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columna

¿Qué hacer con la leche?

por: Oscar Cubillos Pedraza- 31 de Diciembre 1969


De acuerdo con las cifras de DANE en el primer trimestre de 2024 la producción de leche se incrementó 7,3%, lo que representa según las estimaciones de FEDEGAN, un crecimiento de 119 millones de litros; es decir lo que se produce en unos seis días en todo el país.

No parecería que 119 millones de litros causen un desajuste productivo o de mercado, pero la realidad es que existen dos variables que, si se adicionan, sí generan tal dificultad. La primera, el aún alto nivel de inventarios industriales de leche en polvo que para marzo 31 llegaba a 23.472 toneladas, unos 212 millones de litros de leche, más otros 21,5 millones de litros UHT. La segunda, las importaciones, que, si bien se han ralentizado por cuenta de los altos stocks, suman para el primer trimestre del año 17.258 toneladas, unos 166 millones de litros de leche equivalentes adicionales (algunas se traslaparan con el nivel de inventarios).

Sumemos otra variable de interés, y es que desde finales de abril las lluvias se han intensificado, y con más lluvias más pastos, y con más pastos más leche. Al respecto, y con mayor oferta lechera, deberían estar bajando los precios al consumidor, así como han caído los precios al productor 4% entre enero y abril de 2024. Al contrario, al consumidor en el mismo periodo han subido 1%.

Ante esta crisis el productor reacciona con formas con las que compense su nivel de ingreso, que generalmente es produciendo más leche, por lo cual la sensibilidad sobre los precios termina siendo mayor. Formales e informales, de lechería o doble propósito, vendedores directos o transformadores a queso; terminan siendo todos los productores damnificados por una situación en donde ni la exportación ni el mercado doméstico tienen suficiente reacción con un mejor consumo.

¿Qué quedaría por hacer desde el eslabón primario? Sin duda, reducir la producción, así como ocurrió en parte de 2021 y 2022, seguramente con influencia de otros elementos de mercado, como los mejores precios del novillo o las mayores exportaciones de carne; pero al fin y al cabo en este par de años los precios del litro de leche tuvieron repuntes importantes, sin desconocer la presión inflacionaria mundial.

No hay que tenerle miedo a hacer ajustes productivos a la baja. Lo importante es que se haga en conjunto y de manera agregada. Claro, esto tiene implicaciones de diferente índole ¿reducir el hato lechero? Es posible, lo cual también abre la oportunidad de tener menos vacas con mejor rendimiento en litros con el ánimo de generar un impacto positivo en la escala de costos por animal y frente al uso de la tierra.

Con mayor oferta de leche los inventarios continuarán altos. Solo basta ver que se encuentran por encima de las 19 mil toneladas de leche en polvo desde noviembre de 2023, y ya estamos llegando a julio y siguen elevados, pues la industria continúa reponiendo y rotando el inventario con mayor acopio de leche, 14% más barata. El acopio entre enero y abril se ha incrementado 5,3%.