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Precios, mercado y especulación

Por Oscar Cubillos Pedraza - 17 de Octubre 2018

Desde el mes de julio pasado los precios del macho gordo vienen registrando una notoria caída. La regular dinámica en el mercado exportador de animales en pie ha ocasionado mayor oferta de animales y consecuentemente una reacción del precio a la baja.

Además, los recientes y desafortunados focos de aftosa también comienzan a incidir en la cotización de ellos, pero además, “algunos” ven la oportunidad para especular y aprovecharse de los productores.   Entre enero y septiembre de 2018 se han exportado 41 mil animales en pie, que representa una disminución de 36% respecto al mismo periodo de 2017. La explicación en buena medida se encuentra en el comportamiento cambiario de Brasil, que ha ocasionado, resulte más económico para los compradores de bovinos adquirirlos en dicho país.   La devaluación del Real Brasilero ha permitido que el precio de los animales gordos sea más bajo en Brasil respecto a Colombia. La situación no es nueva pero sí es notable para la competitividad de nuestros animales desde enero de 2018.   Mientras que en diciembre de 2017 el precio en Brasil alcanzaba USD1,58 kilo en pie, en Colombia llegaba a USD1,52. Hoy la situación es contraria, cotizándose en el primer mercado en USD1,23, y en el nuestro sobre los USD1,49 por kilo.   De allí que las exportaciones a mercados como Egipto hayan sido nulas en 2018, y a otros destinos como Jordania, Irak y Líbano se hayan ralentizado desde el segundo trimestre del año.   Sin embargo, los focos aftosos de Boyacá y Cesar también pueden ocasionar una expectativa de baja en el consumo de carne que podría llevar a una caída en el precio de los animales en pie. Pero vale la pena estar alerta al precio que le ofrecen.   Si bien es cierto, el cierre de mercados internacionales tanto en carne como en animales vivos ocasionará que el mercado interno deba absorber mayor oferta, con tendencias bajistas en su cotización, también es cierto que en los episodios anteriores de aftosa no se generó un derrumbe estructural del precio.   Con los brotes de junio de 2017, el precio de los animales sí se resintió durante los dos meses siguientes, pero ya se recuperaba en el mes de septiembre en su tendencia normal. Es preciso tener en cuenta que la baja mostrada en aquella época correspondió a no más de $160 por kilo, que no guarda relación con algunas denuncias hoy día, en donde se estaría ofreciendo entre $400 y $600 pesos menos por kilo.   Lo que resulta asombroso en una cadena de valor, como la de la carne bovina, es que baje mucho o poco el precio que se le pague al productor, al consumidor se le seguirá cobrando lo mismo, o seguramente más, acusando que no hay animales para sacrificio.   Sin duda, es preciso estar atento a las cotizaciones de animales gordos que se están dando en diferentes zonas de comercialización de su región, informarse bien y no tomar decisiones apresuradas, pues en su afán el que gana es el especulador.