de 9 %, dado el año lluvioso que ha sido 2021 el resultado es que los precios reales pagados al productor no se han incrementado. Ya entre subida de producción y caída de acopio hay un descalce relativo entre oferta y demanda de 15 %.
Efectivamente, desde junio de 2020 los precios reales del litro de leche se han estancado, mientras que el precio de alimentos balanceados registra incrementos reales superiores a 37 %, mientras que el de los fertilizantes subidas de más de 28 %.
El decrecimiento en el acopio se explica por el uso de inventarios industriales que muestran una caída al mes de julio de 34 % frente a las cifras de enero pasado en lo relacionado con leche en polvo entera. No podemos desconocer que diferentes empresas componen sus inventarios de leche con leche en polvo importada.
Pero además muchas otras empresas dedicadas, no a la producción lechera, sino a la importación de leche en polvo para reconvertirla en liquida y venderla como leche de bajo costo, cada vez le quitan más espacio a la oferta formal de nuestros productores.
Solo es preciso observar que el contingente autorizado para 2021 de leche en polvo proveniente de EE.UU. fue de 12.969 toneladas, pero en el primer semestre del año ya se habían importado 18.087 toneladas a pesar de la alta tasa de cambio y un precio internacional de la leche no precisamente bajo.
Claro, es negocio importar leche desde EE.UU., sin pensar en cambio climático, en altos costos de insumos, en abigeato, en malos precios; mezclarla con agua y venderla al consumidor final; de allí que del total importado el 86% sea descremada que es la más barata.
Existe demasiados elementos que indican la problemática causada por la importación de leche en polvo desde EE.UU. y el perjuicio para los ganaderos colombianos, pero… ¿qué decidirá el Ministerio de Comercio al respecto? ¿Será una decisión en conveniencia para evitar el enojo de Estados unidos? ¿o velará por los intereses de los productores lecheros colombianos? Eso lo sabremos en próximos meses. Lo único cierto es que evidencia hay por montón.
@ojcubillosp