Por fortuna el mes de octubre también registró un repunte exportador, sumando para todo el año 17.293 toneladas de carne, 3.623 de vísceras y despojos,187.392 bovinos en pie, y, 10.249 de leche y derivados lácteos; para un total de US$268 millones de dólares que muestra una franca recuperación de la actividad exportadora desde junio de 2024.
El año posiblemente termine con exportaciones por encima de los US$320 millones, en cifras semejantes a las registradas en 2020 que no fue un mal año. Muy dinámicos siguen siendo China que ya suma la compra de 3.158 toneladas de carne, al igual que El Salvador con 1.103; sin desconocer el dinamismo del mercado ruso y del chileno que en conjunto sumaron la compra de 11.328 toneladas.
En ese sentido es importante tener en cuenta que para exportar no solo es necesario tener un precio competitivo, sino que las variables macroeconómicas también deberán estar alineadas, puntos de los que ya hemos hablado en otras oportunidades. Adicionalmente la capacidad logística resulta muy importante para consolidar las operaciones.
En el caso de carne, por allí en los años 2008 y 2009, exportar carne y animales en pie a Venezuela era tarea más sencilla: transporte terrestre, refrigeración básica, logística elemental. Pero el negocio cambió y ahora se debe colocar el producto al otro lado del mundo: bien sea Rusia, China, Asia Pacifico, Medio Oriente o Norte de África de acuerdo con la línea de negocio; lo que es determinante para que solo pocos puedan hacerlo.
Por eso la exportación de ganado en pie reposa en cuatro o cinco empresas que se le miden al reto, y los riesgos, de enviar bovinos vivos específicamente a Irak, Egipto, Arabia Saudita y Jordania. Mientras que en el caso de la de carne y vísceras alrededor del 94% de la exportación la hace efectiva una sola empresa. Esto indica, que además de la logística, se requiere capacidad de negociación y gestión comercial que también reposará sobre la experiencia para lograr resultados positivos.
En el caso lechero, muy pocas empresas han aprovechado la coyuntura de caída del consumo interno para crear estrategias exportadoras, que ayudan a mitigar un poco la crisis de la cadena láctea. El 89% de las exportaciones están concentradas en leche en polvo y quesos y se dirigen fundamentalmente a los mercados de Venezuela y Estados Unidos. Pero con las mejores compras desde el vecino país debería estar exportándose al menos el doble, sabiendo que el precio al productor es bajo, la tasa de cambio es favorable y Venezuela mantiene interés por commodities lecheros (leche en polvo especialmente).
Lo importante, dentro de la fórmula de todas las variables que se requieren para exportar, es que en 2025 estas se mantengan a favor con el ánimo de aprovechar la oferta exportadora que tenemos, tanto en carne como en leche. Llegó el tiempo de pasar a ligas más exigentes pero que también remuneren mejor.