default

¿Quién se ha llevado mis novillos?

Por Oscar Cubillos Pedraza - 03 de Junio 2021

Haciendo orden de libros, en estos pasados días me encontré uno muy interesante de mis épocas universitarias de principios de los años 2000. Se titula ¿Quién se ha llevado mi queso? que hoy termina siendo parte de las enseñanzas para emprender y tener éxito en muchas actividades.

Haciendo orden de libros, en estos pasados días me encontré uno muy interesante de mis épocas universitarias de principios de los años 2000. Se titula ¿Quién se ha llevado mi queso? que hoy termina siendo parte de las enseñanzas para emprender y tener éxito en muchas actividades.

Tal como ocurre en el libro, muchas veces nos instalamos en la zona de confort y ante los cambios inminentes que ocurren en nuestro entorno decidimos hacer nada. Situación que puede hacer que desaparezcan oportunidades y negocios.

Al respecto, inicialmente vale la pena tener en cuenta cómo vamos en el sector durante 2021. El registro marca exportaciones en los primeros cuatro meses del año por USD71 millones en carne y despojos, USD70 millones en animales vivos y USD9 millones en leche, con inmensos potenciales de crecimiento aun sobre 2020 que fue un buen año.

El caso cárnico es muy importante pues entrega un dinamismo excepcional a nivel mundial sobre todo en épocas pos-covid que limitarán las dietas exóticas que nos metieron en estos líos del último año y medio.

Efectivamente el mundo está demandando más carne, y específicamente de res. Tan importante es la demanda de carne o su materia prima, los bovinos, que hasta han venido a buscarlos en países que no tienen estatus sanitario de país libre de aftosa como es el caso de Venezuela.

Típicamente he señalado que el mercado manda. Efectivamente muchos de los compradores han decidido ir a Venezuela a adquirir novillos que pueden cotizarse unos USD0,34 más baratos por kilo que el precio registrado en nuestro país, eso sí, sin evaluar condiciones sanitarias a profundidad, solo variable precio.

Seguramente la exportación de novillos por parte de Venezuela no podrá tener un sostenimiento en el mediano plazo, teniendo en cuenta las disminuciones en su hato luego de las políticas ruinosas del socialismo del siglo XXI, y sobre todo que ante ese disminuido inventario ganadero deberá evaluar su seguridad alimentaria en un país económicamente deteriorado, con niveles de pobreza superiores al 96% de sus hogares. Pesará más la primera razón, en referencia a un régimen que poco le ha importado su población.

Colombia se encuentra en una situación más favorable a nivel de oferta con un hato cercano a los 29 millones de animales, siendo el undécimo a nivel mundial. Sin embargo, y a pesar de dicha ventaja, también quieren llevar al sector a una discusión mal sana, como en la que terminó Argentina, en donde el gobierno de Fernández en una decisión más populista que económica terminó cerrando las exportaciones de carne.

En Colombia hay espacio para seguir teniendo dinámica en las exportaciones y en el mercado interno, eso sí, siempre y cuando los paros y bloqueos no sigan afectando la economía ganadera como ocurrió durante todo el mes de mayo. De hecho, el sacrificio entre enero y abril del presente año se incrementó 6,5%, luego de un año tan catastrófico como el 2020.

Pero lo que no podemos olvidar es que las condiciones de mercado cambian: tasa de cambio, Venezuela como proveedor, la Covid, la crisis económica. Para que no terminen llevándose nuestros negocios, bien sea Venezuela, Brasil o Paraguay; o haciéndonos el harakiri como en el caso argentino, debemos leer, entender y aprovechar las dinámicas del mercado y no ir en contra de ellas.

Si lo entendemos no tendremos que preguntarnos ni quién se llevó nuestros novillos ni quién se llevó nuestro queso.

@ojcubillosp