Efectivamente, sin Niña desde marzo y con la posible entrada del Niño solo hasta agosto, el clima se encuentra medianamente normalizado. En otras palabras, hay lluvias que estimulan el crecimiento de pastos, sin exceso de aguas que saturen los suelos como sí venía ocurriendo con la Niña, y hay sol que también contribuye a la mejora en los forrajes.
Con mejores pastos y forrajes para cubrir uno de los mayores costos en la producción de leche, la alimentación, puede existir un pequeño desligue del precio de concentrados, balanceados, suplementos (como se quiera llamar) que continúan por las nubes, pero que aun así se necesitan en la producción. Bajo esa ecuación de mejor clima igual a mejor alimentación tenemos además como resultado mejoramiento en la producción, que al fin y al cabo se traduce en baja en el precio, como efectivamente ha venido ocurriendo.
De acuerdo con la Unidad de Seguimiento de Precios de la Leche que pertenece al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el precio del litro de leche en diciembre de 2022 promedió $2.218 y alcanzó su pico máximo histórico en marzo de 2023 al llegar a $2.352 por litro. Ya en abril se notaba la baja en el precio al registrar en promedio $2.340, y para el mes de mayo algunos productores señalaban reducciones de hasta $90 por litro. Esperaremos las cifras oficiales.
Lo que sí resulta preciso es tener en el horizonte dos realidades de mercado para el corto plazo. La primera, podría notarse una baja en el precio del litro de leche por tres o cuatro meses más dada la normalización del clima. La segunda, volvería a contraerse la producción en la medida que ingrese el fenómeno de El Niño y manifieste su intensidad y duración.
Efectivamente, así como el precio del litro de leche tuvo una tendencia alcista desde fines de 2021 era de esperarse que también llegaran las épocas de equilibrio o disminución. Lo importante en esta coyuntura no necesariamente recaerá en los precios del litro, más sí en el de los insumos y materias primas pues ya es hora de que muestren una significativa reducción ¿por qué?
Primero, la tasa de cambio viene a la baja, lo que quiere decir que los insumos importados deberían manifestar una reducción similar en el precio final al consumidor.
Segundo, entre octubre de 2022 y abril de 2023 el precio internacional del maíz en promedió disminuyó 19%, pero en ese mismo intervalo el precio de los concentrados subió 22% entre octubre y enero, y bajó 8% entre enero y abril, lo que en términos prácticos significa que no ha bajado.
Tercero. El precio de los fertilizantes ha mostrado una importante reducción desde mediados de 2022, pero su tendencia de mediano plazo no es nada parecida a la que traía hasta principios de 2021 ¿deberían bajar más de precio? Evidentemente sí.
Por supuesto que la producción mundial de materias primas también ha tenido problemas inflacionarios, pero es importante que productores y comercializadores de insumos “no espanten al cliente”. Vale recordar que algunos ganaderos decidieron transitar del negocio lechero al de novillos ante los altísimos costos de producción; y al ser más propensos a la importación de leche y sus derivados vía TLC, quienes están en el negocio de los insumos no deberían marchitar su propio negocio.
Dependerá de los costos de producción el seguir en el negocio lechero, más ahora sí los precios de la leche cruda tienen presión a la baja.
@ojcubillosp