Lo primero que hay que decir es que en 2024 se tendrá una variable de suma importancia que serán las exportaciones de carne a China. En ese sentido y en teoría, mayor demanda desde los mercados internacionales, bien de carne como de animales en pie, haría subir los precios del novillo, ¿pero hasta qué punto subirían? Hasta el punto en el que dejen de comprarnos por no ser competitivos.

De hecho, tal dinámica de mercado es la que vivimos permanentemente y que en 2023 fue muy notable. Si otros países resultan ser más baratos al sumar el precio final del producto (carne o novillos) que el proveedor ofrece, más el costo de transporte y logística; sencillamente los compradores que son económicamente racionales buscarán ese mercado sustituto, a menos que este no tenga un volumen suficientemente atractivo para vender.

Es por lo que, en el año que finaliza, se vieron meses en donde las exportaciones de bovinos en pie fueron cero, pues resultaba más barato adquirirlos en Brasil. No ha sido diferente en la exportación de carne que registró en 2023 una baja de poco más de 17% en los precios internacionales, situación que sin duda desestimula la exportación, y que en definitiva hace ver quien es quien en materia de competitividad.

Así las cosas, viendo al mercado chino como la misión de mayor aprovechamiento para el año venidero, hay que ver quienes son nuestros competidores en tal destino: Hoy Brasil mantiene una cotización de US$1,51 kilo en pie del novillo gordo, Uruguay US$1,68, Australia US$1,35, Paraguay US$1,76 y Colombia US$1,86.

Efectivamente hoy somos más costosos en el entorno internacional, situación que en buena parte es influida por los tipos de cambio. Claro, buena parte del aprovechamiento del mercado chino dependerá de que al menos demos la batalla frente a Brasil y Paraguay.

Sin embargo, ya se tienen indicios de como en buena parte se comportará el precio del novillo en 2024, y la tendencia será de estabilidad o corrección frente a nuestros competidores, es decir, sí, puede bajar. Pero si el país afronta procesos de depreciación de su moneda, esto terminará siendo útil para la exportación, sin embargo, la tendencia hacia adelante es de poca probabilidad de que esto ocurra, a menos de que surja algún evento país que genere alto grado de riesgo e incertidumbre.

Ahora bien, en el mercado interno, y hablando de los precios de la carne al consumidor, no necesariamente tienen que dispararse por el tema exportador. De hecho, 2023 es el año en donde quedó demostrado que se puede exportar carne y novillos en pie (el año sumará unos US$300 millones en expo), sin que el IPC de carne se haya desbordado, pues este año apenas acumula 3,4% entre enero y noviembre.

El alto precio de la carne en 2021 y 2022 obedeció a temas inflacionarios internacionales por crisis logística y crisis de materias primas. ¿En dónde están quienes acusaban a la vaca y a la exportación? Así es, no están. 2024 podrá tener un precio estable y ojalá menor en la medida que se tenga mayor oferta de carne en región. Dependerá de ello de la adecuada inspección, vigilancia y control que haga el INVIMA y las Secretarías de Salud Municipal, a las plantas de autoconsumo para municipios categoría 5 y 6.