Sin embargo, será necesario incrementar los volúmenes exportados con los mercados que se vienen aprovechando, además de otros tres focos regionales de gran interés para 2024. El primero, el Salvador en Centroamérica, que puede representar envíos anuales de carne de unas diez mil toneladas, con la ventaja de poder abastecer un mercado libre de aftosa sin vacunación, lo que nos acerca teórica y técnicamente a la apertura sanitaria del mercado americano.

El segundo, justamente, Estados Unidos, en donde se tiene el objetivo para 2024 de lograr aperturarlo, sin pensar por ahora en envíos que será más una tarea para 2025. Alcanzar la admisibilidad sanitaria será una inmensa conquista.

Y el tercero, China, en donde se estima inicialmente puedan exportarse al año entre 25 mil y 30 mil toneladas, y cuyo primer envío se espera para finales del primer trimestre o inicios del segundo de 2024.

Pero no es desconocido que el precio internacional de la carne ha estado a la baja y recién ha entrado en un periodo de estabilidad que no supone incrementos en el corto ni mediano plazo, situación que desestimula financieramente a los frigoríficos exportadores y obliga a que deban tener menores costos.

Al respecto, y frente a nuestro principal competidor, Brasil, el kilo novillo gordo en pie en este país se encuentra en USD1,62; mientras que en Colombia es de USD1,91, lo que sin duda es una brecha de competitividad frente a la exportación, o de novillos en pie o de carne. En otras palabras, hoy es más fácil que le compren a Brasil.

Tal situación será muy difícil de revertir vía tasa de cambio pues el peso se ha apreciado 9% en 2024 frente a su cotización promedio de 2023, mientras que el real brasileño se ha apreciado en solo 1,3% en el mismo periodo, lo que significa una brecha de 7,7% solo por temas cambiarios.

Así las cosas, el precio interno aun podría ajustarse un poco más a la baja para lograr la competitividad internacional que necesita, y si bien, los márgenes para nuestra cadena de valor pueden ser muchísimo más reducidos, será importante ir ganando a través de mayores volúmenes: un premio a la constancia, tal vez lejano de lo que las nuevas generaciones quieren, ser millonarias en una semana.

2024 tendrá que pensarse con un gran foco exportador, pues el ingreso monetario interno viene de capa caída por cuenta de la desaceleración económica. 2023 es una muestra, pues el año anterior el precio de la carne creció solo 3,4% pero el consumo tuvo grandes dificultades ¿por qué? un ingreso deprimido. Evidentemente, hay que buscar vender más afuera.

Pero ante un precio del novillo que puede bajar un poco más, la única estrategia útil de eficiencia es disminuir costos y lograr rendimientos mayores (mayor peso, menor tiempo). Ya la creatividad en cada hato corresponderá a cada empresa ganadera.