A causa del desplome del mercado venezolano en 2009 y la competencia desleal de la informalidad al amparo del Gobierno, Friogán tuvo dificultades que lo llevaron, en 2015, a acogerse al régimen de Insolvencia –Ley 1116 de 2006–, junto con su accionista mayoritario, el FNG. Como promotor de un Acuerdo de Reorganización con los acreedores, la Supersociedades designó a Pablo Muñoz, quien actuó con negligencia y sin la independencia que obliga a un auxiliar de la justicia, frente al Ministerio de Agricultura, interesado en impedir el acuerdo. Como consecuencia, en mayo de 2016 se ordena la liquidación del FNG, cuya administración le había sido arrebatada a FEDEGÁN por el Ministerio de Agricultura desde enero. En el mes de julio, la superintendencia ordena también la liquidación de Friogán. Abusivamente, el ministro Iragorri anuncia la venta de sus activos por $60 mil millones para pagar deudas, y se despierta el apetito de multinacionales y empresas locales por la ganga. La resurrección En marzo de 2017, la banca de inversión Incorbank, tasa en $218 mil millones el valor de reposición de Friogán, y en $173 mil millones su precio funcionando, frente a una deuda registrada de $68 mil millones. El estudio señala que es viable operacionalmente, está bien posicionada en el mercado y tiene potencial de crecimiento internacional, por lo cual, si es del caso, debe venderse como un todo. El 25 de agosto, el liquidador de Friogán, Luis Fernando Arboleda, solicita a la Supersociedades autorización para un Acuerdo de Reorganización que evite la liquidación de la empresa. Los argumentos son contundentes: Los ingresos netos son del orden de $65 mil millones; el costo de ventas disminuyó y los costos operacionales cayeron en 50 %. Como consecuencia, el Ebitda pasó del 7,4 % en 2015 al 17,6 % a julio de 2017, es decir, que la empresa genera utilidades para atender sus obligaciones. Y además, el Instituto de Desarrollo de Antioquia, IDEA, decide capitalizar su acreencia, lo cual disminuye el pasivo en un 28 % por capital y 59 % por intereses. El liquidador advierte que, de no concretarse el Acuerdo y proseguir con la liquidación, se generará un gran detrimento patrimonial. El 22 de septiembre, el Banco de Occidente –el Grupo Aval de Sarmiento Ángulo, el dueño de medio país–, en contra de la recomendación de Incorbank, presenta una contrapropuesta para desmembrar la empresa en dos patrimonios: uno con los activos rentables (3 plantas) para pagarle al sector financiero, y otro con los no rentables (2 plantas) para los accionistas. Carne para los bancos, hueso para los ganaderos. Una vez más, la suerte de Friogán está en manos de Pablo Muñoz, liquidador y representante del mayor accionista, el FNG, cuyo voto se requiere para el Acuerdo de Reorganización. En 2015 faltó a sus responsabilidades y se prestó a permitir la taimada actuación de un viceministro que condenó a Friogán a la liquidación. Son muchos los intereses detrás de su decisión, pues hay grandes empresas tras una posición dominante en el mercado de la carne. Como liquidador del Fondo, la decisión de Muñoz debería ser fácil: votar por la reorganización de Friogán o recibir los activos improductivos de la desmembración. Muñoz no es el dueño del Fondo ni de Friogán; es un auxiliar de la justicia que no tiene derecho a malvender el patrimonio de los ganaderos, que debemos levantarnos para exigir decisiones que no vulneren nuestro futuro.
¿A qué juega Pablo Muñoz?
Por José Félix Lafaurie Rivera - 29 de Septiembre 2017
Friogán S.A. es una empresa propietaria de 5 frigoríficos, cuyo principal accionista (78 %) es el Fondo Nacional del Ganado (FNG); es decir, le pertenece a los ganaderos colombianos